Bienvenidos todos los eventos que permitan vender a Ibagué, sean estos culturales, deportivos, empresariales, de talla nacional o internacional como el reciente campeonato mundial de patinaje que acaba de realizarse.
Todo ello permite: 1. Dar a conocer la ciudad y 2. Dinamizar la economía local. Sin embargo, no es entendible que se quiera mostrar una ciudad que lamentablemente se ahoga en medio de un mar de problemas. Una ciudad sin norte, sin una mega visión, una ciudad con buenas intenciones, pero con pocas realizaciones, a pesar de todos los ejercicios que se han desarrollado: Ibagué visión 2020 o Ibagué 2025 por mencionar algunos.
Nuestros abuelos planteaban que antes de tener invitados en casa, había que organizarla primero. Esto implica la puesta a punto de todo lo que la conforma, no se trata solamente de pintar la sala, sino de pintarla en su totalidad con el fin de evitar un mal rato con los visitantes. Lamentablemente nos estamos acostumbrando a realizar lo contrario, es decir, creemos que es suficiente tener el escenario donde se realizará el evento a punto o casi a punto, descuidando factores fundamentales como la malla vial y la inseguridad.
En el mismo sentido se debe contar con un mapa vivo y actualizado de los sitios turísticos de la ciudad donde haya una agenda temática previamente establecida que garantice la atención de los participantes cuyo objetivo sea dar a conocer la cultura de los ibaguereños. Esto desde luego implica una coordinación con los responsables de la administración de dichos sitios, de tal manera que se contrarreste la improvisación.
Otro error que no se puede seguir cometiendo es carecer de un grupo de guías turísticos debidamente formados, con disposición y carisma para la atención de los visitantes, con un lenguaje amable y cortés (recordemos que no hay una segunda oportunidad para causar una buena impresión).
El parque automotor que se contrate debe cumplir con un mínimo de condiciones, empezando por la presentación de los conductores quienes deben ser conocedores de la ciudad y estar dispuestos a orientar y guiar; en la misma línea, vehículos en buen estado y en condiciones de ser utilizados.
No es bueno, no es sano que desconozcamos el real estado de la ciudad, porque ya se escuchan voces en favor del desempeño del alcalde, comentarios que se entienden desde la emocionalidad y no desde la racionalidad que debe caracterizar cualquier evaluación.
Pareciera que se desconoce la real fotografía de la ciudad, la cual se puede construir si en forma juiciosa se revisa lo que se publican los medios de comunicación local. No hay un solo día donde no se dé a conocer una problemática existente en un sector de la ciudad y por ende el llamado urgente para que se dé solución a la misma.
Vuelvo y repito: bienvenidos todos los eventos que se quieran realizar en la ciudad, siempre y cuando tengamos una ciudad debidamente preparada en todo sentido, tanto en infraestructura como en talento humano.
Realizar un evento implica como mínimo un proceso de planeación con tres enfoques: 1. Planeación técnica que recoge las características del evento, 2. Planeación de infraestructura que recoge las característica de la ciudad y 3. Planeación turística.
Siempre he creído que solo con evaluaciones objetivas se pueden reconocer los aciertos y los errores que deben convertirse en fuente de aprendizaje para la ciudad y sus dirigentes, solo así se podrá mejorar en el próximo evento, hasta lograr uno bajo la filosofía de la excelencia.