Sin duda, el año que se inicia estará signado para los ibaguereños y tolimenses por diversos temas que son de vital importancia para el futuro desarrollo de esta región. Entre ellos figuran: paz, postconflicto, seguridad, acueducto alterno, escenarios deportivos inconclusos, corrupción, transparencia, movilidad, empoderamiento y defensa de la administración municipal.
Este lunes (04 de enero), las organizaciones ambientalistas le entregaron al alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez la pregunta para la consulta popular en contra de los proyectos megamineros que atentan contra la estabilidad de nuestro ecosistema. Esta iniciativa de carácter popular, deberá aprobarla el Concejo de Ibagué y luego pasar a control del Tribunal Administrativo y, una vez, este entregue su veredicto de legalidad, el alcalde se reunirá con la Registraduría Municipal para llegar a un acuerdo y fijar la fecha de elecciones para votar la consulta que debe tener un voto afirmativo de por los menos, 125 mil ibaguereños.
Este es el punto de partida de una lucha y acción de masas en contra del proyecto La Colosa y de todo un gigantesco programa minero que tiene la multinacional Anglo Gold Ashanti en el Tolima, sobre todo en zonas de alta montaña, donde nace el agua, de los cuales, hemos hecho referencia en otras notas escritas por este autor.
Unido a este punto, se encuentra la construcción del acueducto alterno y la restructuración del Ibal, que como se sabe, dio sus primeros pasos en buena dirección, con el nombramiento de un gerente acordado entre el Gobierno Nacional y el alcalde de Ibagué para crear confianza y salir de la incertidumbre en que lo dejó la anterior administración, donde solo se preocupaban por contratar y malgastar los recursos.
También estará presente el proceso de paz y el postconflicto, amarrado a los problemas de seguridad del campo y las ciudad, atizado y aprovechado por bandas criminales y delincuenciales de todo tipo, a las que hay que enfrentar con decisión desde diferentes estrategias, incluyendo la militar y policial.
Al menos en lo local, el acalde Jaramillo Martínez, ha manifestado que asumirá también sus funciones constitucionales como Jefe de Policía Municipal, nunca antes ningún alcalde lo había hecho, para establecer políticas conjuntas entre el cuerpo armado y la ciudadanía y enfrentar conjuntamente la inseguridad y los focos de delincuencia de la ciudad.
Otra papa caliente con la que tendrá que lidiar el mandatario local son las inconclusas obras de los escenarios deportivos. Se ganaron esas oscuras licitaciones y no entregaron un solo escenario (nuevo), solo remodelaron un coliseo y una piscina. Pero nadie ha dicho nada. Ni la Fiscalía toma decisiones ni la Procuraduría Provincial se da por enterada de los hechos. Este atraco que le quieren hacer a los ibaguereños, unos contratistas deshonestos, un abogado que preparó todo el tamal y unos facinerosos exfuncionarios municipales, debe de tener sus consecuencias porque a Ibagué, no se la pueden seguir robando impunemente.
La corrupción que ha carcomido a la capital del Tolima, la debemos enfrentar con decisión. Por eso, no basta con ganar las elecciones con un hombre probo, hay que continuar la tarea para desmontar por completo el andamiaje que dejaron los Trillizos, que a propósito se trasladaron para la gobernación, y seguir vigilantes y atentos a defender el erario de los forajidos incrustados en los diferentes niveles de la administración.
Otro reto que nos presenta el año que inicia, es el tránsito vehicular y los trancones. Organizar a las empresas de transporte público, el servicio particular, construir nuevas vías, educar a conductores y peatones, es otra deuda que nos dejó Luis H. con su famosa señora Pilonietta, que nos salió más experta en contratación dudosa que en solucionar el problema de movilidad en la ciudad.
Por último, el empoderamiento y la defensa de la administración Jaramillo. En la medida que el dirigente demócrata y de avanzada cumpla con su programa de gobierno y la administración avance, los sectores mafiosos que usufructuaron los recursos públicos, harán todo lo posible por regresar al poder; y para ello, buscarán y utilizarán todos los medios posibles a su alcance, incluyendo la revocatoria del mandato. No escatimarán esfuerzos ni recursos económicos para cumplir esta misión a cualquier precio.
Esto implica una actitud de alerta y beligerante de la ciudadanía, partidos políticos, grupos y organizaciones sociales y gremiales para no caer en engaños ni en trampas que se tenderán por todos los dédalos que el gobierno “Por Ibagué con todo el corazón”, deberá recorrer.
Por el valor, costo y desgaste que originan los cambios que se necesitan, en todos los campos, sabemos que es más fácil ganar unas elecciones que sostener al gobierno, por eso, y desde ya, tenemos que prepararnos para esta nueva batalla que se avecina, para mantener a una administración estable y victoriosa que se constituya en la primavera de una nueva Ibagué.
El alcalde ya está elegido y posesionado, ahora nos corresponde a los Ibaguereños cambiar de actitud para lograr una transformación real de la ciudad.