José, el ‘tráfico’ de Villa Café
José, hasta hace seis meses, era uno de los cientos oficiales de construcción que hay en Ibagué. Sin embargo, “la vida le mostró” que debía dedicarse a una labor de mayor importancia, una en la que quizá, salvara vidas.
“Este trabajo lo creé yo mismo, porque los mismos conductores me decían, cuando tapaba huecos acá en la zona, que me consiguiera una paleta y un pito, y eso hice”, explica José Flórez, un ibaguereño de 37 años.
Hace seis meses, en cuanto consiguió los $34.000 que le costaban la paleta de ‘pare y siga’ y el pito, inició su labor como tránsito, o más bien, como él se hace llamar, de ‘tráfico’, en el paso entre Villa Café y Varsovia. Desde aquel día, de 7:00 de la mañana a 8:00 de la noche, se ha encargado de impartir el orden en los conductores que se movilizan por allí, para evitar, principalmente, un accidente.
“¿Por qué lo hago? Para que no haya un accidente, para que no se estrellen. La misma Policía viene y no me dice nada porque saben que se necesita, en la hora pico hay mucho carro. Un día vinieron y cuando se fueron a ir dijeron ahí les queda ese chicharrón”, narra Flórez.
El trabajo no ha sido fácil, este oficial de construcción, quien actualmente trabaja como tránsito improvisado, asegura que hay personas muy educadas que no solo le colaboran económicamente, sino que respetan su señal de pare o siga. No obstante, hay otros que le tiran el carro o le gritan “que no estorbe”.
“Igual hay unos que uno les pone la paleta y se pasan. Hay personas de muy buen corazón, pero otros que le dicen a uno que se quite que está estorbando, un sábado hubo un señor que se me quería pasar y me le puse al frente y me alcanzó a golpear”, indicó.
Y no ha sido el único incidente, de hecho, cuenta que una vez un hombre que se movilizaba en una moto lo golpeó, acusándolo de robarle el celular. (Ver: Constructor y comunidad Marista deben construir vía que comunique a Villa Café con Varsovia)
“Una vez se le cayó el celular a un señor de una moto, yo estaba trabajando y no me di cuenta. Entonces se devolvió y me preguntó y yo le dije que no sabía, y me volvió a preguntar que si estaba seguro, le dije que sí. Entonces se puso a buscar y lo encontró cerca a la caneca de basura y me cascó, y yo le dije usted cree que si me lo voy a robar lo guardo en el bolso, o en mis bolsillos”, relata.
El sustento de toda una familia
José manifiesta que casi toda su familia pasa por muchas necesidades, por eso decidió, desde hace unos meses, turnarse la labor de ‘tráfico’ en este sector de la capital tolimense con su papá y su hermano.
“Mi papá y mi hermano me dijeron que no tenían a veces ni para la comida, entonces yo les dije que nos turnáramos, ahí entre todos nos ayudábamos. Entonces mi papá recibe en la mañana, yo al mediodía y mi hermano en la noche”, explica.
Y así es, a las 7:00 de la mañana empieza su papá, a las 11:00 de la mañana recibe él y a eso de las 5:00 de la tarde es el turno de su hermano. De esa manera, asegura, ahora todos tienen con qué llevarle la comida a sus familias.
Por ejemplo, él, en cuanto termina su turno como ‘tráfico’, sale directamente hacia un Mercacentro para que le cambien las monedas recogidas durante el día por un mercado. Lo que sobre, lo ahorra, porque “no se sabe cuándo organicen la vía y se quede sin trabajo”.
“Así guarde de monedita yo voy ahorrando, pero a veces es duro porque uno quisiera tener un sueldo fijo, pero lo importante es ganarse la platica honradamente sin hacerle daño a nadie”, afirma.
“Este trabajo yo no lo dejo hasta que arreglen la carretera”
José, el ‘tráfico’, expone que es “celoso” con dejar ingresar a desconocidos, ya que él “tiene que proteger a sus carros”. (Ver: Enfrentamiento entre vecinos de Villa Café y Varsovia por cierre de paso vehicular por una zona verde)
“Yo no dejo que se meta cualquiera porque por aquí pasa gente muy importante, hablando por celular, con sus joyas y me los roban”. Además, es tanta su entrega por la seguridad de quienes transitan por allí que expone que no le importaría quedarse sin trabajo con tal de que arreglaran ese tramo de vía entre Villa Café y el conjunto residencial Bosque de San Ángel.
“Pues muy bueno que vengan a pavimentar, yo lo que sé es trabajar, que se acabe, busco otra vez en construcción. Mientras tanto yo soy José, el tráfico de Villa Café”, sostuvo.
Entre “gracias” y “rechazos”
José ha entendido que hay días buenos y días malos, así como personas amables y otras no tanto. Por ello, de lunes a sábado trata de dar su mejor cara y aportar con una labor que la Administración Municipal no ha suplido.
Además de evitar accidentes, logra obtener recursos con los cuales sostener a su esposa y sus tres hijos, sin mencionar que también ha podido mejorarles la vida con empleo a su papá y su hermano.
“Hay personas que no me respetan y yo les digo respeten el semáforo, porque es como si fuera uno. Pero no lo hacen, entonces cuando tengan uno de verdad, ¿se lo van a pasar en rojo?... pero hay unos que me felicitan, los mismos conductores, algunos policías y hasta una muchacha de la Fiscalía que vive por aquí, me dijo que era una muy buena labor la que hacía”, detalla este ibaguereño.
Eso sí, a José solo lo verán de lunes a sábado, el domingo es un día de descanso para disfrutarlo con su familia, por la que decidió convertirse en el ‘tráfico’ de Villa Café.