Esta semana revisando algunos videos de YouTube, me encontré con un recorrido por la carrera quinta, que data de las calles ibaguereñas en el 2001. En el video se ven los cambios que ha tenido la ciudad en los últimos 18 años, tales como la aparición de Multicentro y Homecenter, y una que otra edificación, más nada de fondo en lo que conscierne a movilidad. Evidentemente en ese entonces había menos motocicletas y menos averías en las carreteras.
Actualmente a Ibagué no le cabe una moto, ni un hueco más, y eso es algo que está a la vista de cualquiera. No solo las avenidas principales están deterioradas, sino que las paralelas, las calles de los barrios, e incluso la zona céntrica de la ciudad, por donde se supone pasa con frecuencia el alcalde a menos que tenga un helicóptero; se encuentran cráteres comparables con los huecos dejados por Luis H., en las piscinas olímpicas de la 42.
Pese a las inversiones en los polémicos resaltos y tachones, algunos muy mal ubicados, la malla vial de la ciudad se encuentra en pésimas condiciones, y pareciera que una cosa va en contravía de la otra, pues los huecos cada 300 metros obligan al conductor de carro o moto a bajar la velocidad, y casi que ni se requerirían aquellos policías acostados, que por estos días la administración se ha visto obligada a retirar, en buena medida por los inconformismos y traumatismos generados.
Temas como las ciclorrutas, algunas de ellas mal planificadas, y el mismo Pico y Placa, finalmente han terminado siendo pañitos de agua tibia, en una ciudad de tres avenidas, que se quedó corta, y que, a hoy, ni siquiera cuenta con Policía de Tránsito que regule el caos en el que estamos.
Qué difícil resulta creer aquella denuncia que hiciera recientemente un agente de los azules en radio, cuando dijo que le exigían 63 comparendos diarios, pues con el desorden que hay, los mal parqueados en las paralelas del Jordán, por ejemplo, frente al negocio de la Longaniza del Altiplano, y las imprudencias de algunos cuando tienen que esquivar un hueco, no serían 63, sino 100 o 200 comparendos diarios que no se hacen.
Luis H., con todo lo nefasto y corrupto que fue, dejó pavimentadas las calles, ¿no va a ser capaz Guillermo Alfonso Jaramillo, de arreglar esos huecos, aunque sea a última hora, con el fin de darse un shampoo antes de su retiro momentáneo de la política criolla?