Seis personas han muerto en el Tolima por fiebre amarilla
La fiebre amarilla es una enfermedad endémica tropical que lleva años en Colombia y en esta región de América Latina.
Sin embargo, desde octubre pasado se han registrado brotes en cinco municipios del Tolima, siendo el primer reporte oficial de la presencia de esta enfermedad – transmitida por un mosquito – en el departamento.
Al momento, hay confirmados 12 casos de fiebre amarilla, seis de estos son víctimas fatales.
El coordinador del Sistema de Vigilancia Epidemiológica, Fair Alarcón, habló con EL OLFATO sobre esta enfermedad: qué es, cómo prevenir que se multiplique el mosquito transmisor y cómo prevenir los síntomas que van desde malestar general, hasta vómito y que – en casos severos- puede causar fallas en órganos vitales y llevar a la muerte.
“La fiebre amarilla es una enfermedad muy importante y fue muy conocida en los siglos anteriores, sobre todo el tiempo de la de la conquista y de la colonia, porque fue una de las enfermedades que más causó muertes en esa época. Gracias a la vacuna, desde hace aproximadamente 90 años esta enfermedad se ha logrado controlar, pero no totalmente”, explicó.
En el departamento, se enteraron de su presencia en el territorio hace tres meses, cuando se presentó el primer fallecido.
De acuerdo con Alarcón, inicialmente se pensaba que el deceso había sido por dengue, pero realmente fue el primer caso de fiebre amarilla confirmado en la historia del Tolima.
“La fiebre amarilla es una enfermedad que tiene altísima letalidad, lo que significa que de cada cien personas que se enferman, cincuenta fallecen; como punto de comparación, la letalidad por covid-19 era de 19 sobre 100. La gente entenderá por qué la importancia de conocer y – ante todo- prevenir la enfermedad y esto solo es posible con la vacuna”, dijo el médico epidemiólogo.
Es así como la Gobernación del Tolima, a través de la secretaría de Salud y de la mano del Ministerio, del Instituto Nacional de Salud y de la Organización Panamericana de la Salud, adelantan intensos trabajos en sectores donde se han reportado brotes, invitando a la comunidad a acceder al biológico.
“Una persona que se vacune contra fiebre amarilla tiene una inmunidad vitalicia. Quien se vacuna ya contrarresta la enfermedad por encima del 98 por ciento de por vida. Es decir, es una vacuna muy segura, muy buena y estudiada; es de las vacunas más antiguas y de las que más se conoce”, indicó el galeno.
Los protocolos generales de la nación sugieren evitar la vacuna en menores de un año y mayores de 60.
Sin embargo, ante la contingencia que se presenta en el departamento, el Ministerio de Salud autorizó la inmunización a personas desde los 9 meses y hasta los 59 años, únicamente residentes en las zonas urbanas y rurales de Villarrica, Cunday, Prado, Purificación y Dolores.
“Es importante tener en cuenta algunos factores clave como que la persona no tenga enfermedades importantes, como -por ejemplo- trastornos del hígado, de riñón, del corazón, los pulmones u otro tipo de trastornos que puedan condicionar la aplicación de la vacuna. Además, es importante firmar el consentimiento”, dijo Alarcón.
El funcionario precisó que hay atención especial en la zona del Bosque Galilea, pues – de acuerdo con los reportes que tienen las autoridades – los sectores con presencia del mosquito transmisor están en el oriente del departamento, más específicamente en Villarrica, Cunday, Prado, Purificación y Dolores.
Recomendaciones clave:
- Vacunarse: la fiebre amarilla es una enfermedad, un virus que NO se transmite persona a persona, sino a través de un mosquito.
- Limpiar para evitar criaderos: las albercas mínimo una vez por semana con cepillo, jabón.
- Eliminar aguas acumuladas: retirar aguas retenidas en llantas, baldes, floreros y otro tipo de recipientes.
- Autocuidado: las personas que se van a desplazar a zonas boscosas, deben estar vacunadas, además, usar ropa que cubra todo el cuerpo (camisas de mangas y pantalones largos), así como aplicarse repelente.
“A nosotros, por protocolo, nos corresponde estar seis meses en terreno vigilando, identificando posibles casos y haciendo las atenciones. Pero, sin duda, las autoridades y la comunidad, trabajando juntas, sí podemos ayudar muchísimo para la prevención de la fiebre amarilla”, concluyó el coordinador del Sistema de Vigilancia Epidemiológica del Tolima.