Vivir en zonas rurales aumentaría el riesgo de suicidio en adultos mayores
Los adultos mayores que habitan en el campo son víctimas de la débil cobertura y acceso al sistema de salud, situación que, junto a la falta de ingresos fijos como una pensión, y de una red de apoyo emocional, los llevaría a tomar la decisión de ponerle fin a su vida.
El suicidio en la población adulta mayor es un problema de salud pública grave que no ha recibido la atención que merece desde los sectores académicos y gubernamentales.
En personas mayores de 60 años esta situación se ha asociado principalmente con factores como el deterioro de la salud mental o la depresión, o a una enfermedad crónica.
No obstante, la falta de ofertas en servicios de salud, sobre todo para las personas que viven en la ruralidad, conlleva a un deterioro más acelerado y prematuro que, en muchos casos por dolores extremos, lleva a los adultos mayores a tomar la fatídica decisión.
En su trabajo doctoral en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), Ivonne Ordóñez Monak encontró que, aunque existe una tendencia a que los adultos mayores tengan una tasa más alta de suicidio que el resto de la población, algunos casos se podrían evitar si se disminuyen las brechas de inequidad.
Temor a la dependencia incrementa los temores
Algunas razones por las cuales presentan una tasa más alta es porque tienen temor de perder las capacidades que les permiten ser autónomos e independientes, e incluso, ser proveedores del hogar.
Mientras que las mujeres tienen un rol social bien definido con sus hijos y nietos, en los hombres se da la tendencia a estar más relegados, situación que estaría asociada con una sensación de pérdida del sentido de la vida que los lleva a cometer suicidio, explica la investigadora.
Agrega que “la falta de estabilidad económica los golpea muy duro. Saber que dependen de sus hijos, o que van a depender, es muy difícil de asimilar para ellos”.
Además de la incertidumbre por no poder pensionarse o acceder a un empleo estable. Algunos adultos deciden trabajar en la informalidad y terminan en la indigencia, lo que refuerza sus problemas de salud y podría predisponer al suicidio.
De otra parte, en mujeres, entre las razones que las llevaron al suicidio se encuentran enfermedades mentales como Alzheimer, depresión y demencia; para un 57 % de los hombres las motivaciones tenían que ver con el desarrollo de enfermedades como cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), afecciones cardiovasculares y diabetes.