Los alcaldes deben ser por naturaleza líderes sociales, gremiales y políticos (no politiqueros), poseedores de atributos gerenciales y administrativos, que no solo les permitan ser prudentes albaceas del patrimonio municipal, sino que los conviertan en permanentes y reales gestores y jalonadores de recursos del orden nacional e internacional.
Dedicarse a gastar los ingresos propios del municipio y los transferidos por la Nación por el Sistema General de Participaciones y otras bolsas de inversión como lo hace la gran mayoría de alcaldes, es lo que ha permitido el decaimiento de este importante mecanismo de participación ciudadana y la frustración de la gran mayoría de votantes.
El vigente Sistema General de Regalías (SGR) completó seis años de existencia en Colombia. Fue creado mediante Acto Legislativo 05 de 2011 y la ley 1530 de 2012, con dos claros y definidos objetivos: el primero, acabar con la corrupción en las entidades territoriales beneficiarias de regalías directas, que habían hecho de los multimillonarios dineros fuente de enriquecimiento de políticos, gobernantes y contratistas de privilegiados municipios y departamentos.
El segundo, distribuir equitativamente los recursos que hacen parte del sistema, no solo entre los entes territoriales receptores directos de regalías, sino creando la posibilidad que quienes no los reciben, puedan obtenerlos, mediante la presentación de proyectos debidamente sustentados conforme a unas demostradas necesidades y precisos requisitos de carácter técnico, económico y financiero.
Para tratar de cumplir estos dos objetivos, el SGR creó los denominados Órganos Colegiados de Administración y Decisión (OCAD) para los municipios receptores directos, los Departamentos y seis regiones en las que se dividió el territorio colombiano. En estos OCAD existe una participación de los Gobiernos Nacional, Departamental y Municipal, buscando ejercerse un mayor control en la selección de las necesidades de inversión, el cumplimiento de los requisitos técnicos de los proyectos y objetividad y transparencia en la adjudicación y ejecución de los contratos.
El municipio de Ibagué bajo el anterior sistema (antes del 2012), nunca gozó de esta fuente de financiamiento directo, por no ser el territorio fuente de explotación de estos recursos naturales no renovables. Bajo el actual, puede acceder a ellos, presentando proyectos ante los OCAD del Tolima, el Regional de la zona Centro - Sur al cual quedó integrado el departamento, o ante el Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología, constituido como bolsa económica nacional para proyectos que tengan relación directa con la materia que permitió la denominación del fondo.
Durante los seis años del actual SGR, han sido alcaldes Luis Hernando Rodríguez y Guillermo Alfonso Jaramillo, quien aún gobierna. Rodríguez, aprovechando la misma militancia política del anterior gobernador Luis Carlos Delgado Peñón, presentó ante el OCAD departamental dos proyectos de inversión, los cuales no fueron tenidos en cuenta ni viabilizados por no reunir los mínimos requisitos técnicos exigidos. Jaramillo, en tres años, no ha presentado un solo proyecto para jalonar recursos, desaprovechando una valiosa oportunidad de obtención de financiación de proyectos para satisfacer las abundantes necesidades que como el Plan Maestro de Alcantarillado, el Acueducto Municipal, obras de infraestructura vial o en ampliación de infraestructura educativa, por nombrar solo algunas, presenta actualmente nuestra ciudad.
Durante los años 2017 y 2018, el Tolima ha recibido más de 305 mil millones de pesos para inversión por regalías. En los próximos dos años se ha presupuestado que recibirá más de 455 mil millones. Bueno sería que el gobernador y el alcalde utilizaran esta fuente de recursos disponible y en el último año de gobierno le dejen una importante obra a Ibagué, mediante la presentación, aprobación y ejecución de un proyecto conjunto, sin necesidad de seguir endeudando al municipio.