
Alias ‘Macaco’, condenado por 141 crímenes de guerra y lesa humanidad en Colombia
El exjefe paramilitar Carlos Mario Jiménez Naranjo, fue sentenciado a 20 años de cárcel.

Escrito por: Yeison Andrés López Castañeda
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Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias Macaco, uno de los máximos cabecillas del Bloque Central Bolívar de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), fue condenado a 20 años de prisión tras aceptar su participación en 141 hechos criminales cometidos contra la población civil en al menos ocho departamentos del país.
La sentencia, proferida por un juez penal especializado de Bucaramanga, contempla además el pago de una multa de 25.000 salarios mínimos legales vigentes y la negación de beneficios como la prisión domiciliaria o la suspensión condicional de la pena. Alias Macaco deberá cumplir su condena en un establecimiento carcelario.
La Fiscalía General de la Nación lo halló responsable de una cadena de delitos atroces, entre ellos homicidio agravado, desaparición forzada, tortura, violencia sexual, reclutamiento ilícito de menores, desplazamiento forzado, y acceso carnal violento, muchos de estos cometidos contra personas protegidas por el Derecho Internacional Humanitario.
Los crímenes, ocurridos entre 2000 y 2005, fueron perpetrados por estructuras bajo su mando en regiones como Antioquia, Bolívar, Caquetá, Cundinamarca, Nariño, Norte de Santander, Risaralda y Santander. La Fiscalía logró acreditar un plan sistemático de exterminio, desplazamiento y terror, del que fueron víctimas al menos 237 personas.
Entre los casos emblemáticos aceptados por el exparamilitar figuran los asesinatos del concejal Héctor Mantilla Rodríguez (Barrancabermeja, 2000), del periodista Flavio Iván Bedoya Sarria (Tumaco, 2001), del periodista Eduardo Estrada Gutiérrez (San Pablo, 2001), y del investigador del CTI Orlando Torres Losada (Florencia, 2002). También reconoció su responsabilidad en el homicidio de los militantes de la Unión Patriótica Arsenio y Oleider Paloma (Caquetá, 2002), y el desplazamiento masivo de campesinos de la hacienda Las Pavas (Bolívar, 2003).
Uno de los aspectos más crudos de la sentencia se refiere a los crímenes de violencia de género, usados como arma de guerra para someter a comunidades enteras. Macaco aceptó delitos como el acceso carnal violento y el desplazamiento forzado de una mujer en San Martín de Loba (Bolívar); la violación y asesinato de cuatro hermanas en Putumayo, y el abuso sexual de una joven en Barrancabermeja, entre otros.
El caso de Macaco, quien fue extraditado en 2008 a Estados Unidos por cargos de narcotráfico y luego deportado a Colombia, refleja con crudeza el legado de barbarie que dejaron los grupos paramilitares en varias regiones del país. Su sentencia reaviva el debate sobre la efectividad de la justicia transicional y el derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación integral.