Piden detención en centro psiquiátrico para el asesino de una mujer en Ibagué

No enviar a la cárcel a Julián Avellaneda, sino a un centro psiquiátrico. Esa fue la solicitud que hizo un abogado al juez de control de garantías. (Ver: “Un cobarde le cortó los sueños a esta mujer”: alcaldesa de Ibagué sobre feminicidio)

Avellaneda asesinó a su exesposa en un local del centro de Ibagué donde ella estaba trabajando este sábado. Lo hizo con un arma de fuego y sin mediar palabra.

Su abogado, David Palacio, hizo polémicas declaraciones durante la audiencia preliminar y aseguró que el homicida estaba pasando por momentos muy angustiantes hasta que ‘estalló como un volcán’.

“Julián Avellaneda presenta una alteración grave del estado mental como depresión severa a causa de una separación con su excompañera sentimental, Katherine Bocanegra. Al parecer, por haber quedado desempleado, ella decide terminar con la relación considerando que su compañero sentimental no le aportaría nada económicamente”, comenzó diciendo el abogado.

Acto seguido, señaló que la mujer decidió apartar a su hija del hombre y le impidió verla.

“A eso se suma la situación de no poder ver a su hija, la menor de 11 años de edad, que la señora Katherine, madre de la niña, no le permitía ver, lo que lo afectó psicológicamente y lo llevó a un desorden emotivo-cognitivo de sus pensamientos y conducta”, agregó.

El defensor insistió en que había que escuchar la versión del feminicida, para entender las circunstancias que lo llevaron a tomar tal decisión.

“Acá tenemos que ver las dos caras de la moneda y ver qué fue lo que pasó. Avellaneda estuvo en consulta psicológica con anterioridad, señor juez, mi defendido estaba bajo un duelo muy grande. Hay que escuchar todas las versiones, porque si no se nos pierde ese simbolismo de la balanza”, sostuvo.

Luego agregó: “el señor Avellaneda quiere ver a su hija, no se la dejan ver, no entiende por qué, y eso le causa una frustración muy grande y le causa sentimiento de impotencia. Quiero decirle al señor juez que recuerde que Avellaneda no tiene antecedentes, no tiene anotaciones, es un hombre que nunca en la vida se ha visto en una situación penal”.

Momentos después, aseguró que el sujeto se enteró que su exesposa estaba embarazada, posiblemente de otro hombre, lo que le generó más desequilibrio emocional.

“Sorpresivamente le empiezan a contar que su expareja está embarazada. Él no lo puede creer porque él ama a su expareja todavía y la ve como una persona de buenos principios, no lo entiende y no lo cree. Oh, sorpresa, que un día va a la salsamentaria (donde ella trabajaba) y la ve con una barriga de embarazo”.

De acuerdo con el abogado, Avellaneda insistió en ver a la niña de 11 años, pero su exesposa le entregó una orden de alejamiento para que no pudiera acercarse a la menor.

“En esa situación en que no puede ver a su hija y que tiene una caución nueva que no comprende, empieza una discusión, la madre de la señora Katherine, la suegra de Julián, fue muy humillante, muy displicente. En algún momento, él va a la casa y le dice a la señora: mire, me da mucho miedo que llegue una persona, un hombre que no conozco, y que mi hija esté en las manos de un desconocido a hacer lo que yo nunca hice. Me preocupa mi hija. ¿Quién es esa persona? No la conozco, tengo derecho a saber mi hija en manos de quién va a estar”, dijo el defensor.

Luego añadió: “la señora suegra, de una forma muy humillante, le dice: ese señor puede venir aquí cuando quiera, quedarse acá cuando quiera y va a estar con la niña, mientras que el propio padre no la puede ver. Y eso crea un colapso emocional tan fuerte, que se lo expresó a la psicóloga y comienza a ocurrir un estrés emocional como un volcán que está tapado en la boca”.

Y fue entonces cuando ocurrió el atroz crimen. La mujer falleció esa tarde por la gravedad de sus heridas en un centro hospitalario. También murió la bebé que tenía en el vientre. Su hija de 11 años quedó huérfana. Entre tanto, el hombre fue detenido por las autoridades.

“Yo no apruebo esto, no estoy de acuerdo, me parece terrible. Aquí solamente la sociedad perdió. Pero no podemos desconocer ese duelo y esa afectación psicológica, pongámonos en el zapato de un hombre que pierde su hogar, su trabajo, su esposa, su hija, su familia y además de eso es humillado. Pues ese volcán explotó y eso significa que el señor Avellaneda, en actuar nefasto, lamentable, reprochable, actúa como un psicótico y tenemos este fatal desenlace”.

A raíz de estos hechos, el defensor pidió que Avellaneda no pagara una condena en centro carcelario, sino que fuera considerado un hombre con problemas mentales e ideaciones suicidas que debe ser internado en un centro psiquiátrico.

“Mi defendido no tiene antecedentes y no tiene anotaciones. Yo no le pido, señor juez, ni siquiera una domiciliaria (cárcel), no le estoy pidiendo la libertad, lo que sí le pido a usted como garante de la Constitución y como garante del Estado colombiano es que aplique una medida de protección y me lleve a Julián Avellaneda a una institución mental donde lo puedan tratar y lo puedan contener, porque este hombre está en peligro de quitarse la vida”, expresó el abogado.

Y concluyó: “le pido, señor juez, en su sabiduría, que le dé la medida de protección para que el señor Julián Avellaneda pague por lo que hizo, pero en una institución con atención psiquiátrica y psicológica, con medicación, contención y todo lo que el Estado colombiano está en obligación como garante de proveer en este caso”.

Julián Avellaneda, por ahora, fue enviado a la cárcel como medida de aseguramiento mientras avanza el proceso penal, se programan las siguientes audiencias y se define dónde permanecerá recluido.