Desgarradora historia de una joven que escapó junto a su bebé de la guerrilla en el Tolima
El amor de una madre no tiene límites. Con apenas 18 años, una joven y su bebé de tan solo ocho meses de nacida escaparon de las filas de las disidencias de las Farc en el sur del Tolima.
Cansada de los maltratos, las amenazas y la mala vida que llevaba, además del miedo y zozobra que sentía de manera constante, tomó la determinación de escaparse y entregarse al Ejército Nacional.
“Me quise escapar porque me amenazaban de que me iban a matar, mi pareja sentimental me decía que tenía que estar con él, entonces por miedo me quise entregar”, señaló.
La joven madre fue reclutada por la guerrilla en el municipio de Rioblanco (Tolima) a los 17 años. Durante la entrevista su identidad fue difuminada, para evitar represalias contra ella o su familia.
Ella dice que fue engañada por alias ‘Carlos’, uno de los cabecillas, quien le había profesado su amor, pero se convirtió en su verdugo.
“Pertenecí hace un año en la guerrilla, engañada por mi pareja sentimental el cabecilla alias ‘Carlos’. Trabajé como miliciana popular y hace tres meses me escapé, porque se la pasaba tratándome mal, pegándome a cada rato y no quise vivir más esa vida, porque tengo una niña y el papá es alias ‘Carlos’ de nombre Orlando Parra”, narró.
Ella sentía temor de que los enfrentamientos con el Ejército Nacional acabaran con su vida y su hija quedara en manos del padre.
“Descuidaba a mi hija por irme detrás de él, haciendo reuniones, arriesgando mi vida, porque podría ocurrir un enfrentamiento o algo y eso me daba miedo que a mí me pasara algo y que mi hija quedara a manos de ese sujeto”, puntualizó.
La joven aseguró que no está arrepentida de su decisión y que su bebé es el único motor que la impulsó a abandonar este grupo al margen de la ley.
“No estoy arrepentida, porque esto no es para mí, es por mi hija, porque quiero darle un buen futuro y una buena convivencia. Quiero que sepan que hice lo correcto y que estoy bien”, afirmó.
Ahora que está en custodia y protegida por el Ejército Nacional, dice que se siente bien, ya que le colaboran con las necesidades básicas de su pequeña hija como los pañales, pañitos o la alimentación.
A su vez, entregó un mensaje a las demás personas y sobre todo a las jóvenes que continúan en la guerrilla.
“Yo les digo a los que se quedaron que no le sigan haciendo más daño al pueblo y que se entreguen, van a estar mejor y no van a estar con miedo, además que es un apoyo para la familia de ellos”, concluyó.