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"La sociedad tolimense aprendió a vivir con los corruptos": Santiago Castro, rector la Universidad La Gran Colombia

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Autor: ElOlfato
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Santiago Castro es el rector más joven de Colombia. Nació hace 33 años en Bogotá, pero su familia es oriunda de Natagaima y sus vínculos con el Tolima son fuertes.

Castro es rector de la Universidad La Gran Colombia desde hace un año, es politólogo (Universidad de los Andes, 2008), historiador (Universidad de los Andes, 2009) y Magíster en Estudios Políticos (Universidad Javeriana, 2011). Ha sido catedrático en diferentes universidades y militó en el partido Conservador.

En el año 2015 participó en la campaña de Óscar Barreto a la Gobernación del Tolima pero rápidamente se distanció del barretismo. Hoy, algunos militantes del partido Conservador en el departamento le han propuesto que presente su nombre para las elecciones regionales de 2019.

¿Por qué los jóvenes no tienen espacio en la política del Tolima?

El asunto es muy complejo pues incluye variables de tipo económico, social y cultural. En primer lugar, y es algo lamentable en la democracia de hoy, el ejercicio de la política requiere una inversión económica importante y muchos liderazgos se pierden en el mar de la compra de votos y conciencias. En segundo lugar, la sociedad tolimense aprendió a vivir con los corruptos y se han vuelto un ejemplo a seguir en la lógica del “vivo vive del bobo”. Por último, los jóvenes mejor preparados usualmente no entienden cómo algunos ceden sus principios a la politiquería y prefieren alejarse. Yo le diría que los jóvenes, siempre que se pleguen a los clanes y familias políticas de siempre, sí tienen espacio, pero si lo que quieren es estudiar mucho, leer mucho, proyectar una gran transformación, la politiquería tradicional los acribilla.

¿Qué impide la renovación de la política tolimense?

Se lo digo con toda claridad: el clientelismo y la corrupción. El primero impide y bloquea la meritocracia y la segunda es una cultura impregnada en todos los niveles de la sociedad. Desde el más pobre que recibe unos pesos cuando le va bien en un negocio o en una cosecha, pero se niega a pagar un centavo de impuestos o ponerse al día con el pago de los servicios públicos; hasta el más rico que hace lo que le toque hacer con tal de impedir una actualización catastral porque sabe que paga mucho menos de lo que corresponde. El sistema político funciona solamente para el amplio beneficio de unos pocos, pero es validado por la mayoría que tiene miedo al cambio. Eso de “mejor malo conocido que bueno por conocer”, que por cierto es pleno reflejo de la estupidez que cunde, se asentó más que la Constitución Política misma.

Ibagué y el Tolima están un estancamiento económico de varias décadas... ¿qué tan responsable es la clase política? 

Muy responsable. Se dedicó a repartirse los puestos y los contratos para poder aceitar la maquinaria y ganar en las próximas elecciones una y otra vez. No han tenido la voluntad para hacer los cambios que requiere la ciudad y el departamento, pues acostumbraron a la ciudadanía a que estos es recibiendo y no dando. Aquí hay que aprender a medir realmente el desarrollo económico y promover una cultura real del emprendimiento desde las escuelas. Pero lo que hay es una forma de hacer política donde el populismo es la regla de oro. Regalan mejoramientos de vivienda, kits de nutrición, útiles escolares y bicicletas, demostrando que el estado todo lo puede y que eso del esfuerzo individual para salir adelante es un tema “neo-liberal”. Y yo sí le digo con toda claridad que no entiendo cómo algunos llegan a trabajar en el sector público el primer día en buseta y pocos años después se retiran en camionetas y a descansar en fincas que yo, siendo rector de una universidad y trabajando desde los 20 años, no puedo tener porque sencillamente los ingresos producto del trabajo honesto no alcanzan. Tampoco me hacen falta.

Supimos que la Universidad que usted dirige pretendió invertir recursos en una sede en Ibagué... ¿Finalmente qué pasó?

Las condiciones para el proyecto que veníamos pensando no existen. Queríamos desarrollar un gran campus universitario con lo último en tecnología y con programas de punta, pero hoy en Ibagué el mercado para la educación superior privada es muy limitado. Las familias con mejores ingresos optan por enviar a sus hijos a Bogotá y los sectores medios hoy enfrentan una situación difícil con carteras vencidas altas y una informalidad generalizada. Además, una vez se termine el proyecto de “La línea” la ciduad de Armenia quedará a una hora y media de Ibagué y allí tenemos importantes inversiones y programas acreditados de alta calidad. Debo confesar que la decisión de no seguir con el proyecto fue difícil, pero uno en estos cargos tiene que poner siempre en primer lugar el interés de la universidad y su sostenibilidad y expansión. Esperamos inaugurar nuestra nueva seccional en Medellín el próximo año, para lo cual ya estamos terminando la construcción y haciendo los trámites que corresponden en el ministerio de educación.

Para la inversión privada por qué es tan negativo la concentración de poder de las autoridades locales en ciudades como Ibagué...

