Alejandro Franco, llevando lo mejor del café del norte del Tolima a toda Colombia
Alejandro vive en su finca El Diamante, ubicada a tan solo 5 minutos del casco urbano del municipio del Líbano. En este lugar, desarrolla los protocolos que han permitido que su café sea conocido en todo el ámbito nacional.
Como muchos, tuvo que tomar las riendas de su finca luego de que su padre muriera, y es así que inicia una empresa sostenible, generando conciencia con el campo, los bosques y los suelos.
“Uno debe ser responsable con los suelos, porque el cambio climático afecta no solo el ambiente, sino también nuestro alimento, nosotros cuidamos cada milímetro con buenas prácticas a fin de establecer una agricultura regenerativa, y todo esto termina influyendo en nuestro café”, comenta Franco.
Alejandro es una persona con una gran actitud de servicio comunitario, y por ello, abre espacios para el aprendizaje, gracias a esto junto a otros caficultores de la región, creó la Asociación NorteNativa, la cual está integrada por emprendedores de Villahermosa, Casabianca, Murillo, así como de diferentes veredas del Líbano como La Marcada, La Trina, La Gregorita, entre otras.
Para Alejandro la mayor herencia que le pudo dejar su padre es el aprendizaje y la experiencia pues, gracias a que estuvo cerca de todos los movimientos administrativos que hacía su padre, pudo hacerse una idea clara, un contexto, sobre cómo funciona el mercado cafetero en todo el mundo, cómo funciona el precio de la bolsa y cómo se establece en lo local una economía que permite generar ingresos dignos.
“La carga de café no siempre ha estado a buen precio, yo recuerdo esa caída del café en el 2013, la crisis en las fincas, el elevado costo de los insumos, de todo eso aprendimos con mi familia”, agrega.
Hoy por hoy Alejandro Franco lidera también su propia marca de café de especialidad llamada Tierra Franca, esto porque el suelo óptimo para el cultivo de café es denominado “suelo franco” y también, por la identidad de su apellido, el cual está ligado a su tradición familiar. Este producto de especialidad se comercializa en diferentes cafeterías del Líbano y también en taza en algunas de las mejores cafeterías de especialidad de Ibagué y Bogotá.
Así las cosas, Franco también reconoce el apoyo que ha recibido por parte del SENA, pues, gracias a las visitas que hace el equipo de profesionales de dicha institución, ha logrado capacitarse, y esto, tarde o temprano, ha influido en todos los proceso que desarrolla en el territorio.
Para Alejandro, de café sí se puede vivir, especialmente con dignidad, pues agrega que “ya debemos pasar de ese modelo del arriero, a pensar en un modelo más abierto, donde quienes hacemos el empalme generacional, entendamos que el mundo está a un solo click, tenemos la posibilidad de poner nuestro café en otras partes del mundo, sin intermediarios y a un precio justo”.
Con los diferentes liderazgos de la asociación y también gracias al trabajo colaborativo, reconociendo a los diferentes caficultores en este proceso, NorteNativa ha logrado abrir puertas, ya hay multinacionales que están tocando sus puertas y con los cuales Alejandro ya establece negocios directos, esto es muestra del esfuerzo y el trabajo que se ha hecho en el territorio. Además de la confianza que depositan las familias caficultoras del Líbano.
Finalmente, Alejandro Franco se ha convertido en un caficultor con toda la proyección nacional e internacional, además, su café, de variedad Castillo cuenta con diferentes procesos de beneficio como el honey, natural, entre otros y ha sido puntuado por los mejores catadores del país como un producto que encuentra un mercado internacional.
“Este ha sido un gran proceso, pero un proceso en donde ya vemos resultados, y resultados en equipo, colaborando, enseñando, aprendiendo, cada finca tiene su sabor especial, y espero en el futuro seguir llevando las banderas de mis compañeros donde me encuentre, seguir creciendo en conjunto, porque esa es la clave, sin egoísmos y con entrega por el territorio”, enfatiza.