Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se adoptaron por todos los estados miembros de las Naciones Unidas en 2015, como un llamado universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para el 2030.
En Colombia se ha reconocido la importancia de la implementación de los ODS en los diferentes instrumentos de planeación y de política pública, en los distintos niveles del poder público.
La planeación desde lo municipal a lo nacional en sintonía con los ODS, se constituyó en una de las prioridades del país a partir del primer semestre del 2016, con lo cual se empezaron a generar acciones para promover la difusión y apropiación de los ODS por parte de funcionarias y funcionarios públicos, ciudadanía y sociedad civil.
Este reto parte de reconocer que, para lograr el cumplimiento de los ODS, es necesario la participación activa de todos los niveles de gobierno, y que su desarrollo no sea percibido solamente como un asunto del nivel central. Como quedó definido en unos de los principios de los ODS, “No dejar a nadie atrás”, uno de los retos principales de la agenda es el de mejorar las condiciones de vida y el bienestar, a partir del reconocimiento de las características y necesidades de cada territorio.
Conscientes de este importante asunto, desde el Centro de Estudios Regionales adelantamos un ejercicio de seguimiento de los ODS en el Tolima, a partir del análisis de dos elementos concreto: el cumplimiento de indicadores de resultado con base en las metas trazadoras a 2030, y la inclusión de los ODS en la formulación y la implementación del actual Plan de Desarrollo Territorial (PDT) “El Tolima nos Une” (2020 - 2023).
Con esto buscamos identificar los avances y las limitaciones en el cumplimiento de los ODS en el departamento, con el objetivo de que se puedan adoptar estrategias de política que permitan alcanzar las metas trazadoras a nivel territorial para 2030.
Del compromiso político a la planeación estratégica
En materia de indicadores de resultado, son pocos los avances que registra el departamento del Tolima. Los principales desafíos tienen que ver con la reducción de la pobreza, la garantía de los servicios de salud y educación de calidad, y el logro de un crecimiento económico sostenible con generación de empleo.
Para este análisis tuvimos en cuenta los indicadores de resultado de referencia y las metas trazadoras a 2030 a nivel regional, establecidas en el documento CONPES 3918 de 2018. De esta manera, se recolectó y analizó la información de los respectivos indicadores para el período 2015 y 2020, con el fin de determinar en qué áreas se han presentado los principales avances y en dónde existen rezagos.
Desde luego, la pandemia del COVID-19 se ha constituido en un obstáculo para lograr las metas trazadoras, pues en sólo un año se retrocedió en la mayoría de los indicadores. Sin embargo, no se puede desconocer que persisten otros factores como las brechas que históricamente han existido entre la zona urbana y rural que dificultan que el Tolima pueda avanzar en calidad de vida, y por eso se requerirán mayores esfuerzos desde el sector público como desde el privado para obtener los resultados esperados.
En cuanto a la inclusión de los ODS en la estructura programática del plan de desarrollo departamental 2020-2023, encontramos que existe un importante número de metas asociadas, pero que no todas guardan una relación directa con los indicadores de resultado, por lo que su impacto en el logro de las metas trazadoras a 2030 puede ser bajo. De ahí la importancia de que se haga una revisión juiciosa para determinar las metas del PDT que son claves para el cumplimiento de los ODS, de manera que se priorice su ejecución tanto física como financiera.
En relación con esto último, los mayores rezagos se presentan en el ODS 6: Acceso a agua potable, ODS 10: Reducción de las desigualdades y el ODS 13: Acción climática, que definitivamente es el de peor desempeño, al registrar sus metas físicas un avance inferior al 39%. En materia financiera se presentan bajos niveles de ejecución que pueden estar asociados a falta de actualización de información en el sistema Ejecutor.
¿Qué hacer?
El principal requisito cuando se realiza un ejercicio de seguimiento como el que realizamos en el CERE, es que exista información actualizada para poder analizar la evolución en el tiempo de los distintos indicadores.
Desafortunadamente tanto a nivel nacional como departamental y municipal no se cuenta con sistemas de información adecuados y tampoco se han definido varias de las metas que tienen que ver especialmente con el cuidado del medio ambiente.
Por lo anterior, es recomendable que tanto a nivel departamental como municipal se identifiquen los indicadores de referencia y las respectivas metas trazadoras para continuar haciendo un seguimiento periódico a la evolución de los ODS.
Una vez se identifiquen claramente los indicadores de resultado asociados a cada ODS, es importante hacer una revisión de las metas del plan de desarrollo asociadas a su cumplimiento. No obstante, lo que se observó durante este ejercicio es que en la mayoría de casos no existe coherencia entre las metas del plan de desarrollo y el propósito de cada ODS.
Si bien se trata de presentar dentro del plan de desarrollo que hay un fuerte compromiso del gobierno departamental con la agenda del desarrollo sostenible, no todas las metas logran tener una correlación con los indicadores de resultado de sus 16 Objetivos y esto hace pensar que el impacto que puedan tener es bajo.
Nuestra recomendación es que en lugar de tener muchas metas asociadas a los ODS, es preferible ser más estratégicos e identificar aquellas metas que son claves para el cumplimiento de los indicadores de resultado, lo cual contribuiría a priorizar la gestión en aquellos programas y metas que van a tener más repercusión en el cumplimiento de los ODS.
Si bien la herramienta Ejecutor se constituye en una fuente valiosa de información para hacer seguimiento al plan de desarrollo, es fundamental que esté actualizada en sus diferentes componentes pues lo que se encontró es que generalmente hay discordancia entre los porcentajes de ejecución física y financiera de las diferentes metas del plan de desarrollo, y eso dificulta los análisis que tanto la ciudadanía como el mismo gobierno departamental necesita realizar periódicamente para poder determinar qué programas o metas requieren ser reforzados o replanteados.
Como se mencionó arriba, el Tolima tiene importantes desafíos en la mayoría de ODS pues son pocos los avances registrados desde su promulgación en 2015, además de los retrocesos que se han tenido como consecuencia de la pandemia del COVID-19. Lo anterior implicará mayores esfuerzos tanto de los gobiernos departamental como de los municipales y del sector privado, para poder cumplir con las metas trazadoras a 2030.
Esto implica que se deberán generar más escenarios de discusión donde periódicamente se revise la evolución de los ODS, así como el cumplimiento de los compromisos asumidos por parte de los diferentes actores involucrados.
El informe y todas las publicaciones del Centro de Estudios Regionales se pueden descargar AQUÍ.