"La madurez política está deteriorada por los ríos de dinero que las campañas están invirtiendo": Camilo Delgado
Faltan tres meses para regresar a las urnas y escoger a los nuevos miembros del Congreso de la República.
En diálogo con EL OLFATO, el candidato a la Cámara de Representantes por el Tolima, Camilo Delgado, habló de sus propuestas, conflictos políticos, fuentes de financiación, miedos y la eterna pregunta que, según dice, siempre le formulan: ¿por qué descartó lanzarse nuevamente a la Alcaldía de Ibagué? Estas fueron sus respuestas.
EL OLFATO: ¿Por qué decidió no lanzarse a la Alcaldía y sí a la Cámara de Representantes por el Tolima?
Camilo Delgado: Fue una decisión difícil. Se presentó un estallido social en Colombia. Ibagué no fue la excepción. Ocurrieron todas estas manifestaciones y comienza a despertar un sentimiento de insatisfacción y de renovación.
Empezamos entonces a reflexionar si era más importante apoyar a otro político de nuestra misma línea del partido Liberal con la que muy seguramente no tendríamos afinidad desde el punto de vista de las formas y las maneras de hacer la política, o iniciar un proceso propio.
Conscientes de que el sueño más importante en nuestra vida seguirá siendo llegar a la Alcaldía de Ibagué, había una oportunidad muy bonita de capturar esa insatisfacción ciudadana y apostarle al sentimiento nacional de renovar el Congreso. Por eso aspiramos a la Cámara.
E.O: Usted es fuerte en Ibagué. Pero, ¿cómo hará para conseguir votos por fuera?
C.D.: Somos conscientes de eso. El reconocimiento está en Ibagué y por eso el nodo principal será la capital tolimense.
En Ibagué, el reto más importante que tenemos en nuestra campaña es llegar a los 15.000 votos (algo histórico). Acá los mayores electores siempre están dentro de los 11.000 y 12.000 votos.
Esperamos lograr el 80% de la votación para la Cámara de Representantes en Ibagué y los municipios donde hemos venido haciendo un ejercicio orientado a trabajar sobre esas necesitadas relegadas en el tiempo.
E.O.: ¿Usted se lanza a la Cámara porque así lo quiere o porque Mauricio Jaramillo lo lanza para quemarlo y que no se lance después a la Alcaldía?
C.D.: No, todo lo contrario. Pasó algo muy curioso. Cuando a mí me preguntaron a quién quería apoyar tuve la leve decisión de apoyar a otro candidato, pero entendí que era una oportunidad bonita con las manifestaciones que dieron lugar a grandes decisiones: la caída de una reforma tributaria, el archivo de una reforma a la salud…
Yo le confieso: no estaba dentro de los planes ni de Mauricio Jaramillo ni mucho menos de Ángel María Gaitán que yo aspirara a la Cámara de Representantes. Por eso creo que los tomó por sorpresa cuando tomé la decisión de no apoyar a X o Y candidato, sino asumir a nombre propio esta representación del departamento del Tolima con la bandera del partido Liberal.
E.O.: Hablemos de la financiación: los políticos necesitan plataforma (plata y forma). ¿Cuál es la suya?
C.D.: Tenemos forma, pero no plata. Creo que cuando uno no es elector nunca se pregunta de qué viven los políticos, a qué se dedican cuando no están trabajando y hacen campaña, pero no se les conoce un sueldo.
Yo quiero partir de ese punto para explicar la forma como hemos planteado nuestra financiación. Lo primero: Camilo Delgado está sufragando su campaña con su trabajo. Yo nunca he dejado de trabajar profesionalmente y siempre he ejercido el derecho como abogado litigante.
Tengo la fortuna de completar 18 años perteneciendo a diferentes universidades públicas y privadas de la región. Esa es la primera fuente de financiación: los recursos propios.
Pero también hicimos uso de una plataforma que a nivel global le ha permitido a muchos políticos conseguir recursos: Vaki. Esta es una plataforma de financiamiento donde se pueden apoyar causas sociales y políticas. Ahí se puede tener claridad de quiénes son los aportantes que a la campaña van a llevar recursos.
