Las ruinas del siglo XVII que le dan turismo y progreso a Falan

Roberto Tovar Gaitán, periodista colombiano, nunca imaginó que adentrarse en la Tolima oculta le permitiera encontrar las ruinas de una ciudadela minera del siglo XVII, abriéndole las puertas al turismo y el progreso del municipio de Falan. 

“La leyenda de las ruinas de Falan está comprobada, sus murallas, fortines, fortalezas y túneles son una realidad de la historia”, expresó Tovar Gaitán en el año 1987 cuando descubrió lo que hoy se conoce como la Ciudad Perdida de Falan. 

Este territorio por donde se dice caminaron hombres como Gonzalo Jiménez de Quesada, José Celestino Mutis, el sabio Caldas y Simón Bolívar se ha convertido en una fortaleza turística, brindado a propios y visitantes un contacto directo con la naturaleza y la historia, a través de recorridos guiados, canopy, torrentismo y hasta hospedaje en un glamping. 

Fernando Aguirre López, director de la Fundación Ecoturística Santa Ana, empresa operadora de la reserva natural Ciudad Perdida de Falan, menciona que este sitio es único en Colombia. 

“Estas minas corresponden a las reales minas de Santa Ana, se llamaban reales porque eran propiedad del rey de España y eran minas de plata de donde se sacaba la mejor plata que hubo en América, en la época de la colonia, de muy alta calidad”, señaló el director.

Aguirre López también indicó que las ruinas son estructuras en piedra de más de 300 años de construidas y corresponden a bodegas, murallas y túneles de la ciudad minera española. 

Dentro del Falan oculto 

Luis Barrero, activista ambiental y guía turístico, es uno de los jóvenes que se beneficia del turismo en la Ciudad Perdida. En temporada y fines de semana llega a Falan para contarle a los visitantes la historia de las ruinas reales. 

“Compañeros, están listos”, dice Barrero mientras se sube un arnés por sus piernas, se pone un casco y vigila que las personas que irán con él al recorrido realicen lo mismo. Los implementos son necesarios para pasar 1.300 metros por el aire, en uno de los canopy más largos de Colombia. 

Con todo listo, Barrero y sus acompañantes inician la travesía. Después de aproximadamente 10 minutos de caminata se llega al charco denominado Descanso de Mutis. 

“Es uno de los charcos más bonitos que tiene la reserva. Es amplio y profundo, tiene entre 5 y 6 metros de profundidad. Su agua es fría, pero por la humedad del lugar es ideal para refrescarse”, expresa el guía. 

Continúa el recorrido por puentes de guadua y caminos rocosos hasta llegar al Charco de las Ranas en donde se puede divisar la rana punta de flecha, utilizada por los indígenas para cazar y defenderse de los españoles. 

El sonido del agua y la señalización del camino los lleva a la Cascada del Sabio Caldas. Barrero cuenta que “en la reserva natural tenemos nombres de personalidades de la época de la Colonia, ya que el sentido de esto, es que eran unas minas de oro y plata, que con la Gran Expedición Botánica fueron visitadas por grandes personalidades. Y se les pusieron nombres de personalidades de esta época”. 

Después de una hora de camino se llega a la primera ruina de la Ciudad Perdida. Se trata de la Bodega Galeón, su nombre se da porque parte del oro que se encuentra hundido en el mar, del Galeón San José fue sacado de esta mina. 

“Es una de las más grandes y representativas. Es solo el 2% porque cuando dejaron de trabajar en las minas, los terrenos los adquirieron algunas personas y no sabían de la importancia de esto. Los ladrillos se sacaron para construir la iglesia del pueblo y edificaciones de Mariquita”, puntualizó Barrero. 

En la ciudad se pueden divisar otras estructuras como la bóveda de Robert El Inglés y el túnel Roberto Tovar, en honor al periodista que descubrió la ciudad perdida. 

Tras dos horas de camino entre historia y naturaleza, el recorrido finaliza. La Ciudad abre sus puertas de 8:00 de la mañana a 4:00 de la tarde. En el lugar, las personas pueden hospedarse en un glamping y disfrutar de la noche en la montaña. 

“Es un sitio de aventura muy completo, muy cerca. A 20 minutos de mariquita, 2 horas de Ibagué y 4 de Bogotá. También nos visita gente de Medellín y Manizales. Aquí estamos promocionando el turismo del municipio y queremos que el municipio se beneficie con la economía del turismo”, puntualiza don Fernando. 

Aunque Falan hace parte de la zona de influencia del volcán Nevado del Ruiz, en caso de una posible erupción, este municipio del norte tolimense no se vería afectado. Así que no lo piense más y descubra las ruinas de la Ciudad Perdida.