La Presentación, un colegio que ha marcado la historia de Ibagué
Para el año 1900 Ibagué no era más que una aldea poblada principalmente por pequeños comerciantes y artesanos que aprovechaban su ubicación geográfica, pues era el lugar de paso obligatorio entre el occidente y el sur del país.
Sin mencionar que, también sufría las consecuencias de una de las épocas más violentas de la historia de Colombia, como fue la Guerra de los Mil Días.
De hecho, esa fue la primera razón por la que arribaron a la capital del Tolima las Hermanas Dominicas de la Presentación. Ellas llegaron para atender a los heridos de esta guerra que yacían en el Hospital San Rafael, hoy la Clínica Tolima.
No obstante, esta congregación desde que se fundó en 1653 en Dourdan (Francia), por la hermana Marie Poussepin, siempre ha tenido dos vertientes: la salud y la educación, y fue precisamente por este segundo aspecto que deciden crear el primer colegio privado de Ibagué, dedicado a formar a las “señoritas” de la época.
El 1 de octubre de 1901, en una sencilla casa ubicada en la carrera Cuarta entre calles 10 y 11, la cual pertenecía al señor Fernando Caicedo, inició la historia de este colegio que hoy tiene 117 años.
Aunque, no fue allí que se consolidó La Presentación, ya que al poco tiempo de estar ubicadas en esta casa el dueño les pidió retirarse, por lo que tomaron la decisión de trasladarse a un edificio ubicado en toda una esquina de la Plaza Bolívar, donde actualmente funciona el colegio.
Para ingresar se exigían ciertas condiciones, como contar con el visto bueno del obispo de la Diócesis, quien examinaba el acta de bautismo de la niña y la partida de matrimonio de sus padres con el fin de comprobar el carácter católico de la familia.
A estas primeras alumnas, entre las que se encontraban María Luisa Morales Tafur, Victoria Caicedo de Zapata, Sixta Tulia Caicedo de Ortiz, Sara Santofimio de Santofimio, Laura Buenaventura, Elisa Torres de Saavedra y Natalia Torres de Sánchez, se les enseñaban unas áreas específicas: manualidades (bordados principalmente), música (debían salir tocando algún instrumento), francés (el cual hablaban con fluidez), gramática – español y matemáticas.
Con los años también se implementó la mecanotaquigrafía, una técnica con la que se les enseñaba además de escribir en máquina, cómo digitar códigos.
Los exámenes para pasar de un grupo a otro, o para egresarse, no eran nada fácil o parecido a lo que sucede en la actualidad. No eran solo las profesoras quienes promovían a las alumnas, sino que debían presentar pruebas ante un jurado que comprendía a el Alcalde, el Tesorero del departamento, el Secretario de Educación y los rectores de los colegios varones que funcionaban en el municipio.
“El examen era público, es decir, a él asistía la familia de la niña que aspiraba promoverse al grado siguiente, sus profesoras, compañeras y el jurado. La evaluación era estrictamente en forma oral, aprobado la rigurosa evaluación se levantaba el acta respectiva: único requisito para promoverse o graduarse”, cuenta Magdalena Camacho de Quimbayo, coordinadora académica y de normalización de La Presentación.
Protagonistas en Ibagué
Cientos de cosas dejaron de existir con el paso del tiempo en la ciudad, pero no este colegio, el cual se supo mantener y fortalecer. Eso sí, esto significó ciertos cambios.
Por ejemplo, para el año 2001, época en la cumplió sus 100 años, les comunicaron a los ibaguereños que desde ese momento dejarían de ser una institución educativa femenina y abrirían sus puertas a niños.
El primer hombre que se graduó de La Presentación fue Fredy Carvajal en el año 2012, seguido por Diego Sandoval (2013) y Edgar Valderrama (2014). Y, aunque en la actualidad es más flexible el ingreso para los niños en todos los grados, las hermanas prefieren que sea para grados inferiores a octavo.
“En este momento hay 220 hombres. Acá se forma el caballero Presentación”, sostiene la coordinadora Magdalena.
También cambiaron ciertas reglas dentro de la institución, por ejemplo, ya no se habla de esa área de la disciplina, sino de normalización.
“Nosotros hablamos de normalización y no de disciplina, es vivir de manera natural, normal… usted normalmente no da patadas, no grita, usted quiere una vida grata”, explica Magdalena, docente esta institución desde hace 28 años.
Bueno, aunque ya son muchas materias las que ven y los énfasis son diferentes a los que existían hace 100 años, hay cosas que nunca cambiarán para los directivos y docentes del Colegio de La Presentación.
“Nosotros somos diferentes porque no hemos renunciado a trabajar en valores, lo que más reconocen los papás es el trabajo en valores”, comenta Camacho de Quimbayo.
En la actualidad hay 660 estudiantes y 32 docentes que, como la mayoría de personas en Ibagué conoce, asisten en Jornada Continúa de lunes a jueves (de 7:00 de la mañana a 12:00 del mediodía y de 2:30 a 5:30 de la tarde) y los viernes en las tardes son libres para que los alumnos practiquen actividades deportivas como natación, fútbol y basquetbol.
Si se hablan de colegios en Ibagué, La Presentación siempre será protagonista, no solo por haber graduado a miles de niños en sus 117 años, sino por la huella que ha dejado en cada uno de sus graduados quienes, sin importar cuánto tiempo haya pasado desde su salida entonan con orgullo su himno “en espíritu todas unidas, en abrazo fraterno de amor, fresca savia del tronco robusto, sueño azul de La Presentación”.