Uno de los psiquiatras más reconocidos del país hizo un análisis sobre el suicidio en Ibagué
Rodrigo Córdoba, expresidente de la Asociación Colombiana de Psiquiatría y de la Asociación Psiquiátrica de América latina, dialogó con EL OLFATO sobre el suicidio y la preocupación que está generando este flagelo en Ibagué.
Córdoba, quien además es jefe del departamento de Psiquiatría de la Universidad del Rosario, hizo un llamado a las autoridades locales para entender el suicidio como una enfermedad que requiere mayor visibilidad y atención.
EL OLFATO: Hay preocupación en la ciudad por lo que está sucediendo con la salud mental de los ibaguereños. ¿Qué debemos hacer en Ibagué para enfrentar el suicidio?
Rodrigo Córdoba: El primer punto de partida es que el suicidio es una enfermedad y, por lo tanto, es necesario detectar de manera temprana cualquier síntoma. Esta es la vía más directa para cambiar desenlaces de estas características, desenlaces fatales.
Los diferentes estudios que tenemos, tanto a nivel local como internacional, muestran que la relación entre trastorno mental y suicidio es altamente proporcional, superior al 90%. Las identidades clínicas más comunes son las depresiones bipolares y la depresión mayor, estas son enfermedades que con un tratamiento adecuado permiten reducir síntomas como el suicidio
E.O: ¿Qué puede estar pasando en Ibagué, en qué podemos estar fallando los medios de comunicación y las instituciones?
R.C: Los medios deberían tener mucho cuidado y tener factores protectores, resaltar que todos estos son fenómenos prevenibles, por eso las noticias deben ser publicadas con mucha cautela, mostrando que este tipo de fenómenos hacen parte de una serie de trastornos mentales y que quien busca ayuda, puede cambiar su manera de pensar.
Podríamos decir que en Ibagué no se está logrando la visibilidad que merecen este tipo de personas, quienes deben ser tratadas con respeto, porque estamos hablando de una enfermedad y no de formas particulares de llamar la atención como algunos consideran.
E.O: ¿Qué puede hacer que una persona con depresión termine suicidándose?
R.C: Hay un modelo que mide la relación entre la enfermedad mental y algún hecho detonante. Entonces, si alguien tiene una enfermedad mental pero está asintomático, puede manejar de manera más adecuada el hecho inesperado, pero si alguien, por ejemplo, ha tenido depresión o actualmente se encuentra deprimido y tiene un hecho inesperado, pues sin duda termina convirtiéndose en un factor de riesgo. Hay personas que son más impulsivas y esto determina un riesgo más alto.
E.O: ¿Es cierto que cuando una persona se va a suicidar, segrega sustancias en su cerebro que le hacen perder el miedo, por ejemplo, a las alturas?
R.C: Son observaciones que están dentro del terreno de la hipótesis. De alguna manera el síntoma que lo explica es la impulsividad, es decir, ese carácter temerario que adquiere el suicida está más asociado a la impulsividad. Pareciera que en casos como el que sucedió en Ibagué prevaleciera la dopamina y de esta forma se puede perder el temor.
E.O: ¿Qué consejo les da a las personas que tienen familiares o seres cercanos con tendencias suicidas?
R.C: Hay que atender las señales de alarma. Los dos picos grandes de suicidios están en los jóvenes, porque en ellos hay mayor impulsividad y hay menor reflexión. Muchas veces los cuadros depresivos en el joven no se presentan como en el adulto. En ambos casos hay que estar atentos a los cambios de comportamiento y a factores como el uso compulsivo de drogas, son situaciones que advierten señales de riesgo.
E.O: Todas las personas pasan por situaciones difíciles, pero no todas toman la decisión de suicidarse. ¿Qué se puede decir al respecto?
R.C: Es una diátesis. Por ejemplo, todos hemos tenido decepciones amorosas, pero no todos los que tienen decepciones amorosas se suicidan, entonces lo que sucede es que si se presenta un momento de fragilidad y éste cabalga sobre un trastorno mental, pues obviamente el factor de riesgo del suicidio se incrementa.