Mafunda: el sonido urbano de las calles de Ibagué

El sonido de los carros, los vendedores ambulantes y las charlas de los transeúntes de la calle 60 con carrera Quinta de Ibagué se ven opacadas por las melodías del xilófono de Andrés Perdomo. 

Su nombre artístico es Mafunda, un artista del género urbano ibaguereño que nació el 3 de junio de 1982 y es licenciado en Educación Musical del Conservatorio del Tolima. 

En su niñez soñaba con ser un deportista extremo, practicaba monopatín en línea, lo que le provocó algunas cicatrices que hoy son un recuerdo que descansan en su piel. 

La música llegó a su vida por casualidad. Cuando salió del colegio Benjamín Herrera conoció a una joven de Medellín que había llegado Ibagué a estudiar música. “¿Cómo así que uno puede estudiar música en Ibagué?”, se preguntó Andrés.

Con sus pocas nociones para cantar y tocar la guitarra, se presentó en 2002 al Conservatorio del Tolima. En 2008 logró culminar sus estudios y se convirtió en licenciado de Educación Musical. 

En 2013 cuando trabajaba en la Fundación Nacional Batuta, empezó a enseñarle a niños y niñas de diferentes municipios del Tolima a manejar el xilófono. Desde ese entonces, se enamoró del instrumento. 

“Siempre me ha gustado la música rock y la urbana, entonces empecé a hacer melodías en el xilófono, fue una sensación indescriptible”, contó.

La falta de oportunidades laborales lo encaminaron a tocar instrumentos musicales en las calles de la ciudad para poder llevar sustento a su hogar.

En un primer momento, su voz y la guitarra no fueron suficientes para cautivar a los ciudadanos, así que decidió salir con su xilófono y el resultado fue positivo.

“Desde aquel entonces, comencé a salir más, aprender nuevas canciones y aquí vamos, tratando de alegrar el ambiente” comentó el artista. 

Mafunda se inspira en las melodías que están de moda en el género urbano y las transforma en notas musicales que pueda llevar a su xilófono. 

“Me gusta ver la cara de los niños al sentirse contagiados con el sonido único y melódico de la madera, ellos son mi motivación”, expresó. 

Y agregó, “lo positivo de ser artista callejero es que prácticas todos los días, a la gente le gusta, y uno puede dejar una huella musical en la ciudad”. 

A pesar de ser un artista reconocido en el género en Ibagué, para Andrés es difícil evolucionar en su arte, puesto que son escasas las oportunidades que le ofrecen en festivales y el apoyo económico es escaso.  

Perdomo lamentó el hecho de que un limpiavidrios o una persona pidiendo limosma reune más dinero de lo que él hace con su arte. "Toco un instrumento único en la ciudad, me enfoco en la cultura, ver este tipo de situaciones es triste para los músicos", puntualizó.  

“Es difícil ser artista callejero, algunas personas nos estigmatizan, nos juzgan por no estar en una oficina. En Ibagué se están perdiendo los buenos artistas, se percibe la poca ayuda por parte de los bares, restaurantes y entes de cultura, parece que a nadie le importamos”, concluyó. 

Por: Alejandro Vargas.