¿En qué quedó el supuesto plan para atentar contra la alcaldesa Johana Aranda?

"A mí me quieren quitar hasta la vida". Esa fue la frase la lanzó de manera sorpresiva la alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda, el pasado 11 de mayo, cuando dio a conocer que existiría un plan criminal en su contra.

Lo dijo mientras inauguraba un certamen deportivo en el Coliseo Mayor y al que llegó portando un chaleco antibalas.

La noticia circuló rápidamente por las redes sociales, pues era la primera vez que los medios locales informaban de un atentado contra la máxima autoridad de la ciudad.

Pero hoy, 20 días después, ni la Policía Metropolitana ni el Ejército Nacional han hecho un pronunciamiento público sobre las posibles investigaciones del caso y la alcaldesa Johana Aranda ya no usa chaleco antibalas.

Es más, la mandataria volvió a sus recorridos por las calles de Ibagué, visita las obras del Ibal y los reparcheos viales, y hasta bailó el San Juanero por la carrera Séptima de Bogotá, durante el lanzamiento del Festival Folclórico Colombiano.

¿Qué pasó entonces?

EL OLFATO supo que el origen del supuesto atentado en contra de la mandataria surgió de la declaración de un presunto informante que se acercó a la sede de la Fiscalía en Ibagué.

El hombre, de quien se desconoce su identidad, habría dicho que existiría una orden criminal de atentar contra Johana Aranda. Esa versión llegó a oídos de la alcaldesa y de inmediato le buscaron un chaleco antibalas para que usara, al parecer, solo el día del anuncio en el Parque Deportivo.

Con ese testimonio, la Alcaldía de Ibagué le solicitó a la Unidad Nacional de Protección le otorgara un esquema de seguridad para la alcaldesa, petición que fue aceptada días más tarde.

Además, se reforzó la seguridad en su lugar de residencia y lo mismo se hará en la sede de la Alcaldía de Ibagué.

No obstante, todo indica que el nivel de alerta se redujo y que la investigación de los hechos narrados por el informante no habría arrojado evidencias sólidas.