No esperamos recaudar ni $1.000, $2.000 o $3.000 millones que es lo que usualmente gasta un candidato a la Cámara de Representantes del Tolima, auspiciado por las casas políticas tradicionales. Pero sí queremos llegar a una suma que por lo menos nos permita cubrir gastos más importantes.
E.O.: ¿Cuáles son sus propuestas para llegar al Congreso?
C.D.: Uno: la agenda legislativa del próximo Congreso tiene que estar orientada a superar las desigualdades que aún existen en materia de educación. No solamente se trata de hablar de gratuidad educativa, sino de calidad educativa.
Dos: tenemos claramente definido que el sueño de los tolimenses es superar esos problemas que tienen en materia de infraestructura y conectividad. La infraestructura vial está muy ligada a temas netamente político-electorales. Muchas veces desde la Presidencia, ANI, Ministerio de Transporte, los proyectos no fluyen cuando hay sectores que en las regiones no han respaldado esas causas políticas.
Es importante tener definido un plan de acción para poder intervenir estos puntos específicos que reclaman atención prioritaria: vía Ambalema, vía Planadas-Ataco, vía Ataco-Coyaima, vía Dolores-Alpujarra, vía Líbano-Villahermosa.
Tres: el agua. Ha sido una constante el problema que se presenta en materia del suministro de agua potable. Queremos garantizar que el líquido para la ciudad y el campo sea una realidad. Tenemos que ser conscientes de que la normatividad ambiental no puede estar supeditada a la política de explotación de hidrocarburos. Miren cómo la política de aguas está por debajo de esas políticas en pro del fracking y la explotación del territorio.
E.O: El barretismo estaba preocupado por su candidatura y porque usted trabaja en un fortín barretista como la Universidad del Tolima. ¿Usted renunciaría a su cargo en la UT porque dicen que estaría haciendo campaña a través del consultorio jurídico de la universidad?
C.D.: No se pueden confundir peras con manzanas. La historia académica de Camilo Delgado no nació ahora, yo completé ocho años con la Universidad del Tolima. No soy funcionario de planta ni directivo, simplemente un catedrático adscrito al consultorio jurídico que hace lo suyo con responsabilidad.
Creo que ningún estudiante, profesor o directivo podría decir que hemos utilizado el escenario académico para desarrollar actividades de proselitismo político. Es descabellado porque somos sumamente respetuosos con el criterio político y con el respeto que merecen los estudiantes.
E.O.: Eso es muy bonito pero el barretismo no le come de esas excusas. ¿Lo pueden sacar de la UT? ¿Legalmente le pueden decir que no va más?
La política es el arte de lo imposible y cualquier cosa puede pasar. Esperemos que no sea así y se tomen el trabajo de evaluar con estudiantes y profesores nuestro desempeño. Además, que no estigmaticen y pongan unos apelativos a quienes están en la política por vocación y no por negocio.
Sí, lo acepto. Soy un profesor que se cansó de estar dentro de un salón de clases hablando de la coyuntura nacional, regional y local, y salió a hacer política, pero fuera de los salones.
E.O.: ¿No le da preocupación que lo muelan en campaña porque hay mucho candidato con plata?
C.D.: Bastante. Una de las debilidades que identificamos es que lamentablemente la madurez política está deteriorada por cuenta de los ríos de dinero que muchas campañas van a invertir y están invirtiendo.
Yo veía, por ejemplo, espacios en barrios populares de Ibagué donde llevábamos un compartir o una novena para que los niños se divirtieran. Al momento llegaban candidaturas con bicicletas, regalos, anchetas, rifas, vinos, galletas.
Yo creo que el elector de hoy tiene que tomar consciencia que toda esa cantidad de dinero que se está invirtiendo en las campañas la va a buscar recuperar el político de cualquier forma. El fin para ellos justifica todos los medios. Por eso la austeridad, el respeto que hemos tenido con los topes de campaña que hicimos en la Alcaldía de Ibagué y que esperamos replicar en esta campaña a la Cámara de Representantes.