Otra 'piedra en el zapato' para la presencialidad: algunos estudiantes no quieren que se les exija

Todos, en algún momento de la vida, hemos estado en lo que se denomina zona de confort: un espacio que nos hace sentir seguros, tranquilos y, en pocas palabras, viviendo una misma rutina cada día.

Ahí, muy seguramente, ingresaron los estudiantes cuando se enfrentaron a un cambio en su realidad académica: pasar de los salones de los colegios a la sala de su casa, al estudio o a la alcoba, para continuar recibiendo clase en virtualidad. 

Hoy, después de año y medio de estar formándose por medio de reuniones en plataformas digitales o a través de guías elaboradas por sus maestros; y cuando ya el retorno a las aulas avanza de manera gradual, pareciera que algunos alumnos quieren quedarse en ese estado de "relajación". (Ver: Algunos docentes estarían atemorizando a padres y niños para que no vuelvan a colegios de Ibagué)

Por lo menos eso es lo que han podido ver rectores y maestros de colegios públicos en Ibagué, quienes se encuentran sorprendidos porque un importante número de niños está prefiriendo no volver a la presencialidad, pues en esa modalidad "se les exige mucho". 

Germán Molina, rector de la Institución Educativa Leonidas Rubio, le contó a EL OLFATO que allí están muy preocupados porque hay estudiantes que no quieren retornar a las aulas, pero tampoco tener buen rendimiento en clases virtuales. 

"Son jóvenes que no quieren volver al colegio, pero tampoco quieren que se les haga exigencia académica pues esta rebajó mientras estuvieron en casa", precisó el directivo. 

Asimismo, explicó que varios de ellos se han conformado con entregar resultas las guías que les enviaban sus maestros cuando tenían dificultades de conexión. Actividades que en varias ocasiones eran desarrolladas por sus padres. (Ver: La falta de dinero: otra pandemia que estaría impidiendo el regreso a colegios de Ibagué)

"Los estudiantes han tomado el tema con mucho relajo. Ni siquiera estando en virtualidad le están dando la importancia que deberían a la rigurosidad académica", sostuvo. 

En ese sentido, manifestó que la situación ha generado angustia en los docentes y directivos, pues pronto se llevarán a cabo las pruebas Saber y puede que algunos niños no obtengan buenos resultados precisamente porque no han aprendido lo que deberían. 

"Ahora que los profesores quieren tener una actitud más drástica, los estudiantes no quieren, y eso genera preocupación porque vienen las pruebas Saber, que van a ser aplicadas independientemente de que haya habido pandemia o no", indicó. 

Entre tanto, afirmó que esto se está dando con la aceptación de los propios padres de familia, quienes para él "son consentidores de sus hijos", y por ende tampoco les exigen buen rendimiento y disciplina para sus clases. 

"Les permiten que no vayan, argumentan que no falta mucho para que acabe este año, pero no ven la importancia de aprender. Todos pueden pasar el año lectivo, pero no todos aprenden lo que necesitan", concluyó. 

Por su parte, Luz Dary Fernández, docente de la Institución Educativa Boyacá,  relató que su experiencia ha sido algo diferente. Para ella, son los alumnos de bachillerato quienes probablemente están mostrando ese comportamiento respecto al regreso a los colegios. 

"Los niños de primaria han estado muy contentos y cumpliendo con lo que se les pide en las clases. Ellos sí anhelaban volver a ver a sus profesores y continuar aprendiendo de manera tradicional. Los de secundaria, quizá por la edad en la que se encuentran, son algo más rebeldes y le ponen pero a muchas cosas", argumentó. 

Finalmente, ambos maestros coincidieron en cuestionar que actualmente aparezcan tantas 'piedras en el zapato' para la presencialidad, entre ellas el temor al contagio de COVID-19, cuando "ya la gente está asistiendo a los estadios, centros comerciales y eventos masivos. Lo único que no está abierto son los colegios", aseveró Molina.