Museo Lusitania: una joya centenaria de la historia de Ibagué
Reliquias invaluables. Así se describen todos y cada uno de los elementos que hacen parte del museo que se encuentra al interior del emblemático Hotel Lusitania de Ibagué.
Con un siglo de antigüedad, el interior del Hotel guarda cientos de memorias tangibles e intangibles, cuyos objetos son dignos de admirar con lupa en mano y la boca abierta. Sin embargo, antes de contarles cuáles son estos tesoros, deberíamos hacer un recorrido por la historia de la fundación del museo.
Todo se remonta a 1915 cuando José Antonio Romero, un empresario zipaquereño, fundó el Hotel Lusitania, entre la carrera de Bolívar (hoy Tercera) y la carrera de Ricaurte (hoy Segunda), otorgándole este nombre en honor a los tripulantes y pasajeros del barco Lusitania, quienes fallecieron luego de que un torpedo alemán interceptara el navío y lo hiciera hundir en aguas irlandesas el 7 de mayo del mismo año.
“Hacia finales de 1949, Plutarco Arteaga Vidal y su esposa, María Esther Sanz Rubio, adquirieron el Hotel de los herederos del señor Romero. A esta pareja de ibaguereños y a su familia es a quienes debemos que el Hotel Lusitania haya navegado por siete décadas”, contó una de las Directivas del establecimiento.
Fue así como comenzó la historia de este importante Hotel, el cual albergó a distintas figuras públicas como: Enrique Olaya Herrera, Alfonso López Pumarejo, Carlos Lleras Restrepo, Libertad Lamarque, Cantinflas, Lola Flórez, Berta Singerman y Carlos López Moctezuma, entre otros.
El 25 de septiembre del 2001, con el fallecimiento de Plutarco Arteaga, sus descendientes decidieron darle vida al gran Museo Lusitania como un homenaje a él, a su esposa y a su hija.
“Fue así como se reunieron varios objetos que representan la historia del Hotel y evocan la vida de antaño, para crear un espacio en el cual se conservaron y exhibieron estos objetos, que nos recuerdan la manera como vivieron nuestros abuelos y todos aquellos ibaguereños y tolimenses que durante el siglo pasado construyeron nuestra historia”, acotó la mujer.
Sin embargo, fue hasta el 2005 cuando decidieron abrir sus puertas al público, con el fin de conmemorar los 90 años de fundación del Hotel.
Como les contaba al inicio de esta historia, el Museo está conformado por piezas muy valiosas, y más que por su costo, es por lo que significan para la memoria de cada persona que lleva consigo un recuerdo de este espacio.
“Este lugar hace un recuento de varios sucesos acontecidos durante más de un centenario, rememorados en los diversos objetos, documentos y fotografías, entre las que sobresalen las de la familia Arteaga, ya que una de las principales aficiones de don Plutarco era plasmar sus experiencias y recuerdos en imágenes”, indicó la Directiva.
Así es como el Museo contiene maravillosas colecciones, por ejemplo, fotografías antiguas, tanto de la ciudad como del Hotel; equipos, máquinas, vajilla y cristalería antiguos, y artículos personales de Plutarco Arteaga y su familia.
Ahora sí están preparados para empezar a apreciar todos y cada uno de los objetos que reposan en este lugar hace un siglo.
Fotografías:
- Plaza de Bolivar.
- Panóptico de Ibagué, ubicado diagonal a la Fiscalía.
- Estación de tren (1920)
- Lago San Jorge (hoy Jardín Botánico)
- Lago Balconcito.
- Entrada al barrio El Salado.
- Parque Murillo Toro.
- Calle del Comercio (hoy carrera Tercera)
- Árbol de mango (1940)
- Aljibe ubicado en la Plaza de Bolívar, utilizado por la gente para abastecerse de agua.
Máquinas y equipos:
Con el paso del tiempo algunas máquinas y equipos utilizados en la operación del Hotel salieron de circulación, siendo reemplazados por otros más modernos, como los computadores personales.
- La colección cuenta con los siguientes elementos:
- Primera sumadora (calculadora) utilizada en el Hotel, la cual estuvo al servicio en la década de los 1930.
- Sellador de cheques americano marca SeepRite de la década de los 40 's.
- Máquina de escribir de la década de 1930.
Dentro de los objetos utilizados por el Hotel y ofrecidos como parte del servicio que prestaba a sus distinguidos huéspedes, están los siguientes elementos:
- Lámpara de queroseno: fue la primera forma de alumbrado que tuvo la ciudad.
- Despertadores para el servicio del huésped, ya que no existían teléfonos en las habitaciones en esa época para ofrecer el servicio de despertador, el cual se ofreció después a través de llamadas desde la recepción.
- Teléfono antiguo alemán marca Siemens de la década de 1940. El servicio de teléfono se incorporó eventualmente en todo el Hotel.
- Bombillos azules utilizados para el flash de las cámaras fotográficas de los 40s y 50s.
- Patines de 1960 y 1970, los cuales eran prestados a los huéspedes para su uso dentro de las instalaciones del Hotel.
- Cenicero con figura de tigre y nombre del Hotel Lusitania en relieve, de la década de 1930. Los ceniceros formaban parte del servicio al público, ya que en esa época era normal y aceptado fumar en público.
Implementos utilizados en el Hotel:
- Estos elementos hacen parte de lo expuesto en el Museo. Consta de un juego de copas, vajilla e implementos pertenecientes tanto al bar como al restaurante antiguos, entre estos se encuentran:
- Vajilla alemana que data de 1920, marcada con el logotipo original del Hotel, que es insignia de la elegancia y el tipo de servicio de hace un siglo.
- Finas copas antiguas de Baccarat de varios tamaños.
- Pocillos tinterillos utilizados en los años 50.
- Vasos y vajilla con logotipos antiguos del Hotel, los cuales comenzaron a ser utilizados hacia los años 60.
Una de las colecciones más preciadas que se encuentran en el Museo Lusitania, es la de los elementos familiares, entre los cuales se encuentran prendas y objetos de don Plutarco:
- Colección de chaquetas, sombreros y corbatines de los años 40 y 50, al igual que su cédula de ciudadanía, en claro contraste con las actuales, no solo por su tamaño más grande sino el material, mostrando la evolución de la misma durante casi un siglo.
- Prendas de vestir: él era un hombre que siempre se distinguía por su elegancia. Las chaquetas de gamuza marca McGregor eran sus favoritas y combinaban con su bastón. Los sombreros legítimos de Gardolier eran traídos directamente de España así como los corbatines.
- Monedas de 25 centavos: fueron introducidas en el gobierno del presidente Belisario Betancourt. Estas monedas y las de 50 centavos eran colecciones que tenía don Plutarco para los viajes con su familia.
Como estos, se encuentran innumerables objetos en este espacio, los cuales son como esa máquina del tiempo en la que siempre quisimos subirnos para conocer más de nuestra historia.
Este tan solo es un pequeño recorrido por un museo que guarda tesoros desde hace más de cien años. Si cada uno de ellos no fue motivo suficiente para convencerlos de su valor emocional, entonces les sugiero volver a leerlo, “quien no conoce la historia, está condenado a repetirla”…
*En homenaje al emblemático Hotel Lusitania, el cual tuvo que cerrar sus puertas a raíz de la pandemia del COVID-19.