Superado el hito del túnel de La Línea, con la doble calzada Cajamarca – Calarcá, mejorará el nivel de servicio del corredor Bogotá – Buenaventura. Aunque todavía faltan dos tramos de doble calzada en dicho corredor: Ibagué – Cajamarca y Calarcá – La Paila.
Es claro que el mayor desafío del trayecto era viajar por el alto de La Línea. Siempre sometidos a la incertidumbre del clima, la inestabilidad de los taludes, a la velocidad de la tractomula de adelante y a las varadas y accidentes en plena curva. Era bien complicado tomar la decisión de viajar hacia Armenia, Cali, Pereira, Buenaventura y desde el otro lado de la cordillera hacía el Tolima y Bogotá.
Pues bien, podemos decir que, el gobierno Duque por fin cumplió lo que todos los anteriores habían prometido. Hoy tenemos esa gran infraestructura al servicio de los colombianos.
El túnel de La Línea en operación hace 14 meses y la doble calzada nueva de 30 kms entre Cajamarca y Calarcá desde el pasado 22 de noviembre. Este gran proyecto consta de 60 obras: 25 túneles (incluido el de La Línea), 31 viaductos y la vía a cielo abierto.
¿Ahora que viene? La respuesta inmediata sería: terminar la doble calzada Ibagué – Cajamarca y avanzar con Calarcá – La Paila. Pero, ¿Con eso quedamos al día con las necesidades de competitividad del país? La respuesta es NO.
El país viene desarrollando su infraestructura al ritmo que ha podido, pero no al que necesita para estar a tono con la competitividad que exigen la demanda de los mercados del mundo.
Por La Línea transitan a diario de 6.000 a 7.000 vehículos en ambos sentidos. Al menos el 60% son vehículos de carga. Es decir, cerca de 4.000 vehículos son de carga. Carga que irá aumentando en la medida que el país va creciendo en su producción o en su demanda.
Los mercados aumentan en la medida que aumenta la población mundial. Simultáneamente aumentará el tráfico de vehículos de pasajeros y livianos.
Mi punto es: la vía Ibagué – Armenia, el paso por La Línea en 10 años empezará a congestionarse de nuevo y por lo tanto volveremos a bajos niveles de servicio. El corredor en 15 años no dará abasto. No en vano ya se inició la construcción del tercer carril Bogotá – Girardot.
Necesitamos plantear y planear de inmediato soluciones para este problema que vemos venir y que impidan, nuevamente, que cuando llega la solución, ya es insuficiente.
Lo interesante es que hoy existen planteamientos de solución a este problema del futuro cercano, que además de mejorar el nivel de servicio del corredor Bogotá – Buenaventura, aportará y de qué manera al progreso de Ibagué y el Tolima.
En mi próxima columna les hablaré de una iniciativa de alto impacto que propone una nueva solución de infraestructura para el paso de la Cordillera Central. De realizarse sería un proyecto impactante para Colombia y nuestra región Central – Eje Cafetero y determinaría nuestro progreso en el mediano y largo plazo.