Solo comparable con un desfile del primero de mayo por el malecón en La Habana, o la celebración de la victoria de la antigua URSS (Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas) en la Segunda Guerra Mundial contra el nazismo, hoy también conmemorada por Rusia, donde verdaderos ríos humanos recorren interminablemente las calles y llegan a sitios emblemáticos como la plaza de la Revolución en Cuba o la plaza Roja de Moscú.
El desfile de la octava Marcha Carnaval que se realizó el viernes pasado en Ibagué, trajo a mi frágil memoria estos recuerdos de juventud por la gigantesca marea humana que sacudió a la capital del Tolima desde todos los puntos cardinales. No fueron cinco ni 10 mil manifestantes los que salieron como afirmaban ciertos noticieros de radio donde pauta AngloGold Ashanti (AGA), fueron más de 80 mil personas, otros calculan que 100-120 mil, pero el hecho real fue que se movilizó gente para llenar tres o cuatro veces el parque Manuel Murillo Toro. Este escenario quedó insuficiente. Fue una concentración histórica.
El escenario estaba repleto y aún el desfile en la parte final se encontraba en la calle 25 con carrera Quinta, solo las redes sociales del internet registraron esta concentración que se convirtió en tendencia nacional y el departamento y el país, se dieron cuenta de la imponente realidad: los tolimenses no quieren proyectos megamineros como el de La Colosa, prefieren el agua al oro y se decidieron por la vida.
Este llamado de los ambientalistas que cada año concita más multitud de variadas tendencias, posiciones y opiniones, se reflejó en esta movilización. Las directivas del partido Liberal en pleno, encabezadas por el senador Guillermo Santos, concejales y los diputados Carlos Reyes y Alexander Tovar, pues los saraviados y mermelados Graciela Vergara y Jaime Ospina, no salieron por instrucciones de su jefe, el gobernador conservador Óscar Barreto, allegado y consentido de la multinacional minera.
A la abigarrada y colorida marcha también se unieron: La U, Cambio Radical, La Rosita, Alianza Verde, El Mais, Marcha Patriótica, el Polo, la UP, partido comunista, Mira, sindicatos, movimientos indígenas, organizaciones sociales, Universidades, colegios, comunidad LGBTI, y hasta las juventudes del Centro Democrático, encabezadas por su concejal que salvó la consulta minera en el cabildo local. Todos caminaron en el más absoluto respeto y como prueba que una sociedad cuando se decide a luchar por causas justas nadie la detiene nadie los arrodilla.
Esta histórica marcha tendrá sus consecuencias políticas obviamente. Entre los beneficiados colaterales, se encuentra, en primer lugar, el alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, quien pese a la campaña de desprestigio de que ha sido víctima por parte de algunos medios y comunicadores, por no comprarles la conciencia y darles pautas publicitarias millonarias, capitalizó la marcha, fue el único político que pudo hablar ante tan multitudinario auditorio, en su condición de mandatario local, ovacionado y aplaudido por los asistentes. También se encuentran en este grupo, los partidos políticos, movimientos sociales, organizaciones sindicales, dirigentes comunales y agrupaciones culturales, que han sido consecuentes con esta lucha en defensa de los recursos hídricos, la fauna y la flora. En la misma forma las redes sociales y el Internet, que se convirtieron en el principal vehículo de información de esta jornada.
Entre los damnificados se encuentra un sector del partido conservador integrado por los Representantes Miguel Barreto, quien aspira al senado, y José Elver Hernández, más conocido como “El Choco”, y su jefe el gobernador Barreto, quienes se oponen a la consulta y, entre bambalinas, tienen compromisos con Anglo Gold Ashanti, por aquello de la financiación de sus campañas políticas y otros regalitos.
También salen afectados los medios de comunicación, especialmente algunos noticieros radiales y ‘periodistas’ al servicio de la multinacional, por la pauta publicitaria, más los viajes al exterior costeados por AGA. Han perdido credibilidad, y la prueba, la gigantesca movilización que no figuró en la agenda noticiosa, y a una rueda de prensa que convocaron los organizadores del evento, solo asistieron tres comunicadores: uno de una emisora local, uno de un programa de televisión y quien escribe esta nota. Por lo demás, la marcha fue ignorada.
El desprestigio que acusan estos medios y ‘periodistas’ es creciente e imparable; por fortuna, para bien de la comunidad y la sociedad. Parafraseando al maestro Alfonso Palacio Rudas, pertenecemos a la cofradía de los que no tragan entero. Los oyentes y lectores digerimos mucho el engaño y la manipulación y no somos tan bobos para comernos los cuentos que nos echan.
Sin duda alguna, lo que probó la movilización de la Marcha Carnaval del viernes, es que pese a las múltiples diferencias que tengamos los ibaguereños y tolimenses, la defensa del agua y de los recursos naturales nos unen, y estamos dipuestos, llegado el caso, hasta tomarnos La Colosa, así como hicieron los santandereanos con Santurbán.
Por el momento, estamos preparados para acudir a las urnas a la consulta en defensa del agua y los recursos naturales, donde triplicaremos los votos que se necesitan para rechazar el ecocidio que se quiere perpetrar contra nuestro territorio.
Las retaliaciones
Pero lamentablemente, mientras esto ocurre para bien de la población en general, las retaliaciones de sectores oscuros, reaccionarios y retardatarios, aparecen a través de grupos paramilitares como las Águilas Negras, en amenazas y amedrentamientos contra el alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, a quien declaran objetivo militar, lo mismo que contra organizadores de la marcha, ambientalistas y dirigentes sociales y políticos.
Como se sabe, desde hace cinco meses estos grupos ilegales armados de ultraderecha, vienen en incremento, especialmente en el sur del Tolima, sin que la autoridad departamental tenga una política clara frente a este fenómeno, a la vez que finqueros y ganaderos de diferentes municipios denuncian el incremento de la inseguridad y el abigeato.
Entretanto, el gobernador Barreto, destina sus fuerzas y artillería, a través de sus áulicos, el J.J. Rendón cucuteño, y el leguleyo Osorio, al ataque permanente y sistemático contra Jaramillo, mientras su cocina se le incendia.
Coletilla: Me inclino reverente ante la tumba de Muhammad Ali, nombre de hombre libre que rechazó el de Cassius Clay, para luchar por sus ideas y sus principios. Más que el campeón mundial y una leyenda del boxeo de todos los tiempos, fue un pensador y activista contra la discriminación racial, la desigualdad social y por un mundo mejor. Prefirió ir a la cárcel que a la guerra del Vietnam, como pacifista que era. Pocos deportistas como Ali, alcanzarán su estatura y su pódium.