
Juan Arturo Gutiérrez no explicó quién pagó su viaje a China y evade otras preguntas
Se mueve en una camioneta de alta gama, viaja al exterior, tiene oficina en la Alcaldía y una asistente pagada con recursos públicos.

Escrito por: Luis Eduardo González
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Juan Arturo Gutiérrez, esposo de la alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda, evadió entregar información sobre su viaje a China realizado en abril junto a su hijo menor.
Ante el derecho de petición tramitado por EL OLFATO, en el que se le solicitó precisar quién costeó los tiquetes, el alojamiento y los viáticos, Gutiérrez optó por no responder y trasladó las preguntas a la Oficina de Talento Humano, la cual solo respondió parcialmente dos de los 14 interrogantes enviados. (Ver Respuesta derecho de petición)
La negativa del llamado Gestor Social de Ibagué —figura que no tiene existencia legal en la planta de personal del Municipio— refuerza el velo de opacidad que rodea su papel dentro de la administración local y el origen de su repentina capacidad económica, justo después de que su esposa asumiera como alcaldesa. (Ver: Aparece prueba que enreda a la alcaldesa de Ibagué por el origen de su fortuna exprés)
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¿Un funcionario sin nombramiento pero con poder real?
Aunque oficialmente no tiene contrato ni cargo público, Gutiérrez cuenta con una oficina privada contigua al despacho de su esposa, una asistente pagada con recursos del Estado y acceso irrestricto a las dependencias oficiales.
Según fuentes del gabinete consultadas por EL OLFATO, su presencia no es simbólica: daría visto bueno a la contratación pública, desde órdenes de prestación de servicios hasta millonarios convenios, y mantiene contacto directo con secretarios y directores de institutos descentralizados.
Además, de acuerdo con denuncias y versiones recogidas por este medio, el esposo de la alcaldesa tendría otras funciones paralelas: negociar con medios de comunicación para silenciar críticas, transportar dinero en efectivo —según lo afirmó el abogado de un empresario que reclama $500 millones por una letra de cambio— y hacer lobby político nacional en nombre de su esposa. (Ver: El regalo de $152 millones que Johana Aranda pagó en efectivo)
Preguntas clave sin respuesta
En el derecho de petición presentado por este medio se formularon preguntas concretas que Gutiérrez optó por eludir, entre ellas:
- ¿Quién pagó su viaje y el de su hijo a Chengdú, China? ¿Y bajo qué concepto fue justificado?
- ¿Cuáles son sus fuentes económicas mensuales, si no tiene empleo desde julio de 2022?
- ¿Tiene usted acceso a reuniones donde se toman decisiones administrativas o presupuestales del gobierno local?
- ¿Ha intervenido en la contratación de personal, convenios o servicios en la Alcaldía de Ibagué?
- ¿Qué medidas ha adoptado para evitar conflictos de interés frente al ejercicio del poder que ostenta su esposa?
Ninguna de estas inquietudes obtuvo respuesta. La única información entregada por la Alcaldía fue que el cargo de Gestor Social no existe formalmente, y por tanto Gutiérrez no recibe sueldo ni bonificación del presupuesto municipal. Aun así, la administración justificó su presencia y rol con normas generales sobre actividades sociales y voluntarias.
$5,8 millones al mes le cuesta a la ciudad la asistente del marido de la Alcaldesa
Yinery Alexandra Varón Chico figura en la nómina de la Alcaldía de Ibagué con un sueldo mensual de $5.838.734 como asesora del despacho del alcalde. Sin embargo, lo que realmente hace —según testimonios dentro del Palacio Municipal— es asistir de forma directa a Juan Arturo Gutiérrez, esposo de la alcaldesa Johana Aranda y pieza clave del poder en la sombra del gobierno local.
Aunque oficialmente su cargo está enmarcado dentro del diseño de estrategias de comunicación y apoyo técnico a la gestión institucional, en la práctica su trabajo estaría más cerca de lo doméstico que de lo público. Su presencia constante junto a Gutiérrez, en reuniones privadas y desplazamientos administrativos, ha despertado sospechas sobre un posible desvío de funciones y uso indebido de recursos estatales.
Varón Chico ingresó al sector público en 2022 como contratista de apoyo a la Secretaría de Salud de Ibagué, cuando esa cartera estaba bajo la dirección de la entonces secretaria Johana Aranda. Por aquel entonces, su contrato le reportaba ingresos mensuales por $1.410.000.
Dos años después, su ascenso fue fulgurante: pasó a ser asesora de libre nombramiento en el corazón del poder local, con un salario cuatro veces mayor.
El problema no es solo el sueldo. Lo que pone en cuestión este nombramiento es la naturaleza de las funciones que desempeña. Un asesor del despacho del alcalde no está facultado para cumplir labores personales, menos aún para asistir a familiares del alcalde o alcaldesa, como es el caso del cónyuge. Si tales funciones no están respaldadas por un acto administrativo concreto, se incurre en un uso irregular de los recursos del Estado.
Vida de lujo, silencio oficial
Mientras tanto, Gutiérrez se moviliza en una lujosa Toyota Prado TXL, estaría buscando apartamento en Bogotá y realiza viajes internacionales, como el reciente a China, cuya financiación es un misterio. (Ver: Alcaldesa Johana Aranda convirtió viaje oficial a China en paseo familiar durante Semana Santa)
El contraste con su situación laboral —lleva casi tres años desempleado— es un interrogante que ni él ni la Alcaldía han querido responder.
En Ibagué ya no se habla solo de la administración de Johana Aranda, sino de un binomio en el que Gutiérrez, sin ser elegido ni nombrado, opera como figura clave del poder local, al margen de todo control institucional.
Su negativa a responder el derecho de petición, sumada al respaldo administrativo que parece disfrutar dentro de la Alcaldía, plantea serios cuestionamientos sobre el uso del poder, el acceso a recursos públicos y la transparencia de una administración cada vez más hermética.