No es un tema de Ibagué o del Tolima, es un tema nacional y regional. Lo invito a que lea, por ejemplo, el libro “¿Por qué fracasan los países?”. Si no hay instituciones políticas incluyentes e inclusivas, la economía se queda atrás. En ibagué cuestionar a un alcalde es ganarse un problema. Hablan mucho de democracia, pero cuando ello implica garantizar y promover la libertad de expresión y la promoción de medios de comunicación independientes se mueren del susto. Por otra parte, ya es normal la presión laboral que llega hasta los familiares. “O está con nosotros o aténgase y mire a ver quién le da trabajo” Eso parecería la amenaza de un guerrillero o un paramilitar, pero no, es lo que se dice y como se hace la campaña. O usted pone unos votos o pierde su trabajo. Entonces todos a salir a buscar amigos y a hacer reuniones y mientras tanto las bibliotecas solas y las aulas esperando. Yo he perdido amistades porque sencillamente expreso que no contrato amigos si no son los mejores para un cargo disponible. Hace poco un dirigente conservador me llamó para recomendar a su hijo y de inmediato le dije que en este momento no hay vacantes y que si las hubiere hay un proceso de selección. Después de colgar sentí calientes las orejas. Usted me entiende.

Usted es conservador... ¿Cómo ve su partido en el Tolima?

Yo renuncié al Partido Conservador en el 2016 porque no comparto la forma como se entrega el partido al gobierno, sea cual sea. Esa lógica de que “uno con el Presidente no pelea” es contraria a la democracia. Sin embargo, este año el Directorio Nacional me invitó a regresar y a construir desde la colectividad un proyecto diferente y acepté mediante carta dirigida al Presidente de ese órgano, aclarando que no me interesa ningún ejercicio electoral en este momento y que como rector trabajaré con todos los partidos políticos pensando en Colombia.

En el Tolima el Partido Conservador está profundamente dividido entre los amigos de “Choco”, de los Barreto, del uno o de la otra y así no se construye nada. Ojalá volviéramos a hablar de los valores que defendemos los conservadores, de las posiciones frente a la economía y la cultura. Pero uno ver a los conservadores aferrados al poder y repartiendo el presupuesto en favores y buscando votos… Eso es más cercano a Chávez y a Hitler.

Usted trabajó con el gobernador Óscar Barreto ¿Cómo evalúa su gobierno hasta el momento?

Barreto tiene una capacidad de trabajo impresionante y en 2015 era la mejor opción. Por eso lo acompañamos, aunque nuestras diferencias políticas pronto salieron a flote y me alejé en los primeros meses del gobierno sin haber trabajado nunca en la gobernación. Creo que ejecuta lo que puede con lo que encuentra y a partir de su experiencia. Sin embargo, considero que deben medir mejor el impacto de lo que hacen desde la Gobernación. Inaugurar obras es importante, siempre que se mida el impacto en la formalización de la economía, la diversificación, el crecimiento real del PIB y la proyección del departamento. Siento que las aspiraciones políticas de su grupo impiden que tome las decisiones más difíciles para no perder su capital político. Pero de que hay gobernador, hay gobernador, eso sí es clave.

¿Qué ha hecho bien y qué no?

Le respondo lo primero. Barreto recuperó la presencia institucional y articula bien un gobierno en movimiento que la gente ve, les guste o no. Por eso le decía que hay gobernador.

¿Cómo ve el panorama político regional para las próximas elecciones?

Veo a todos detrás de un pastel cada vez más desabrido y un club de egos que puede ser más peligroso que un tiroteo en un ascensor. Mientras tanto, los municipios del Tolima siguen en problemas y desbordados por el populismo de la clase política.

Algunos conservadores del Tolima dicen que usted debería presentar su nombre ¿Se animará?

Hace unos meses en una reunión de amigos alguien puso el tema sobre la mesa. Como ustedes saben yo, a pesar de haber nacido en Bogotá, tengo mi origen familiar en Natagaima y mis hijos nacieron en Ibagué donde han vivido siempre. Para nosotros el Tolima es el conjunto de raíces a las que siempre debemos volver y servirle a los demás. Por eso mi residencia es y será la ciudad musical. Nunca he aceptado ningún tipo de vinculación con el sector público porque me he dedicado a estudiar y a trabajar en la educación superior, pero sé que se requieren nuevos liderazgos, una nueva forma de pensar y de ejercer la política. Por ahora, estoy concentrado en que la Universidad la Gran Colombia sea referente mundial en innovación y excelencia académica, pero no le niego que cuando llego al Tolima la felicidad es plena.

Usted trabajó con el exministro uribista Fernando Londoño, ¿no le gustaría ir en una alianza con el Centro Democrático?

El Tolima requiere un acuerdo político de varias décadas para proyectar un futuro diferente. Siempre he sostenido que el Partido Conservador y el Centro Democrático deben buscar una gran alianza por Colombia como lo hicieron los partidos Renovación Nacional y Unión Demócrata Independiente en Chile. Ojalá el Tolima sea un punto de partida para eso.

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