La crisis que atraviesa el emblemático Teatro Tolima por la pandemia del COVID-19
- Tener 50 personas en un teatro que es para 1.000 es como si no hubiese nadie. Es realmente lamentable y no vale la pena.
Esa es la realidad del icónico Teatro Tolima desde la mirada de su director, Carlos Emilio Díaz, ante la difícil situación económica, social y cultural, por la que atraviesa este espacio a raíz de la pandemia.
Y es que la situación para este lugar que ha sido emblemático a nivel local, regional y nacional, no fue diferente a la de muchos otros establecimientos, ya que los eventos que estaban programados para todo el año tuvieron que cancelarse de manera inmediata, y eso significó que tuvieran que trasladar algunas muestras culturales a la virtualidad.
“Esta se aplicó en el Teatro Tolima, y la Dirección de Cultura Departamental organizó un proyecto para hacer grabaciones de contenidos culturales”, indicó.
El proyecto se llamó ‘Conectarte’, un evento que se transmitía los jueves, viernes y sábados a través de YouTube y Facebook.
“Para grabarlos solo entraban los artistas y el Teatro les colocaba sonido, luces, cámaras, se grababa, se editaba y se programaba para esos días”, señaló.
Este espacio permitió dar un apoyo a los artistas tolimenses de música, danza, teatro, entre otras expresiones artísticas, ya que “ha sido un golpe durísimo para los artistas de todo nivel cultural porque ellos no han tenido dónde presentarse ni cómo ganar dinero”.
Sin embargo, aunque se prestó un servicio cultural para ‘Conectarte’, no podían ni siquiera cubrir los gastos del uso y el desgaste, por ende “le tocó al Gobierno Departamental hacer las reparaciones y las intervenciones necesarias para que el Teatro siguiera sosteniéndose".
La situación cada vez se puso más preocupante, ya que según el director, la cultura es uno de los aspectos que la gente no paga tan fácilmente, y siendo parte del entretenimiento las personas desean verlos únicamente en vivo, porque de lo contrario no les interesa.
Por ello, "funcionar con un aforo de 50 personas o valdría la pena hacerlo para esa cantidad, porque si se abre para ellos el uso de las luces y los servicios son altos. Entonces cuando se ocupa o se alquila para hacer eventos con venta de boletas, no da un aforo sostenible”.
Este lugar que ha sido simbólico no solo para el departamento sino también a nivel nacional, por el momento permanecerá con sus puertas cerradas al público hasta nueva orden.
“Estamos pensando que solamente en este año nos tocará continuar con la virtualidad y podremos realizar algunas grabaciones con todas las medidas de bioseguridad”, concluyó el director.