
Víctima reconstruyó los difíciles momentos que pasó con el sacerdote Freddy Martínez
La mujer indicó abandono por parte de la Iglesia, las entidades públicas y el sistema judicial.

Escrito por: Yeison Andrés López Castañeda
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Han pasado más de tres años desde que una víctima decidió romper el silencio. En 2021, hizo pública una denuncia por abusos psicológicos y sexuales que, según su testimonio, sufrió durante años en el grupo juvenil de la parroquia de Villa Restrepo, en Ibagué, liderado por el sacerdote Freddy Martínez. Su testimonio impulsó a otras víctimas a alzar la voz: hoy son ocho las mujeres que lo señalan.
“En julio de ese mismo año se logró su captura intramural”, cuenta la mujer. Sin embargo, dos años después, el sacerdote obtuvo una medida no privativa de la libertad 'por agotamiento judicial', lo que le permitió salir de la cárcel mientras continúa el proceso penal.
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Para las denunciantes, verlo en libertad ha sido una experiencia profundamente dolorosa y peligrosa. “Es verdaderamente difícil, más por el riesgo que cada una de nosotras corre. Nos sentimos en algún momento abandonadas por la Iglesia, por las entidades públicas y por el sistema judicial”, afirma.
Actualmente, el caso se encuentra en etapa de juicio. Una de las víctimas fue favorecida por una resolución de acusación emitida por la Fiscalía Primera Especializada, mientras que el resto continúa en otra fase judicial.
“Actuaba como en una secta”
Según Hernández, el sacerdote Freddy Martínez utilizó su carisma y posición de poder dentro de la Iglesia para manipular emocional y espiritualmente a sus víctimas. “Al ser un líder religioso, tenía muchas personas vulnerables a su alrededor. La gente buscaba en él milagros, consejos, guía espiritual”, dice.
Pero detrás de esa imagen pública, operaba —según su relato— una estructura de manipulación sistemática que rozaba los códigos de una secta. “Desde muy pequeñas empezamos a vivir rituales que no eran normales. Hablamos del ‘descanso en el espíritu’, un término que la Iglesia usa para experiencias místicas, pero que con él se convirtió en una herramienta de control. Era un adoctrinamiento muy fuerte desde los 12 o 13 años”, afirma.
La manipulación no era solo espiritual. También —según denuncia— hubo explotación laboral y emocional. “Si tenías habilidades con las finanzas, terminabas trabajando para él. Utilizaba los talentos de cada persona a su favor”.
Exigen justicia y protección
Las denunciantes insisten en que el proceso debe culminar con una sentencia ejemplar. También reclaman garantías de seguridad para ellas y sus familias. “Cualquier noticia que implique justicia es un alivio frente a tanto miedo. Seguimos cargando con ese dolor, pero también con la responsabilidad de advertir a otros. El abuso de poder es silencioso, pero está muy presente”, concluye la presunta víctima.
El sacerdote Freddy Martínez niega los cargos y su defensa sostiene que se trata de una persecución injustificada. La justicia deberá determinar su responsabilidad.