Sobre la decisión de la Corte Constitucional de despenalizar el aborto hasta los seis meses, con sentimientos encontrados, analizo como cada vez más se animalizan los humanos y se humanizan los animales.
Aparecen algunos proaborto diciendo, con cierto cargo de conciencia, que viendo las imágenes de los fetos a los seis meses ya es otra cosa, ya tiene forma, ya siente, dicen con impresión. A lo que los proaborto, que están de acuerdo con la decisión de los seis meses, alegan que puede ser mucho tiempo, pero no estamos contando que ese tiempo muchas veces es lo que tardan las entidades de salud, y demás entidades involucradas en permitir los procedimientos.
Además, estamos muchas veces asumiendo que esto es un procedimiento rápido y sin implicaciones para quien lo recibe. Seguro que quien recibe ese procedimiento a ese tiempo no la está pasando para nada bien. Eso se alega para justificar los seis meses, porque según eso, los abortos generalmente a nivel global no pasan del tercer mes.
Me disculpan el sarcasmo, pero, en ese caso, ¡nunca será suficiente! Dadas las falencias del sistema. Tal vez sea procedente la ejecución del bebé ya nacido, cuando la autorización se consiga.
Alrededor de este tema tan complejo encuentro tres discusiones esenciales: la bioética, si se puede llamar así; la de la competencia que se "arrogó" la Corte Constitucional en esta decisión y; la del “injusto” sistema de justicia que ha condenado solo a mamás que han abortado.
Sobre la discusión bioética no tengo dudas acerca del error grave de naturalizar el asesinato de una vida en incapacidad de defenderse en cualquier momento de su proceso antes de nacer.
He escuchado hasta que por no ser seres sintientes -cuando en realidad es que eso no está comprobado- es una justificación para el aborto antes de los seis meses. En ese caso, ¿se están justificando los abusos a los escopolaminados en la calle o a los sedados en un consultorio médico? No se pueden tener puntos medios cuando se habla de una vida.
Sobre la segunda, veo varias posiciones muy interesantes todas, que no sabría cual creer. Pero me veo cercano a la del exmagistrado José Gregorio Hernández que leí en un portal web de noticias sobre derecho. Estas son solo las dos primeras líneas: “Se equivoca la Corte Constitucional dictando sentencias legislativas sobre el aborto. Las equivocaciones son graves, por cuanto representan una inadmisible invasión de la órbita reservada por la Constitución al Congreso.”
El texto completo en este link: https://www.lavozdelderecho.com/index.php/opinion/item/6956-punto-de-referencia-la-corte-y-el-aborto-jose-gregorio-hernandez-galindo
La tercera discusión evidencia fallas serias en el sistema de justicia. Según lo que escuché en la interesante conversación entre las doctoras Fanny Barragán e Inés Yohanna Pinzón a través de un En Vivo que publicó ELOLFATO.COM, la gran mayoría de las condenas son para la madres que abortan. Es más, entendí que todas las condenas han sido para ellas en realidad. Sin tener en cuenta a parteros, médicos, clínicas, etc. Es decir, condenan al autor intelectual y dejan por fuera al material. Sí ha sido así, es una total injusticia. Y eso deber revisarse para ver cómo se llega a los que no se han tocado y se atienden estas madres, sin posibilidades de atención, sobre todo las menores de edad.
Este es un tema complejo con mucha tela por cortar. Espero que exista algún recurso que permita reversar la decisión y así salvar vidas. Tanto las de los niños asesinados, como las de las madres que en ejercicio de su “derecho” recién otorgado vayan a abortar en una de los tantos lugares que saldrán a proliferar, ya legalmente.
De otra parte, las cirugías estéticas son legales en Colombia y vean tantas experiencias negativas con vidas perdidas por la mala práctica y en lugares no autorizados. Ahora se tendrá certeza sobre el tema de la clandestinidad del aborto, si es porque estaba penalizado, o porque muchas mujeres no quieren que sea haga público su estado y menos su decisión.
Al final, el sarcasmo no era tal.