Así operan las UCI de Ibagué en este nuevo ‘pico’ de la pandemia del COVID-19
En el día número 466 de la pandemia por COVID-19, Tatiana Rodríguez, coordinadora UCI de la Clínica Tolima, dice que el trabajo dentro de una Unidad de Cuidado Intensivo es agotador.
“El manejo de estos pacientes fue muy distinto de las patologías que ya conocíamos de memoria”, señala la coordinadora.
Un día de rutina dentro de la UCI exige revisar vías respiratorias, oxigenación, signos vitales, piel (en camilla se pueden generar lesiones), administrar medicamentos, cambiar bombas y filtros, revisar el respirador y la nutrición del paciente, comprobar si se encuentra durmiendo bien, entre otros cuidados.
“Es una lista de chequeo larga que se hace de forma diaria para verificar si, por ejemplo, un paciente mejora y puede extubarse”, manifiesta Luz Aída Aristizábal, coordinadora UCI de la Clínica Tolima, “es una ganancia y una dicha para nosotros que esto suceda”.
A un porcentaje de pacientes, incluso, se les debe realizar diálisis, pues el COVID genera fallas multiorgánicas que afectan principalmente los riñones. Otros deben ser sedados, pues la falta de aire produce reacciones negativas.
Eso sin mencionar que, también, dentro de las actividades de rutina se encuentra la de poner a los pacientes en comunicación constante con sus familias. Y otras veces, por su condición clínica irreversible, dejar entrar a un familiar para que pueda despedirse por última vez del paciente.
En cada una de las camas UCI trabaja a 24 horas un equipo de médicos intensivistas, médicos generales, enfermeros, auxiliares de enfermería, trabajadores sociales y personal de terapia respiratoria, física y nutricional, dice la enfermera Tatiana Rodríguez.
Es un equipo multidisciplinar al cuidado de pacientes cuyos pulmones se están llenando de agua, que puede causar una falla respiratoria y llevarlos a una trombosis mortal.
La situación ahora es diferente, pero sigue siendo alarmante
En las últimas semanas la ocupación UCI en Ibagué ha estado por encima del 90%. La enfermera jefe del Hospital Federico Lleras, Yasmín Triana, expresa que “en este nuevo pico de contagios las UCI de la ciudad tienen mayormente pacientes entre 30 y 50 años”.
En los primeros picos de la pandemia se presentaban pacientes de 70 y 80 años, hipertensas, diabéticas, con obesidad. Ahora no. En Ibagué los pacientes son más jóvenes, algunos están intubados y ni siquiera tienen comorbilidades.
Este dato es un recordatorio de que el virus no hace distinciones de edad. Pero, también significa (según la coordinadora UCI Luz Aída Aristizábal) “una prueba de la efectividad de la vacuna, que está disminuyendo los síntomas en la población de la tercera edad”.
La coordinadora, que tiene a su cargo 31 camas, todas ellas ocupadas por COVID-19, también señaló que sus pacientes oscilan entre los 30 y 50 años.
El médico epidemiólogo Fair Alarcón explicó que estos pacientes jóvenes tienen una tasa de mortalidad menor, pero su tiempo en cuidados intensivos es mayor. Esto genera alarma en el sistema de salud de Ibagué, pues disminuye la disponibilidad de camas en el tiempo.
Por esa razón, la enfermera jefe Yasmín Triana insiste en el llamado a no bajar la guardia.
“Recuerdo mucho una paciente joven que tocó intubarla, medicarla, y repentinamente falleció. Había ingresado estable, todos pensaron que le darían el alta de la UCI”, pero en el mismo día presentó una desmejora drástica.
Pese a los conflictos y el dolor sostenido, la coordinadora Luz Aída Aristizábal indica una noticia positiva: los avances han sido importantes en comparación con los primeros días de picos de contagio.
“Frente al COVID, y con la experiencia adquirida, hemos mejorado mucho la humanización en el manejo de los pacientes”, dijo.
“Todo el personal se documenta constantemente para ofrecer el mejor trato”, afirma la coordinadora Tatiana Rodríguez.
Por su parte, la enfermera jefe, Yasmín Triana, advierte que aún inmunizados, “se deben seguir todos los protocolos para proteger a nuestros seres queridos que no han recibido la vacuna. Es duro saber que podrían estar aquí en una de estas camas”.
El personal médico ha insistido en que vamos a permanecer en constante interacción con este virus por varios meses más. El fin del COVID-19 seguirá siendo un futuro lejano para Latinoamérica. Cuídese y no baje la guardia.