
Fiscalía incauta bienes por $2.490 millones a red que desviaba anestésicos para producir drogas sintéticas
Una empresa fachada en Cota servía como puerta de entrada del anestésico, desviado luego a cocinas de droga sintética en Bogotá y Medellín.

Escrito por: Luis Eduardo González
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Una red que disfrazó el narcotráfico de empresa veterinaria cayó en la mira de la Fiscalía General de la Nación. Bajo el nombre de ‘Space II’, la organización está acusada de importar ketamina con fines aparentemente legales y desviarla después para fabricar drogas sintéticas como tusibí y éxtasis.
La Fiscalía impuso medidas cautelares de extinción de dominio sobre 21 bienes, valorados en más de 2.490 millones de pesos, que habrían sido utilizados para mover la operación ilegal o habrían sido adquiridos con ganancias del negocio criminal. En el paquete figuran siete propiedades, doce vehículos, una sociedad comercial y un establecimiento de comercio, todos repartidos entre Bogotá, Medellín y Santa Fe de Antioquia.
Detrás del montaje estaba una supuesta empresa en Cota (Cundinamarca), encargada de importar medicamentos veterinarios controlados. Una vez la ketamina ingresaba legalmente al país, el producto era desviado a laboratorios clandestinos donde se transformaba en sustancias psicoactivas de diseño, altamente lucrativas y peligrosas.
Según los investigadores, la organización operaba con documentación falsa, rutas alternas y contactos en diferentes ciudades para mover la ketamina sin levantar sospechas. La droga terminaba en discotecas, fiestas electrónicas y el mercado negro de Bogotá y Medellín, donde el tusibí y el éxtasis tienen una creciente demanda.
Las propiedades incautadas fueron ocupadas por la Policía Nacional en operativos simultáneos. Los investigadores siguen la pista de otros activos y posibles testaferros. Aunque no se ha informado de capturas relacionadas con esta acción, la Fiscalía advirtió que el caso no está cerrado.
El uso de ketamina —un anestésico legal en contextos médicos y veterinarios— se ha convertido en un nuevo frente del narcotráfico. Su desvío para fabricar drogas de diseño no solo enriquece a redes criminales, sino que plantea un desafío para las autoridades, ante un mercado cada vez más sofisticado y difícil de rastrear.