
Cartel de la salud III: El imperio de los Serna Ramírez que lograron con Ricardo Orozco
La historia de cómo una familia modesta de Girardot se convirtió en la principal contratista de hospitales públicos del departamento.

Escrito por: Luis Eduardo González
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Una familia originaria de Girardot, Cundinamarca, pasó de tener un pequeño negocio de prestación de servicios básicos de salud y suministro de equipos de oficina, a consolidarse como una de las principales contratistas de la red hospitalaria pública del Tolima. Se trata de Javier Alexander Serna y Rocío Ramírez, una pareja que logró facturar más de 40.000 millones de pesos en los últimos seis años a través de su empresa Distribuidores Clínicos Hospitalarios.
De empleados públicos a magnates de la salud
Javier Alexander Serna, administrador de empresas, y Rocío Ramírez, enfermera, trabajaron durante años como funcionarios del Hospital San Rafael de Girardot. Sin embargo, en 2017, dejaron sus puestos y fundaron Distribuidores Clínicos Hospitalarios, una empresa registrada en la Cámara de Comercio de Girardot con un enfoque inicial en servicios básicos de salud y venta de equipos de oficina. (Ver: Cámara de Comercio de la empresa)
El punto de inflexión para esta pequeña empresa llegó en 2019, cuando conocieron a Carmen Patricia Henao, entonces gerente del Hospital San Rafael de El Espinal, y una persona cercana al exgobernador del Tolima Ricardo Orozco. A partir de esa conexión, la empresa multiplicó sus ingresos de forma exponencial.
El salto contractual: de $2.400.000 a $10.187 millones
Distribuidores Clínicos Hospitalarios pasó de tener un contrato de $2.400.000 en 2019 a facturar más de $40.000 millones en los últimos seis años. Durante ese año, la empresa logró adjudicarse ocho contratos que sumaron más de $832 millones. (Ver: Contrato de $2.400.00 con el Hospital de El Espinal)
Con la llegada de Ricardo Orozco al poder, el panorama cambió radicalmente. Solo en 2020, la empresa de Girardot obtuvo contratos por $1.927 millones, un incremento del 131,6% respecto al año anterior. Pero el verdadero salto se produjo en 2021, cuando facturó $10.187 millones, lo que significó un crecimiento del 428,7% en tan solo un año.
Durante los últimos dos años de la administración de Orozco, Distribuidores Clínicos Hospitalarios recibió contratos por $20.267 millones, posicionándose como el mayor proveedor de hospitales públicos del Tolima, incluidos importantes centros de salud en Honda, Chaparral, Líbano, Purificación, Lérida, El Espinal y el Hospital Federico Lleras Acosta.
¿Financió la campaña de Orozco?
La relación entre la familia Serna Ramírez y el exgobernador del Tolima, Ricardo Orozco, tiene otra particular coincidencia.
Fue en plena campaña política de 2019, cuando Orozco y Rosmery Martínez se disputaban la Gobernación del Tolima, que la empresa Distribuidores Clínicos Hospitalarios, de propiedad de Javier Alexander Serna, comenzó a obtener contratos significativos en el Hospital San Rafael de El Espinal.
Un antiguo militante del barretismo lanzó una afirmación que reaviva las sospechas: “Justo se conocieron en el segundo semestre de 2019, en la recta final de la campaña, cuando más plata necesitan los candidatos para repartir en los municipios. No hace falta mucha inteligencia para atar cabos”, dijo a EL OLFATO. Aunque el informante no confirmó ni negó que Serna hubiera aportado recursos a la campaña de Orozco, la declaración deja abierta la posibilidad de un vínculo económico.
Este medio de comunicación se comunicó con la gerente del Hospital San Juan de Dios de Honda, Carmen Patricia Henao, para preguntarle por su relación con Javier Alexander Serna, quien fue su contratista cuando se desempeñó como gerente del centro asistencial de El Espinal.
La señora Henao confirmó que conoce a Serna hace 10 años, pero negó tener negocios particulares con él. Además, aseguró que no fue el enlace entre este contratista y el exgobernador Orozco.
Las alianzas estratégicas en el Federico Lleras
El negocio más rentable para los Serna Ramírez llegó con la tercerización de dos unidades en el Hospital Federico Lleras Acosta: la Unidad Renal Mario Bran y la Unidad de Trauma del Tolima.
La Unidad Renal Mario Bran, inaugurada en diciembre de 2020, opera bajo una figura de "alianza estratégica" que permite a Distribuidores Clínicos Hospitalarios recibir entre el 68% y el 85% de la facturación mensual de la unidad. Según los registros de 2024, la unidad genera un promedio de $377 millones al mes, es decir, más de $4.500 millones al año.
En cuanto a la Unidad de Trauma, la operación fue delegada a Unitrauma del Tolima IPS SAS, una empresa que surgió en 2020 bajo el nombre Servicios y Distribuciones Servidayo SAS y que fue transformada en Unitrauma en 2021. Esta unidad opera bajo un contrato de arrendamiento de 15 años con un canon mensual de $46.570.000, lo que representa un negocio de $8.382 millones durante toda la vigencia del contrato. (Ver: Contrato Unitrauma y Cámara de Comercio de Unitrauma)
Cuestionamientos y posibles irregularidades
El éxito de los Serna Ramírez no ha estado exento de polémica. Javier Alexander Serna, sancionado por la Procuraduría General de la Nación, no podía figurar legalmente como contratista, por lo que designó a su hijo, Javier Alejandro Serna Ramírez, como representante legal de la empresa. (Ver: Sanción de la Procuraduría General de la Nación)
Además, su esposa, Rocío Ramírez Reyes, y un familiar, Juan David Melquiades Rodríguez Reyes, aparecen como responsables de Unitrauma del Tolima IPS SAS.
