Cáscara de mangostino tendría molécula para controlar obesidad y diabetes
El fruto Garcinia mangostana (familia Clusiaceae), conocido popularmente como mangostino y se cultiva en municipios del norte del Tolima, contiene una amplia diversidad de moléculas capaces de inhibir tres enzimas digestivas que juegan un papel importante en el metabolismo de carbohidratos y lípidos, relacionadas con la presencia de enfermedades como la diabetes tipo 2 y la obesidad.
Dichas enzimas –conocidas como α-amilasa (AA), α-glucosidasa (AG) y lipasa pancreática (LP)– permiten obtener ácidos grasos y azúcares de los alimentos, que luego son absorbidos y almacenados en el cuerpo, lo que hace que las personas aumenten de peso y suben los niveles de azúcar en la sangre. Tales blancos enzimáticos lograrían inhibir la acción de las moléculas sin generar ningún efecto negativo en el cuerpo.
Estos son algunos de los principales hallazgos de la investigación de Juan Camilo Cardozo Muñoz, magíster en Ciencias - Química de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), la cual contribuye a la búsqueda de moléculas con potencial inhibitorio de estas enzimas en el cuerpo.
“El proyecto surge gracias a un convenio entre docentes de la UNAL con otros profesores de la Pontificia Universidad Javeriana, quienes en comunión desarrollaron un proyecto financiado por Colciencias y otras fuentes de financiación, en el cual se realizaron acercamientos a través de la fitoquímica (compuestos químicos producidos por las plantas), la química computacional y el trabajo con enzimas, para hallar sustancias que ayudaran en el control de estas dos enfermedades de manera polifuncional y que se pudieran encontrar a partir de especies vegetales cultivadas hoy en Colombia”, describe el investigador.
Aunque el mangostino es un fruto ampliamente cultivado en el país, y del cual se generan diferentes productos alimenticios, su cáscara, aunque contiene algunas propiedades benéficas para el organismo, por lo general se desecha, por lo que el investigador encontró en esta la oportunidad aprovecharla mejor con el hallazgo y la extracción de las moléculas.
En un proceso en el laboratorio, los investigadores lograron aislar las moléculas, purificarlas y sintetizarlas hasta obtener alrededor de 5 xantonas, 6 derivados sintéticos y 3 derivados optimizados, que dieron aún más luces sobre el efecto inhibidor de las enzimas.
A futuro, los investigadores esperan que algunas de estas moléculas sean capaces de actuar sobre modelos biológicos, como líneas celulares para llegar a un punto más alto en el descubrimiento de fármacos.
“Muchos de los compañeros están encaminando sus investigaciones de maestría y doctorado al hallazgo de estas moléculas polifarmacológicas con resultados óptimos en las líneas celulares y modelos murinos. Además tenemos convenio con un instituto en Estados Unidos que nos está guiando en algunas evaluaciones de las líneas celulares para ver qué tan óptimas son las moléculas. La idea es que podamos descubrir un fármaco con características para controlar la obesidad y la diabetes”, concluye.