Colombia habría presentado un subregistro de casos de COVID-19 mayor al 80 %
Teniendo en cuenta las variaciones geográficas en la capacidad de vigilancia y seguimiento, se ha estimado que en el país se pudieron haber pasado por alto hasta un 82 % de los casos reales.
Según los cálculos realizados por un equipo de epidemiólogos, entre ellos el profesor de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Fernando de la Hoz, doctor en Epidemiologia de Enfermedades Infecciosas, cuando las cifras del país entre marzo y julio de 2020 registraban alrededor de 250.000 casos, la cifra real podría haber sido de 1.300.000.
El estudio, basado en las cifras y bases de datos reportadas por el Instituto Nacional de Salud (INS), tuvo en cuenta variables como mortalidad, características demográficas y geográficas, y particularidades de los casos confirmados. También se revisó cómo se hacía la vigilancia, ya que esta determina e influye en los casos notificados y cuántos son captables por el sistema de salud.
“Para aproximarnos a la magnitud y capacidad ante la situación, fue determinante el número de muestras tomadas por número de habitantes a escala nacional y regional, en las que se aprecia una gran variabilidad en la proporción por departamento”, explica el doctor De la Hoz.
El estudio muestra que al 25 de julio Colombia, un país con 50.372.424 habitantes, había reportado 240.745 casos y 8.269 muertes, lo que representa una tasa de mortalidad de 3,4 %.
A esa fecha, todos los departamentos ya habían reportado casos, pero de 1.090 municipios, 292 estaban aparentemente libres de COVID-19, es decir el 26 %, y 373, equivalentes al 33,2 % habían tenido una transmisión limitada.
En total se habían analizado 1.370.271 muestras, es decir 27.405 por cada millón de habitantes, con una tasa de positividad del 17 %. Las tasas de muestreo por millón varían por departamento y ciudad –entre 2.664 y 158.681 por millón–, y en consecuencia la tasa de incidencia y mortalidad también varía.
“Nos preguntamos si esta diferencia influía en el número observado de casos, e intentamos estimar el número real de positivos si se hubieran hecho los mismos esfuerzos de detección en todo el país”, agrega el profesor De la Hoz.
“El número de casos acumulado para finales de julio probablemente era mucho mayor que el reportado por el sistema de vigilancia; hay diferencias en la efectividad del sistema de vigilancia por regiones, y sí se refleja en la capacidad de captar casos”, comenta el profesor De la Hoz.
Cifras latinoamericanas
Agrega que para hacer una comparación adecuada con otros países de la región es clave tener en cuenta si se realiza el mismo número de pruebas que en Colombia.
Se afirma además que Colombia tiene una menor cantidad de casos y de mortalidad en comparación con otros países de Latinoamérica, lo que en principio se atribuye a las medidas de cuarentena y aislamiento, pero no se pueden dejar a un lado las diferencias regionales en la capacidad de vigilancia (toma de muestras y entrega de resultados).
En resultados y realidad, se puede observar cómo las poblaciones indígenas o con poca infraestructura sanitaria han sido las más afectadas.
Aunque solo ha pasado un mes después del periodo seleccionado para hacer el estudio, la situación hoy es distinta, la capacidad de hacer pruebas ha aumentado considerablemente, de 6.000 diarias a un promedio de 45.000.
Debido a las pérdidas económicas, el Gobierno ha reabierto y seguirá reactivando paulatinamente varias actividades comerciales, además de los vuelos y la movilidad; con esto en perspectiva, son necesarios nuevos y frecuentes análisis de la evolución de la situación en el país, advierte el profesor De la Hoz.
Ahora que se afirma que empieza a aplanarse la curva en algunas ciudades, o donde parece que ya pasó la primera ola pandémica, el docente de la UNAL considera que “valdría la pena realizar una nueva mirada y evaluar la capacidad que se tuvo y el desfase existente entre proyecciones y resultados reales”.
Con información de Unimedios