Policías de Ibagué le celebraron los 15 años a una joven
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Eran las 6:00 de la tarde de un día de octubre cuando la Policía Metropolitana de Ibagué dio inicio a un importante operativo: celebrarle los 15 años a Camila.
Un grupo de más de 15 hombres y mujeres, liderados por el coronel Diego Mora, comandante de la Metib, llegaron al restaurante “Rústico”, ubicado en la variante, vía Cajamarca.
Una vez allí se encontraron con Camila, una joven diagnosticada con mielomeningocele, hidrocefalia, pie equino, displacía de cadera y escoliosis, condiciones que no han impedido que ella siga brillando e iluminando con su luz.
Eso, precisamente, fue lo que la llevó a hacer un acercamiento con la Policía Comunitaria, pues, a través de redes sociales, conoció a una de las patrulleras.
"Esta valerosa niña, desde sus 10 años, había incursionado en la venta de pijamas a través de las redes sociales, lo que permitió, el inesperado encuentro entre su familia y la patrullera Jessica, del grupo de comunitaria de la estación de Policía norte", señaló la Metib.
Dicen que los amigos son como la familia que elegimos con el corazón, que sin llevar la misma sangre, generan lazos inquebrantables de hermandad y bienestar.
Inspirados por esta idea y por el deseo de que Camila viviera los 15 años como siempre los soñó, el grupo de Policía Comunitaria, con el apoyo de diferentes entidades y personas, dio inicio a la organización de la que llamarían operación “Renacer esperanza”.
Fue así como llegaron a la celebración del cumpleaños de Camila, quien hizo su entrada triunfal, recorriendo una calle de honor formada por los policías.
En medio del escenario se encontraba una caja grande, recubierta por varios pliegos de papel regalo, que capturaba la atención de todos. Camila y su familia no dejaban de pensar en, que había dentro de la caja misteriosa.
Al anunciarse la sorpresa que se tenía preparada, el coronel Diego Mora Muñoz, comandante de la Policía Metropolitana, se acercó a Camila y le hizo entrega de la gran caja. Camila con una sonrisa en su rostro, empezó a rasgar cada pieza de papel, hasta lograr destapar la caja.
Los uniformados ayudaron a extraer de la caja, el regalo esperado, como si se tratara de un destello del sol, relucía una nueva silla de ruedas, esta vez, con funcionamiento eléctrico.
Esta silla había sido donada por la señora Sol Covaleda, de la fundación “Nuestra Señora de la Esperanza”. Solo requirió de retoques, como pintura y limpieza, que fueron realizados por el grupo de Policía Comunitaria.
En su nueva “carroza”, como le llama Camila, pudo bailar el vals y disfrutar de una noche cargada de música, serenatas, diversión y, por supuesto, mucho amor.
