Adriana Reina: de víctima del conflicto armado a emprendedora que enseña a niños a tejer
Adriana Reina no dormía, sufría de ansiedad y había desarrollado un temblor involuntario en su mano derecha luego de que un ejército de desalmados matara a su pareja sentimental en 2001. Ella abandonó todo y comenzó a tejer como actividad terapéutica. Entonces renació otra persona.
Fundó ‘Asoteher’ en el municipio de Herveo, en la punta norte del Tolima. Comenzó con dos niñas y –gracias al voz a voz– hoy recibe más de 40 estudiantes que practican el tejido como artesanía. “Mis arañitas”, les dice con cariño. Esta es su historia de borrón y cuenta nueva.
Todo comenzó en la casa de la infancia de Adriana Reina, donde aprendió la técnica de crochet, que consiste en tejer con lana utilizando un pequeño gancho. "No se me hizo difícil" señaló, "pero tampoco lo practicaba con mucho entusiasmo y lo abandoné durante mi adolescencia”.
Pero entonces, años después, ocurrió un episodio doloroso. Grupos paramilitares que frecuentaban por Herveo balearon a su pareja, con quien administraba un minimercado. Adriana dejó todo atrás, su vida también corría peligro, y se refugió en Fresno.
Pero fue insuficiente: las secuelas psicológicas le robaron el sueño y le concedieron un temblor involuntario y sostenido en su mano derecha.
Los problemas iban en alza hasta que un día un médico le recomendó tejer como catarsis y terapia. “La actividad del tejido es concentración, paciencia y orden”, le manifestó, y los síntomas comenzaron a desaparecer cuando retomó esta tarea que la devolvía a la infancia.
Adriana regresó a Herveo, se recuperó económicamente y en 2017 decidió fundar ‘Asoteher’, un emprendimiento que articula y apoya a los artesanos del municipio. Comenzó con adultos, como es usual en estos casos, hasta que dos niñas se arrimaron y le preguntaron: “yo quiero que me enseñe a hacer esas cosas tan bonitas que hace”.
Y así fue. Adriana reservó un espacio todos los días, y poco a poco se dieron las condiciones para que la Asociación se convirtiera también en una 'escuela' de tejeduría para niños. Todos ellos, hoy, suman más de 40 integrantes. “Tengo niños desde los cuatro hasta los diecisiete años”, dice con orgullo.
Fortalecidos, hoy en día las clases comprenden dos horarios: de 9:00 a 12:00 del mediodía y de 1:30 a 6:00 de la tarde entre semana. Cada uno de los niños aprende a tejer con la técnica de crochet y expone sus productos a través de la asociación.
“Me gusta enseñar” dice Adriana, “ellos son muy juiciosos, emprendedores, les gusta crear y captan muy rápido la información. Hacemos minibolsos, aretes y también estamos combinando el tejido con el cuero. A veces he tenido que revisar tutoriales por internet para enseñarles bien a mis arañitas”.
Asimismo, Adriana trabaja con adultos técnicas de bordado y combinación de tejido con guadua. También elaboran pulseras y productos derivados de la madera. Son 38 integrantes.
Uno de ellos, Alejandra Salazar, madre de una de las niñas vinculadas, expresó: “Asoteher está sembrando en los niños ese interés y esa disciplina. Desde que están en el semillero han cambiado, porque sus elecciones ya no son el celular o la televisión, sino las mochilas y el deseo de hacer cada vez más”.
Hasta ahora, la asociación no ha recibido apoyos de la Administración Municipal porque no está registrada en Cámara de Comercio (se encuentran en ese trámite). Entre tanto, Adriana explica que es arduo trabajar sin materiales y pide ayuda constante a gente del común. Sin embargo, conserva una sonrisa y una esperanza.
“Toda la vida me ha fascinado lo artesanal”, dice, y ha llevado esa vocación hasta el extremo de ayudar a todo aquel que quiera aprender. Recientemente, incluso, la asociación participó en la primera feria artesanal de Herveo para visibilizar sus productos.
Muchas vidas han cambiado desde 2017. De Adriana Reina dicen que el apellido no le sobra: es una líder, y desde que creó Asoteher ayuda a los artesanos (grandes y pequeños) para llevar sus creaciones a su mejor destino.