Proteína del veneno de serpiente cascabel eliminaría células de cáncer de pulmón
Un estudio reveló que el veneno de cascabel tiene moléculas que podrían atacar las células de cáncer de pulmón, enfermedad por la que cada año mueren en Colombia alrededor de 3.800 personas.
Así nació el interés de la candidata a doctora en Bioquímica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), Ariadna Rodríguez Vargas, quien analizó una muestra representativa del veneno de esta especie en la región Caribe, Orinoquía y Magadalena Medio para hallar la proteína lectina tipo C, que ha demostrado tener un efecto en células de cáncer.
Las muestras se examinaron mediante dos técnicas. La primera es la electroforesis en gel de poliacrilamida, en la que se toma una “foto” de los compuestos del veneno y se marcan algunas bandas con el peso molecular de las proteínas existentes.
La segunda es la cromatografía líquida de alta eficiencia, técnica que separa las sustancias del veneno y su calidad dependiendo de qué tan bien interactúan con el agua.
Así, con cantidades muy bajas (en el rango micromolar) se redujo o eliminó un 50 % en las líneas celulares de cáncer de pulmón estudiadas, lo cual es promisorio para que en un futuro se obtenga un fármaco o tratamiento efectivo contra la enfermedad.
La clave de estas moléculas es que, aisladas y separadas en el laboratorio, comienzan a tener propiedades distintas, incluso benéficas, a las que tienen cuando están mezcladas en el veneno y generan ese efecto tóxico y letal que conocemos.
Pero, como decía el pintor Bob Ross, reconocido por sus paisajes y frases célebres, “no existen errores, sino accidentes felices”, y esto es lo que la investigadora asegura que ocurrió en el intento de obtener lectina tipo C, pues esta apareció acompañada de serina proteasa, una enzima que puede tener actividad antitumoral y efectos sobre la coagulación de la sangre.
Según la doctora Rodríguez, un componente se robó el protagonismo, pues es difícil de identificar y solo estaba en el veneno de la cascabel del Caribe: la crotamina, una proteína pequeña relacionada con parte del efecto neurotóxico característico de este veneno.
“Esta proteína se puso a prueba para conocer su efecto sobre algunas líneas celulares de cáncer esperando lograr que estas fueran eliminadas y tuvieran un impacto importante en el control de la enfermedad”, asegura la experta.
Añade que “aquí el término clave es ‘apoptosis’, un proceso natural en el que las células cancerígenas ‘explotan’, y que la crotamina potencia, ya que se introduce en la célula y hace que una serie de genes produzcan en exceso caspasas, proteínas encargadas de ejecutar dicho estallido”.
Pero esto no es todo: la simulación computacional, una herramienta que cada vez le aporta más a la ciencia, no fue la excepción en esta investigación. La doctora utilizó un software especializado para predecir lo que ocurriría si la crotamina bloquea los canales de potasio de las células, encargados de regular diversos procesos de impulsos nerviosos, contracción muscular y presión sanguínea.
“Cuando el compuesto forma parte del veneno y la serpiente muerde a una persona, de inmediato esta puede sufrir parálisis de alguna extremidad, ya que se da una interferencia con los canales de potasio; sin embargo, cuando las proteínas se aíslan y se utilizan en el organismo, se produce un efecto beneficioso en enfermedades como el cáncer de pulmón, ya que se potencia el proceso de apoptosis o muerte celular”, indica la doctora Rodríguez.
El estudio de la investigadora Rodríguez es un primer paso para desentrañar las posibilidades que ofrece el veneno de la cascabel que, en un esfuerzo científico sin precedentes, podría ser la respuesta contra enfermedades que cada año cobran la vida de miles personas.