Se enredó el permiso para talar los árboles de la 60

La improvisación en la construcción del puente elevado de la calle 60 con carrera Quinta en Ibagué llevó a que el contratista le pidiera a Cortolima más tiempo para hacer viable su propuesta de talar varios árboles en este sector de la ciudad.

La solicitud la realizó el ingeniero Roberto José Gutiérrez, dueño del 80% del negocio, quien le solicitó a la Corporación que se le aprobara una prórroga de 45 días para poder reunir todos los requisitos que le permitieran tener el permiso ambiental. (Ver más: Le salió un nuevo inconveniente a la obra del puente elevado de la calle 60)

En un documento, al que EL OLFATO tuvo acceso, Gutiérrez admite que no cuenta con toda la documentación e información necesaria para lograr la correcta intervención de 195 especies arbóreas. (Ver más: Contratista del puente de la 60 buscaría permiso para talar 195 árboles)

Allí se menciona que, de momento, se carecía de la caracterización de algunas especies de flora que se pueden ver afectadas por las obras, así como de la organización de una socialización de la tala de árboles a la comunidad universitaria y los colectivos ambientales de la ciudad.

Esto sorprende, teniendo en cuenta que -hace unas semanas- el alcalde de Ibagué, Andrés Hurtado, había señalado a la Corporación de no otorgar rápidamente el permiso de aprovechamiento forestal.

Sin embargo, el documento deja ver que la demora sería del lado del contratista, el cual no pudo subsanar los requerimientos de manera exprés.

Finalmente, se sabe que Cortolima accedió a darle la prórroga hace poco más de una semana.

No sin antes advertir que: “vencidos los términos establecidos, sin que el peticionario haya cumplido el requerimiento, la autoridad decretará el desistimiento y el archivo del expediente”.

Lo que quiere decir que la obra -de $40.000 millones- no podría despegar y su entrega en el mes de diciembre se quedaría en una promesa.

De acuerdo con respetados ingenieros consultados por esta redacción, todo el enredo con la falta de permisos dejaría ver lo que serían una serie de improvisaciones y falta de organización.

Lo anterior, debido a que lo normal sería que la Consultoría hubiera dejado los permisos ambientales para que la obra pudiera iniciar sin mayores contratiempos.

"La Alcaldía permitió recibir los diseños contemplando los permisos ambientales a futuro, cuando debería ser una obligación dentro del contrato el que tenían que sacar la licencia. Eso fue una mala configuración del contrato y ahí está la improvisación", mencionó uno de ellos. 

Por otro lado, el no contar con este trámite no sería excusa para que la obra se detenga y, más aún, que lleve retrasos de casi el 30%.

“Se puede ser más diligente ante Cortolima para lograr los permisos. (...) Eso es un asunto que debieran coordinar el contratista con la interventoría, pues no es justificación el no iniciar una obra por trámites que estén en proceso, puesto que, de todos modos, ellos están en la obligación de cumplir unos tiempos de ejecución que no pueden pararse porque no salió un aprovechamiento forestal”, concluyó.

Contrario a lo sostenido por los ingenieros, la Alcaldía de Ibagué aseguró que el correcto proceder para este tipo de permisos consiste en que el contratista de la obra sea quien realice los trámites ante la autoridad ambiental.

"Yo adjudico y tengo un encargado del proyecto. Es este dentro de sus actividades quien tiene unos permisos por sacar. Así las cosas, estamos cumpliendo", mencionó en su momento Sharon Guzmán, secretaria de Infraestructura.

Entre los cálculos de la Alcaldía está contar con el aprovechamiento forestal a finales de septiembre para en octubre poder hacer el cerramiento y las labores de excavación.