La pérdida del año escolar es responsabilidad de toda la familia
La pérdida del año escolar genera frustraciones tanto en estudiantes como en los padres, sin embargo, los adultos suelen descargar toda la responsabilidad en los menores sin tener en cuenta que se debe asumir como núcleo familiar.
El psicólogo del hospital Federico Lleras Acosta, Fernando Forero Forero, explicó que en estos casos se debe entender que hay alguna falla tanto en el niño como en el contexto familiar, “por eso es muy importante afrontar la pérdida del año como un proceso en familia y al que debemos buscarle soluciones entre todos”.
De la misma forma, el profesional comentó que los menores no pierden el año para demostrar algún tipo de inconformidad, sino porque no ha logrado interiorizar los temas académicos, porque tiene alguna dificultad de aprendizaje o algún inconveniente con compañeros o docentes que afectan su parte emocional.
También, puede ser porque hay "algún problema a nivel de los sentidos, un niño que no ve o escucha bien, no va a tener la misma capacidad de aprendizaje de un niño que no tenga estos problemas”, precisó Forero.
Además, cuando se pierde el año escolar, salen a flote sentimientos de tristeza y enojo, contra ellos mismos, el colegio e incluso con los profesores, a lo que se le puede agregar la burla de algunos compañeros.
“Esos estados emocionales van a generar en el niño un detrimento de su salud mental”, dijo el profesional.
Sin embargo, hay padres que se centran en otros aspectos como pérdida de dinero y tiempo, igualmente, aumentan los temores de que sus hijos no van a alcanzar los objetivos escolares.
Por ello, es importante aprender a lidiar con dichas emociones y brindar la confianza suficiente para que los hijos se expresen con libertad.
“El aprendizaje de los niños va de la mano con su autoestima, un menor que se siente bien consigo mismo, que se siente inteligente y capaz, es un niño que va a rendir en su contexto académico”, dijo el psicólogo.
En estos casos, la principal recomendación es no expresar frases como ‘no dio lo mejor de usted’ o ‘usted es bruto’, pues ello genera un fuerte golpe a la autoestima que generará inseguridades en el año de repetición.
“No tiene ninguna lógica castigar al niño quitándole la posibilidad de estar con su familia, en el periodo que ya no va a estar estudiando así haya perdido el año. Tiene más sentido llevar al niño, en conjunto con sus padres, a un proceso de entender qué fue lo que pasó e identificar cuál fue el problema”, expuso el profesional.
Una oportunidad para aprender a enfrentar los problemas
El psicólogo señaló que antes de retornar el calendario escolar se debe establecer horarios claros de estudio y para hacer las tareas.
También, disminuir las actividades extraclases para dedicar más tiempo al estudio. De esta forma se puede ayudar a mejorar el proceso de aprendizaje.
Así, se “está fortaleciendo la autoestima y la capacidad del niño para aprender a resolver los problemas. Si tenemos claro esto, nos vamos a enfrentar a una situación en la que la pérdida del año, que igual nos va a generar una crisis, se va a terminar convirtiendo en un proceso de aprendizaje tanto para el niño como la familia”, concluyó.