Las investigaciones preliminares sugieren que los contratos pudieron haberse adjudicado sin cumplir con los principios de transparencia y competencia. De hecho, la adjudicación directa de la Unidad de Trauma se realizó en plena ley de garantías, lo que podría representar una violación a la normativa de contratación pública.
Las respuestas y un intento de presión
El exgobernador Ricardo Orozco fue consultado por EL OLFATO sobre su presunta relación con Javier Alexander Serna y la posibilidad de que recibiera un porcentaje de las operaciones de sus empresas. Sin embargo, su respuesta fue visiblemente alterada. "Respete. ¿Cuál es su nombre?", respondió a la periodista a través de WhatsApp.
Acto seguido, Orozco preguntó insistentemente cuánto dinero invirtió la Gobernación del Tolima en publicidad en EL OLFATO durante su mandato, lo que fue interpretado como un intento de presión para impedir la publicación de esta investigación.
Por su parte, Martha Palacios, gerente del Hospital Federico Lleras Acosta y considerada la mano derecha de Orozco, aseguró que todos los contratos con la familia Serna Ramírez son lícitos y negó que su jefe político sea socio de ellos.
Finalmente, Javier Alexander Serna no respondió las llamadas ni los mensajes enviados a su celular, dejando sin aclarar su rol en los millonarios contratos adjudicados en el departamento del Tolima.
¿Y ahora qué?
Las cifras millonarias y el crecimiento vertiginoso de una empresa familiar modesta han encendido las alertas en el Tolima. Los contratos de Distribuidores Clínicos Hospitalarios y Unitrauma del Tolima están bajo la lupa, mientras las autoridades investigan si detrás de este caso se esconde un posible cartel de la salud en el departamento. La historia aún no ha terminado (Ver: Cartel de la salud II: un negocio de $78.000 millones que se cayó).
El poder de esta organización es tan alto que ni en la Fiscalía General de la Nación ni en el Ministerio de Trabajo avanzan las investigaciones por las millonarias movidas económicas y por los salarios no cancelados a profesionales de la salud que han trabajado para Unitrauma.
Responde gerente H. Federico Lleras Acosta
Martha Palacios, gerente del Hospital Federico Lleras Acosta y conocida como la mano derecha del exgobernador Ricardo Orozco, rompió el silencio ante las crecientes dudas sobre los millonarios contratos adjudicados a la familia Serna Ramírez para la operación de la Unidad Renal y la Unidad de Trauma del centro asistencial.
En una entrevista con EL OLFATO, Palacios negó que estos negocios sean una tercerización de servicios, como lo han señalado algunas fuentes del sector salud. Según explicó, se trata de dos figuras contractuales diferentes: un contrato de arrendamiento con Unitrauma del Tolima IPS SAS y un contrato de prestación de servicios con Distribuidores Clínicos Hospitalarios para la Unidad Renal Mario Bran.
"Primero es importante hacer claridad: no son servicios tercerizados. Con Unitrauma, lo que el hospital tiene es un contrato de arrendamiento de un área de aproximadamente 600 metros cuadrados en la sede Limonar. Esta institución privada atiende servicios de urgencia, pero no tienen ninguna relación en atención con el Federico Lleras", afirmó.
Sobre la Unidad Renal, Palacios explicó que el contrato con Distribuidores Clínicos Hospitalarios fue necesario cuando la sede Francia del hospital amplió las unidades de cuidado intensivo y se requería el servicio de nefrología. "El hospital no contaba ni con los especialistas ni con la infraestructura ni con los equipos. La empresa provee estos servicios, de manera similar a como se hace con gastroenterología, cardiología o fisiatría", detalló.
Respecto a los vínculos familiares entre las empresas contratistas, Palacios afirmó desconocer cualquier nexo personal o comercial entre los miembros de la familia Serna Ramírez. "Sé que son razones sociales distintas. Para la institución son dos proveedores completamente diferentes", señaló.
Frente a la posible relación entre Javier Alexander Serna y el exgobernador Ricardo Orozco, Palacios fue enfática: "No los conozco. Desconozco cualquier tipo de vínculo. Lo que puedo asegurar es que nosotros garantizamos el seguimiento y la supervisión de todos los contratos formalizados".
Sin embargo, no descartó que se puedan tomar acciones legales en caso de incumplimiento de los acuerdos. "Existen razones por las cuales se podrían dar por terminados estos contratos de manera unilateral, como el incumplimiento de pagos o la falta de garantías hacia el hospital", puntualizó.
Con relación a los montos pagados a la Unidad Renal desde 2020, Palacios explicó que las facturas dependen de los niveles de ocupación y que pueden oscilar entre 270 y 320 millones de pesos mensuales. No obstante, en cuanto a Unitrauma, aclaró que el hospital no recibe ingresos por la operación, sino únicamente el canon de arrendamiento de 50 millones de pesos mensuales.
Finalmente, la gerente del hospital desestimó las acusaciones sobre una posible defraudación económica a profesionales de la salud. "Creo que es lo que todo el mundo escucha y ve en los medios. Pero no me interesa tener una posición frente a la operación de las instituciones privadas", concluyó.
La entrevista deja más preguntas que respuestas. Mientras la administración del Hospital Federico Lleras defiende la legalidad de los contratos, las autoridades continúan investigando si existe un posible cartel de la salud en el Tolima. La polémica sigue abierta (Ver: Cartel de la salud I: hospitales del Tolima, un negocio familiar).
Espere la cuarta entrega de esta investigación. Si tiene alguna información sobre esto caso, puede escribirnos al correo: investigaciones@elolfato.com.