Gerente del Hospital San José de Mariquita abandonó su cargo en plena crisis sanitaria
La emergencia sanitaria a causa del coronavirus ha dejado al descubierto las lamentables condiciones de algunos centros hospitalarios del Tolima y con ello, a algunos de sus dirigentes.
Un caso puntual es la situación que se vive en el Hospital San José de Mariquita, en donde su Gerente, sin previo aviso o justificación alguna, abandonó su cargo y con ello puso en vilo la atención de los cerca de 50.000 habitantes que viven en este municipio. Al menos así lo informaron fuentes cercanas al centro asistencial. (Ver: Así son las precarias instalaciones y condiciones en las que trabaja el personal médico del Hospital de San Luis)
Ante estas denuncias, EL OLFATO se comunicó con el Gerente, Mauricio Salazar Muñoz, para conocer su versión. Cuando se le preguntó por el hospital y los planes de manejo para esta pandemia, cortantemente aseguró que había renunciado y estaba en cuarentena por posible contagio de COVID-19.
¿Pero por qué nadie en Mariquita sabía de su renuncia?
Aunque Salazar Muñoz había desparecido hace casi 20 días, no fue sino hasta el pasado 26 de marzo, es decir, hace tres días, que presentó su renuncia ante el comité directivo del hospital, encabezado por el alcalde de San Sebastián de Mariquita, Juan Carlos Castaño.
“Él se comunicó conmigo apenas hasta la semana pasada, pero ya llevaba dos semanas sin ir al hospital. Me dijo que podía ser positivo para COVID-19, entonces que estaba en cuarentena. Sin embargo, nunca nos envío un documento, soporte o reporte que confirmara esto”, sostuvo el mandatario de los mariquiteños.
Agregando que nunca le comentó nada al comité directivo, por lo que su ausencia sí puede tomarse como un abandono del cargo. Además, porque fue solo hasta el pasado 26 de marzo, cuando remitió su carta de renuncia, ya que ni siquiera asistió personalmente.
“Al comité directivo, el máximo órgano del hospital, nunca le comentó nada, hasta el lunes de esta semana donde indicó que no iba más, que él no había proyectado su vida con la prórroga del periodo, así que dijo verbalmente que iba a renunciar y el pasado 26 de marzo radicó la carta de renuncia irrevocable”, contó el alcalde Castaño.
Una renuncia que fue aceptada y, por tanto, Salazar Muñoz ejercerá como gerente hasta el próximo martes 31 de marzo, cargo que había asumido en 2016. (Ver: Deudas de la Gobernación con las clínicas de Ibagué dificultan atención ante emergencia por el coronavirus)
Tal es la gravedad de la pandemia que el Gobierno Nacional facultó a los alcaldes y gobernadores para que, si lo consideraban necesario, prorrogaran la continuidad del periodo de estos servidores públicos hasta en 30 días.
Todos los gerentes de hospitales públicos del país iban hasta el 31 de marzo, la propagación del virus, es necesario que ellos lideren la estrategia de atención del COVID-19.
Dejó al hospital sin un plan de acción
Mientras la mayoría de directivos de los centros hospitalarios de la región se encuentran trabajando arduamente en elaborar planes de contingencia ante la expansión del COVID-19, Salazar Muñoz dejó a su personal médico y administrativo a la deriva.
De hecho, el Alcalde explicó que este hospital estaba completamente desarticulado de los planes de contingencia que el municipio estaba elaborando para la atender esta emergencia sanitaria.
“El hospital estaba desarticulado, entonces como presidente de la junta directiva empecé a ir al hospital no solamente en el área asistencial, sino al área administrativa porque para poder implementar el plan de contingencia había que tener claro el flujo de caja con el que contaba el hospital para soportar la emergencia”, detalló Castaño.
Una investigación que no arrojó muy buenos resultados, ya que, de hecho, el Hospital San José de Mariquita registra una deuda confirmada, superior a los $700 millones.
Sin mencionar que “el Hospital, financieramente, no tiene cómo responder a la crisis porque el gerente, en un solo día, el 2 de enero, comprometió $3.100 millones, en autorizaciones de servicio y compró hasta las bolsas de basura, y claro, jamás se imaginó la emergencia que se venía encima, dejó el hospital completamente amarrado”, indicó el Alcalde de Mariquita.
Por lo tanto, no les dejó otra salida, más que recibir la deuda e iniciar con un plan de ajuste fiscal. Además de que ya avanzan con el proceso de análisis de hojas de vida, bajo los parámetros de Función Pública, para la contratación de los gerentes de los hospitales públicos.
“Sabiendo que no va a volver, sabemos que podemos articularnos más fácil”
Juan Carlos Castaño trata, en medio de esta coyuntura tan delicada, de sacar lo positivo para tener a su municipio lo mejor preparado posible.
Por ello, le aseguró a este medio de comunicación que ya se encuentran trabajando con el personal asistencial del hospital, teniendo claro que no se cuenta con una persona al frente que les ayude, así que la tarea recae en la Administración Municipal.
“Sabiendo que no va a volver, sabemos que podemos articularnos más fácil”, dijo. (Ver: Pruebas del COVID-19 deben realizarse en Ibagué; hoy tardan hasta 6 días los resultados que envía Bogotá: Senador Barreto)
Añadiendo que “al menos en la parte asistencial el coordinador médico había estado atento a todas las capacitaciones que la Alcaldía organizó con la Clínica Trauma Norte, una clínica que se ofreció a dictarlas pues tienen un médico internista especialista en enfermedades tropicales y es investigador. De hecho, ya hicimos un simulacro de la ruta de atención”.
El municipio de Mariquita, el cual tiene una población superior a los 50.000 habitantes, según informó su Alcalde, solo cuenta con el Hospital San José de Mariquita y la Clínica Trauma Norte para la atención de esta crisis sanitaria, y solo este último centro asistencial cuenta con Unidad de Cuidado Intensivos (UCI) para la atención de los pacientes más graves.
Sin mencionar que requieren de insumos acordes a esta situación, como overoles antifluido y tapabocas N 95.
Investigaciones en contra del gerente Mauricio Salazar Muñoz
EL OLFATO conoció que Salazar Muñoz, que es enfermero de profesión, y también ejerció el cargo como gerente del Hospital Santa Ana de Falán. Tiene cuatro indagaciones preliminares en la Procuraduría Provincial de Honda por denuncias relacionadas con presuntos hechos de corrupción en contratación.