En Ibagué la tasa de supervivencia empresarial es del 24,6%. Es decir, de las 6.218 empresas que nacieron en 2017, tan solo 1.529 empresas aún estaban vivas en el 2022. Y es que atravesar el valle de la muerte no es tarea fácil.
¿Y qué es eso del valle de la muerte? Se preguntarán algunos, esto no es nada diferente a esos primeros años de vida de una empresa o negocio. En este tiempo de arranque donde se enfrenta a dificultades financieras, es donde más se requiere tomar decisiones acertadas que nos den luces para transitar ese oscuro camino.
Para nadie es un secreto que empezando un negocio el flujo de efectivo puede ser negativo, debido a los altos costos establecidos hoy para ser formal, mientras que los ingresos son limitados o inexistentes. En palabras más sencillas, la plata sale pero no entra a la caja.
Por eso es muy importante calcular muy bien la inversión inicial, no se limite solo a los activos que requiere para arrancar. Por ejemplo, si usted va a montar un negocio de jugos, tenga presente no solo el local, la licuadora, los vasos, las pulpas, entre otros insumos, también calcule el capital de trabajo, es decir, cuánto le costará operar hasta que los jugos le den ganancia (quizás 3 o 6 meses).
Dicho de otro modo, usted debe tener claro cuánto dinero requiere para operar sin ganancia, hasta que la empresa empiece a producir. Recuerde que no calcular esas diferencias entre el capital inicial y la generación de ingresos suficientes para mantenerse, lo pueden llevar a la quiebra.
En este país ser empresario es de valientes, se requiere perseverancia, gestión eficiente de recursos y, a menudo, la búsqueda constante de dinero adicional para mantener la empresa a flote hasta que pueda alcanzar la rentabilidad. El problema es que aunque existen las ganas de trabajar, el acceso a fuentes de financiamiento externas como los préstamos bancarios, son inexistentes. Este vacío financiero pone en aprietos al empresario y al comerciante, que luchan por sobrevivir con recursos limitados mientras tratan de alcanzar el punto de equilibrio.
Para mitigar este riesgo, hay varios consejos de expertos que van desde la reducción de costos (ahorrar en todo lo que pueda), la interacción rápida del producto para encontrar un mercado viable (construir un producto mínimo viable, probarlo y mejorarlo continuamente), la búsqueda activa de financiamiento, y la creación de alianzas estratégicas.
Este último consejo es muy importante para mí, porque aunque usted sea flexible para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y haga piruetas, si su entorno no es el más propicio para crecer, puede estar destinado a morir en el intento. Véalo de esta manera, usted puede tener suficiente ahorro para cubrir los costos iniciales y operativos durante los primeros meses o años de operación, pero siendo honestos no hay bolsillo que aguante y menos cuando los gastos mínimos u obligatorios son altos. Por eso es decisivo que busque aliarse con otras empresas o instituciones que puedan proporcionar recursos, conocimientos o acceso a nuevos mercados para ayudar a impulsar el crecimiento de la empresa. Las alianzas estratégicas podrían compararse con la idea de trabajar en equipo para lograr un objetivo común.
Todos hemos escuchado que cuando dos o más personas se unen para ayudarse mutuamente a superar obstáculos y alcanzar metas logran lo que individualmente parecía imposible, esta puede ser otra luz en el camino.
Por ejemplo, si usted tiene una pequeña tienda de productos locales y se da cuenta que muchos de sus clientes también están interesados en comprar productos frescos. Podría establecer una alianza estratégica con un agricultor para ofrecer sus productos en tu tienda. Esta colaboración los beneficiaría a ambos: usted obtendría más variedad de productos para vender, atrayendo a más clientes, y el agricultor tendría un punto adicional para vender sus productos, lo que podría aumentar sus ingresos.
Para evitar la muerte empresarial debemos trabajar en alianzas con actores estratégicos que generen valor para los empresarios y los emprendedores como incubadoras de negocios, aceleradoras, agencias gubernamentales, organizaciones sin ánimo de lucro, universidades, gremios, entre otros.