Armando Martínez, el artista al que la docencia le cambió su vida
Siempre que se afirma que la docencia cambia vidas, se piensa en cómo impacta a los estudiantes. Sin embargo, Armando Martínez evidenció la manera en que esta vocación transformó su vida.
Él es maestro de arte y teatro en la Universidad de Ibagué y es descrito por sus estudiantes como un ser humano muy amoroso y noble.
"Es una persona con un corazón muy grande. Cuando yo vi clase se tomaba 10 a 15 minutos con cada estudiante y con una sonrisa les explicaba y preguntaba para conocer si uno entendía", describió María José Reinoso, exalumna del docente.
Al ser docente de arte para jóvenes que estudian distintas carreras con poca relación, su objetivo no es encontrar perfección, sino que espera que los alumnos puedan expresarse.
Armando les dice: “así tú no dibujes, mi idea es mostrar tu dibujo, tú puedes. Mi idea es motivar a los alumnos en esta práctica tan maravillosa”.
Una vida por el arte
Armando Martínez asegura que lo único que sabe hacer en esta vida es arte.
Desde niño, encontró amor por dibujar. A los cinco años le diagnosticaron meningitis y esto afectó su capacidad de comprensión y el arte fue su escape y salvación.
“Me era difícil estudiar hasta el punto de convencerme de que era bruto. Además, los otros niños me excluían y para no sentirme solo, me escondía a dibujar”, recordó.
La única apreciación que le daban cuando niño por pasar sus tardes dibujando y pintando era que perdía el tiempo.
"Me decían: dedícate a aprender, a escribir, a sumar, a multiplicar, porque eso es lo que se necesita", dijo.
Así que, con estos pensamientos infundados, decidió que estudiaría Agronomía, hasta que antes de una práctica, una docente le aconsejó cambiarse de carrera a Bellas Artes y lo hizo.
Sin embargo, por 'echarle la madre a un profesor', como él dice, se vio obligado a trasladarse a Cali y seguir con sus estudios allí.
Pero como en su vida, la emoción no falta, el decano del Instituto Departamental de Bellas Artes en Cali le hizo una propuesta que cambiaría el transcurso de su vida y carrera profesional.
"Me dijo que por qué no terminaba la carrera como docente. Es decir, me validaba lo que faltaba ese mes. Ahí empecé en la docencia. En el instituto empecé como aprendiz", indicó el maestro.
Desde ese momento, encontró una nueva forma de vincularse con el arte, porque además de hacer sus diversas pinturas, podría enseñar y aprender sobre su pasión por medio de la docencia.
La docencia cambió su vida
En sus años de estudio, trabajo y creación artística, un hecho transformó su vida de manera dolorosa.
“Ya me faltaba un semestre para el título cuando pasó lo de la toma del Palacio de Justicia en Bogotá, allá estaba mi compañera, la mamá de mi hija, y murió”, contó.
Este suceso generó que entrara en un círculo de tristeza que lo llevó a tomar alcohol excesivamente. Esto generó que no pudiera cuidar de su hija, debido a que pasaba sus días bajo los efectos del licor.
A raíz de esto, mientras trabaja en el colegio San Bonifacio, evidenció el impacto que la docencia tuvo en su vida.
“Dictando historia del arte, pintura y teatro, me hice el propósito de que nunca un estudiante me iba a sentir el tufo del alcohol ni me iba a ver en la calle borracho, eso me salvó”, describió.
Esto permitió que su cabeza pensara en cuidar de su hija y salir adelante a través del arte y la docencia. Hasta que en el año 2011, recibió la oferta de trabajar en la Universidad de Ibagué dictando arte y teatro.
“Cada semestre aprendo más. Una anécdota es que cumplí años el viernes 24 de febrero y tuve clase, me sentí feliz, porque ese día sentí que mi labor estaba dando frutos”, indicó.
Para él, la docencia va más allá de enseñar ciertos conocimientos o técnicas, si no que el verdadero valor está en como se aprende de manera recíproca.
Como afirma: "uno aprende más que enseñar".
Más que un docente, un artista
Aunque la docencia cambió su vida de manera importante, su pasión y amor se encuentra en el arte, en la acción de crear y expresarse por medio de él.
"Para mí el arte es memoria. Gracias al arte sabemos cómo era la vida en el Paleolítico y en el Renacimiento. La obra se hacía porque todavía no se sabía leer y se necesitaba implementar la Biblia y eso se lograba por la pintura", expresó.
Con esa premisa, él busca retratar por medio de sus obras la realidad de Colombia.
“Mi trabajo lo defino como un elemento básico para la memoria colectiva, aspiro ser parte de un museo que genere memoria sobre lo que ha pasado en el país", aseguró.
Del mismo modo en que el maestro quiere que sus pinturas queden en museos y evidencien hechos históricos de Colombia, él ha logrado que su memoria y enseñanzas queden en la mente de cada uno de los alumnos que pasaron por sus aulas y talleres.