Familia implicada en riña en el barrio El Jordán de Ibagué dice que tiros al aire eran de fogueo
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Como un caso de intolerancia calificó la familia Estrada –que pidió ocultar su verdadero apellido– la pelea por un vehículo que acabó con disparos al aire en Ibagué. (Ver: Pelea que se salió de control acabó con tiros al aire y el presunto favorecimiento de un policía en Ibagué)
Los hechos se registraron en la noche del domingo 19 de diciembre, en la Octava Etapa del barrio El Jordán, a raíz de– según indicó la familia– una serie de agresiones en su contra que fueron de mal en peor, ante las cuales se defendieron con dos disparos de fogueo. Esta es su versión de los hechos.
“Al frente de nuestro garaje hay una zona verde y había un carro estacionado. Duró así tres horas. Nosotros llamamos a la Policía en tres ocasiones, les preguntamos a los vecinos de quién era el vehículo y nadie conocía el dueño”, manifestaron.
Y agregaron: “lo que hicimos fue torcer la puerta del garaje hacia dentro para poder sacar nuestro carro sin rayar el otro. Cerramos la puerta y nos fuimos a ver el alumbrado”.
Fue entonces cuando, según una cámara de seguridad de su vivienda, llegaron los agentes de tránsito y se llevaron el vehículo luego de varios minutos discutiendo con algunos vecinos.
EL OLFATO consultó con la Secretaría de Movilidad el motivo por el cual fue inmovilizado el automotor, y esta dependencia argumentó que había sido estacionado en un sitio prohibido, con una multa correspondiente a $390.000.
“Estacionar un vehículo sin tomar las debidas precauciones o sin colocar a la distancia señalada por el Código de Tránsito las señales de peligro reglamentarias”, respondió.
Así pues, la familia aseguró que a su llegada fueron recibidos con agresiones verbales por parte del propietario.
“Cuando llegamos, nos recibieron con amenazas. Tiraron piedras a la casa y rompieron un vidrio. El dueño del vehículo estaba muy ofuscado y golpeó a mi esposo. Entonces sonaron dos tiros al aire, pero eran balas de salva”.
Las balas de salva o de fogueo son cartuchos que producen un fogonazo y ruido idéntico a un arma de fuego, pero carecen de un proyectil.
Aún así, dicen, lo hicieron en defensa personal, pero las agresiones no han parado.
“Después de ese episodio llegaron otras personas a amenazarnos. Nos decían que si veían a mi esposo o a mí nos iban a coger a golpes. Además, que debíamos pagar el parqueadero, la multa y la grúa. Yo le respondí que si él dejaba un carro atravesado en cualquier parte es su suerte. Lo buscamos tres horas y los vecinos tampoco dieron razón. Nosotros nos fuimos y llegó Tránsito a inmovilizar el vehículo y llevárselo”, manifestó.
