Sancionan Ley de comida chatarra en Colombia
Después de aproximadamente cinco años, la Ley de la comida chatarra o etiquetado frontal de productos ultraprocesados, ya es una realidad en Colombia.
Esto se da luego de que esta fuera sancionada por el presidente Iván Duque, tras ser aprobada por unanimidad en el Congreso de la República el pasado 20 de julio.
En ese sentido, el Ministerio de Salud deberá en los próximos 12 meses reglamentar la norma que establece que las bebidas endulzadas y comestibles ultraprocesados deben contar con sellos frontales.
Para esto, la dependencia deberá definir las características del etiquetado (forma, color, tamaño), así como los límites a partir de los cuales se considera que el producto tiene exceso de nutrientes críticos como azúcares, sodio o grasas saturadas, basándose en la mayor evidencia científica disponible sin conflictos de intereses.
La iniciativa ha sido el clamor de aproximadamente 290.000 personas que firmaron la petición “No comas más mentiras” para exigirle al Estado acoger las recomendaciones de organismos internacionales de implementar políticas costo efectivas que influyan en la reducción de la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles tanto en niños, como adolescentes.
El etiquetado es solo una de las cuatro medidas necesarias que tendrá que adoptar el Gobierno, pues también se tendrá que restringir la publicidad de comida chatarra dirigida a menores de edad.
Carolina Piñeros Ospina, Directora Ejecutiva de Red PaPaz, sostuvo que este es un paso en la dirección correcta para la efectiva garantía de derechos de niñas, niños y adolescentes.
“Nos urge ahora que Minsalud reglamente de manera acorde con la mayor evidencia científica disponible libre de conflicto de interés y que acepte la derogación automática de la resolución 810 de 2021. Pues dicha reglamentación obedece a acuerdos con la industria de productos ultraprocesados, pero no responde a las necesidades de nuestra salud”, comentó.
La sanción de esta ley es muy importante para el país, teniendo en cuenta no solo los altos niveles de obesidad en niños, sino también al consumo durante la pandemia de estos alimentos por parte de personas con comorbilidades que podrían agravar su estado de salud con el COVID-19.