¿El exalcalde Jaramillo debe responder por irregularidades en contrato del Acueducto Complementario?
La Contraloría de Ibagué estableció que hubo falta de planeación en la contratación y ejecución de la fase II etapa I y II del Acueducto Complementario durante la administración del exlalcalde Guillermo Alfonso Jaramillo (2016 -2019). Contraloría halla detrimento por más de $300 millones en obras del Acueducto Complementario
El órgano de control fiscal precisó en su informe de auditoría que hubo una presunta violación a los principios de planeación, eficacia, responsabilidad y economía en la etapa precontractual y en la ejecución de las obras. Además, de la presunta comisión del delito de la firma de un contrato sin cumplimiento de los requisitos legales.
Lo anterior, porque los estudios y diseños en los que se basó la firma del contrato 202 de 2017, no contaban con la ingeniería de detalle acorde a la complejidad del proyecto para ser contratada.
Esto llevó a la adición de recursos por más de $15.000 millones para culminar la instalación de la tubería del kilómetro k4+700 hasta la planta de tratamiento del IBAL en la Pola. Pese a que el contrato culminó y no se pudo pudo adicionar en valor, la obra no es funcional. Exgerente del IBAL deberá responder penalmente por contratación de obra del Acueducto Complementario
La prueba reina
Para el exgerente del Ibal Eduardo Bejarano el exalcalde Guillermo Alfonso Jaramillo debe responder penal y disciplinariamente por la firma y ejecución del contrato 202 cuyo presupuesto inicial fue de $27.244 millones y que con las tres adiciones superó los $40.000 millones.
Bejarano en carta radicada a Jaramillo el 27 de noviembre de 2017 alertó sobre los inconvenientes de contratar la obra con base en los estudios realizados por IEH Grucón al estar en ejecución la construcción de la doble calzada y que podía entrar en conflicto o coincidir con la línea de conducción diseñada para el proyecto del Acueducto Complementario. (Ver: La carta de advertencia de Eduardo Bejarano al alcalde Jaramillo)
"En ese sentido, antes de adjudicar este contrato resulta imperativo aclarar esta situación de los diseños tanto de la primera etapa de la segunda fase del acueducto complementario como los de la doble calzada, pues de no ser así de presentarse un conflicto entre estos diseños, se observaría una grave falta de planeación que podría resultar en mayores sobrecostos financieros ligados al proyecto, entre otras cosas", precisó Bejarano en la misiva. (Ver documento)
Premonición cumplida
El IBAL en respuesta al hallazgo de la Contraloría argumentó que una de las adiciones hechas al contrato 202 tuvo relación con la doble calzada Ibagué -Cajamarca que obligó al cambio del trazado de la tubería y a la inclusión de un nuevo kilómetro en la línea de conducción. Además, de requerirse obras de estabilización.
La empresa contrató en esta vigencia la realización de los diseños definitivos y a detalle para la rehabilitación de la bocatoma de Cocora, la verificación hidráhulica de la línea de aducción desde la bocatoma de Cocora hasta la Ptap de La Pola y la conducción desde el tanque Ciudad al tanque Sur con su línea de distribución para determinar las obras necesarias para culminar el proyecto.
¿Jaramillo actuó con dolo?
Según Bejarano, el exalcalde Jaramillo debe ser incluido dentro de las investigaciones penales y disciplinarias que adelanten los órganos de control, pues como Alcalde y Presidente de la Junta Directiva del Ibal no hizo nada con respecto a las irregularidades que fueron denunciadas antes de la firma del contrato.
"Ceo que el señor Guillermo Alfonso Jaramillo es corresponsable de esta situación porque un mes antes de que se adjudicara este polémico contrato por escrito le advertí, le radiqué una carta que nunca tuvo a bien responder ni nada, en donde le decía con argumentos y con cifras que este era un proyecto que estaba mal planeado y mal diseñado y que gracias a todos estos errores iba a estar sujeto de adiciones de presupuesto", expuso Bejarano.
Y continuó: "Recordemos que se radica esta carta en calidad no solo de Alcalde, sino como presidente de la Junta Directiva del Ibal y tampoco tomó ningún tipo de actuación ni siquiera para revisar los comentarios que se hicieron, no solo de parte mía sino de otros ingenieros".
Para el abogado y especialista en contratación estatal, Luis Felipe Aranzales, el exalcalde obró con culpa grave, pues en cómo máxima autoridad municipal tiene control de tutela administrativo sobre el Ibal y debió intervenir.
"Es decir, incurrió en una omisión que se califica como culpa grave por tener conocimiento de irregularidades y no haber ejecutado desde su cargo ninguna actuación", dijo Aranzales.
No obstante, para el jurista Ernesto Espinosa, pese a que Jaramillo fue puesto en conocimiento de las posibles irregularidades del proyecto antes de adjudicarse el contrato, la carta por si sola no es suficiente para determinar si actuó con dolo.
"Él no puede hacer nada frente al tema de la contratación del Ibal a menos de que se pruebe que él dio la orden o que eso estaba direccionado por el Alcalde. De lo contrario no veo ninguna responsabilidad del exalcalde", manifestó.
Según Espinosa, el mandatario no puede coadministrar ya que el IBAL es una entidad descentralizada y tiene autonomía administrativa.
"Pero si el Alcalde sabía y coparticipó de algo irregular ahí sí responde, pero con la sola carta no veo porqué debe responder, pues debió haber intervenido en la etapa precontractual y contractual y el Alcalde no participó en ese contrato", puntualizó el jurista.
EL OLFATO intentó obtener la versión del exmandatario sin obtener respuesta alguna.