Los secretos desconocidos de la mansión que habría intentado construir el exgobernador del Tolima
“No existe crimen perfecto, existen crímenes que no se investigan lo suficiente”. Esta frase del español José Miguel Mulet, profesor de Biotecnología Criminal y Forense de la Universidad Politécnica de Valencia, ilustra muy bien lo que pudo ocurrir con una denuncia que se hizo pública en abril del año 2021 sobre la construcción de una lujosa mansión que habría intentado llevar a cabo el exgobernador del Tolima Ricardo Orozco en el Cañón del Combeima.
Fue el exconcejal de Ibagué Rubén Darío Correa quien puso al descubierto la polémica obra de una casa campestre, de aproximadamente 800 metros cuadrados, que pretendió levantarse violando las normativas ambientales, casi que a escondidas y en la que se invirtieron, según expertos, cerca de $1.500 millones solo en la adecuación del terreno, cerramientos y cimentaciones.
Correa aseguró que detrás de la construcción estaba el entonces gobernador Ricardo Orozco, quien fue grabado supervisando personalmente la obra. Además, 19 testigos, entre obreros y vecinos del sector, también señalaron en su momento al exmandatario como el inversionista de este proyecto unifamiliar.
La investigación del cabildante se quedó a medias, ya que una mujer, identificada como Lyda Gerlithza Candil Gómez, propietaria de una IPS poco conocida en la región, emitió un comunicado en el que aseguró que era la dueña del terreno y que Orozco no tenía nada qué ver en el asunto.
Sin embargo, esa declaración no sería del todo cierta, pues, aunque el predio sí aparece a su nombre en las escrituras, todo haría parte de un entramado de ocultamiento de bienes obtenidos de manera ilícita, más exactamente provenientes del sistema de salud del Tolima.
La enigmática mujer dijo lo siguiente en un comunicado: “Acudo a este medio para que la mayor cantidad de gente posible, conozca la verdad frente a la titularidad del predio identificado con la matrícula 350-97632, el cual adquirí a través de la escritura pública número 1863 del 18 de diciembre de 2015 en la notaría 5 de esta ciudad (…) Solicito respetuosamente de manera especial a los medios de comunicación, entiendan que no haré ninguna declaración distinta a este comunicado”.
De la supuesta propietaria del predio y de sus acciones legales nunca se supo nada más. Sin embargo, personas allegadas a Ricardo Orozco, y con quienes terminó en medio de conflictos políticos, sostienen que ese comunicado habría sido redactado por abogados de la Gobernación del Tolima y que ese era el plan de defensa que tenían diseñado si se hacía público el proyecto.
¿Obra financiada con recursos de la salud?
Desde hace ocho meses, un equipo periodístico de EL OLFATO comenzó a seguirle la pista a esta denuncia y encontró dos piezas claves de un rompecabezas que tendrá que armar la Corte Suprema de Justicia.
Llegar a ellas no fue fácil porque existiría un sólido cártel delictivo dedicado al desfalco del sistema de salud público y al ocultamiento de bienes, automóviles de alta gama, ganado de raza y rentas mensuales que superarían los $500 millones.
Ese cartel, según denunció en diciembre del año pasado el exalcalde Andrés Hurtado, sería liderado por Ricardo Orozco, quien desde ya empezó sus correrías por los municipios del Tolima para regresar a la Gobernación Departamental en el año 2028.
Además, es el jefe de debate del candidato al Senado de la República Santiago Barreto, no solo en el Tolima sino también en el Quindío, departamento en el que tendría relaciones políticas e inversiones privadas.
Los cabos sueltos: la mujer de confianza y el poderoso contratista
Los hallazgos obtenidos por este medio de comunicación permiten probar que al frente de la construcción de la mansión, ubicada en el sector de Valle Escondido, estuvo la arquitecta María Alexandra Rozo, una mujer de confianza de Ricardo Orozco, por lo menos, desde el año 2018.
Orozco y Rozo trabajaron juntos en la Gobernación del Tolima y ejecutaron la supervisión del proyecto de adecuación y mantenimiento de la estación de bomberos de la Fuerza Aérea de Melgar, obra que estuvo a cargo del polémico contratista Olaguer Agudelo Prieto.
Después, cuando Ricardo Orozco resultó elegido Gobernador, la arquitecta María Alexandra Rozo recibió contratos por más de $390 millones en la Secretaría de Infraestructura del Tolima y el Hospital Federico Lleras, entre los años 2020 y 2023.
Ella, casualmente, aparece en varios documentos oficiales como “la encargada de la obra”.
Un oficio de la Policía Metropolitana de Ibagué, fechado el 14 de abril de 2021, enviado a la corregidora de Juntas, Karen Liliana Pira, se informa que, después de inspeccionar el proyecto, se pudo establecer que la “encargada de la obra” es la señora María Alexandra Rozo, entregaron su número de cédula y su teléfono móvil. Estos mismos datos personales aparecen en sus contratos con la Gobernación del Tolima y el Hospital Federico Lleras.
EL OLFATO buscó a la arquitecta para preguntarle acerca de este proyecto, pero no contestó los mensajes que se le dejaron en su WhatsApp.
El segundo cabo suelto encontrado por la unidad investigativa de esta redacción es el nombre de un reconocido contratista de la Gobernación del Tolima, quien, según aseguraron los informantes, sería el verdadero dueño del lote en el que Orozco pretendía construir su mansión.
Se trata del empresario Julio César Beltrán Garzón, propietario de varias empresas dedicadas al suministro y servicios tecnológicos. Él le habría vendido la propiedad a Ricardo Orozco y habría facilitado el entramado de ocultamiento, debido a que son muy cercanos desde el año 2018.
“Julio y Ricardo son viejos amigos. Cuando él era secretario del Interior, Julio le prestó $150 millones y el fiador fue el entonces secretario de Infraestructura del Tolima, Andrés Hurtado. Orozco se vio a gatas para pagarle, pero le respondió”, dijo uno de los testigos abordados por esta redacción.
Ese favor económico le trajo una buena racha al señor Beltrán, quien, durante el mandato de Ricardo Orozco, obtuvo contratos en la Gobernación del Tolima, Hospital Federico Lleras y la Universidad del Tolima, por cerca de $8.000 millones.
Desde septiembre del año pasado, se le ha preguntado insistentemente al contratista por su relación con Ricardo Orozco, los créditos personales y la presunta venta del lote de Valle Escondido, pero no ha sido posible que conteste los mensajes que se le han dejado en su teléfono celular.
Tampoco fue posible obtener una versión de los hechos del exgobernador Ricardo Orozco, quien tampoco contesta las llamadas ni los mensajes de texto.
¿Enterraron $1.500 millones y a nadie le importó?
EL OLFATO hizo un sobrevuelo con un dron en el predio donde se construía la mansión y allí solo se observan las obras abandonadas. Resulta extraño que hayan invertido cerca de $1.500 millones y no siguieran adelante con el proyecto, que, según Lyda Gerlithza Candil Gómez, era lícito y no tenía ninguna relación con Ricardo Orozco.
¿A quién le parece fácil dejar ese dinero enterrado? ¿De dónde salieron los recursos para pagarle a la reconocida arquitecta y adquirir los materiales de construcción que ingresaban al predio en horas de la madrugada? Será la Corte Suprema la que encuentre estas otras respuestas.