Cartel de la salud I: hospitales del Tolima, un negocio familiar
En pelea de comadres se saben las verdades, dice el adagio popular. Y eso parece haber ocurrido en diciembre del año pasado, cuando en medio de una controversia mediática entre el exgobernador del Tolima Ricardo Orozco y el exalcalde de Ibagué Andrés Hurtado se supo de la existencia de un presunto cartel de la salud en la red hospitalaria del departamento. (Ver: Hurtado dice que Orozco es un “gordo, agazapado, hipócrita y jefe del cartel de la salud”)
Después de cuatro semanas de investigación, EL OLFATO presenta el primer informe de un especial periodístico en el que se revelarán graves hechos relacionados con la contratación, concesión y administración de los hospitales del Tolima durante la administración de Orozco, señalado por Hurtado como el presunto jefe de esta organización.
Venta de hospitales y sociedades secretas
Fuentes muy bien informadas del sector de la salud, algunos incluso pertenecientes al grupo político del senador Óscar Barreto y otros exmilitantes del barretismo, accedieron a hablar con periodistas de esta redacción y contaron pormenores de los negocios particulares que se montaron en el sistema sanitario público.
“Ellos (las cabezas del barretismo) tienen tres modalidades. Una es la venta de la gerencia de los hospitales, la otra es entregar la contratación de servicios como lavanderías, alimentación o personal con una participación económica y, la tercera, es la concesión de servicios especializados. En todas obtienen ganancias”, reveló una de las fuentes más conocedoras de los secretos del barretismo, quien pidió mantener su nombre en reserva.
Por ejemplo, la gerencia del Hospital de Chaparral, puede costar entre $400 y $600 millones. Pero hay otros centros asistenciales más apetecidos y allí la tarifa casi que se duplica.
“Los hospitales de El Espinal y del Líbano pueden costar de $1.000 millones pa’ arriba. Y eso tiene una explicación: tienen mayor presupuesto, más facturación, se pueden concesionar servicios especializados y la contratación de personal es alta”, explicó un exintegrante del grupo político del senador Barreto.
Líbano y Venadillo, hospitales de una sola familia
En el norte del Tolima hay dos hospitales que fueron administrados por una misma familia. José Jaime González Enciso y su esposa Sandra Patricia Calderón Mayorquín lograron quedarse en el año 2020 con los hospitales Alfonso Jaramillo Salazar, del Líbano, y Santa Bárbara, de Venadillo.
Ambos llegaron durante la administración del exgobernador Orozco y la familia González Calderón tenían un vínculo muy cercano con el barretismo.
Calderón Mayorquín es prima hermana de Edwin Castro Calderón, el hombre más cercano al senador Barreto, conocido en esa organización con el alias de ‘El ingeniero’. Él, sostienen todas las fuentes, es el poder detrás del poder y quien lleva los mensajes privados que envía el jefe supremo.
Tan importante es Castro al interior del barretismo que, en 2020, cuando sus parientes asumieron las gerencias de los hospitales del Líbano y Venadillo, él obtuvo contratos en la Gobernación del Tolima, Cortolima y la Alcaldía de Ibagué (cuando Hurtado era barretista pura sangre) por más de $300 millones. Era el asesor mejor pagado del departamento y el encargado de transmitir los mensajes que Barreto enviaba a todos sus súbditos, en Ibagué y los demás municipios.
“Cuando llega Edwin Castro, todo el mundo sabe que llegó Óscar Barreto. Él es tal vez la persona más poderosa en la organización y todos los temas pasan por sus manos”, dijo otra de las fuentes.
EL OLFATO buscó a Castro y le preguntó si él había servido de intermediario en la negociación de los hospitales del Líbano y Venadillo.
“Cómo se te ocurre, eso es totalmente falso. Las hv (hojas de vida) para los gerentes van llegando de acuerdo a las postulaciones y luego se crea un comité evaluador de las hv para revisar la parte técnica y seleccionar los apartamentos”, explicó.
Precisó que el nombramiento de su prima en el hospital Santa Bárbara de Venadillo, que es de segundo nivel, lo hizo el exalcalde de ese municipio, Jorge Armando Cabrera.
¿Y quién es Jorge Armando Cabrera? Antes de llegar a la Alcaldía de Venadillo se desempeñó como director de Seguridad Social de la Gobernación del Tolima en la administración de Barreto (2016-2019).
No obstante, Castro aclaró que su prima incursionó en la gerencia de los hospitales del Tolima no por él sino por su esposo José Jaime González, un veterano gerente de hospitales públicos del Tolima.
“Ella es mi prima hermana, pero la inclusión de ella en el sector salud se da por Jaime, el esposo, ni siquiera por mí”, subrayó.
José Jaime González Enciso es un curtido gerente de hospitales del Tolima. Entre los años 2012 y 2015 fue gerente del hospital Louis Pasteur de Melgar, entre 2016 y 2019 ocupó la gerencia del hospital San Juan de Dios de Honda y, entre 2020 y 2023, dirigió el hospital regional del Líbano, que fue intervenido por la Superintendencia de Salud por malos manejos. (Ver: Revelan irregularidades encontradas en el hospital del Líbano)
EL OLFATO también buscó al exgerente González Enciso, pero no fue posible conocer su versión de los hechos. El pasado 22 de enero, a través de su WhatsApp, se le escribió: ¿Podría entrevistarlo sobre su relación con la gerente del hospital de Venadillo y el barretismo? El exfuncionario nunca respondió.
¿Ahora van por los hospitales de El Espinal y el Federico Lleras?
En las próximas semanas se llevará acabo el nombramiento de los nuevos gerentes de los hospitales públicos del Tolima y desde ya se conocen movimientos políticos para obtener el control de los centros asistenciales más lucrativos de la región: el hospital San Rafael de El Espinal y el Federico Lleras Acosta de Ibagué.
Al hospital de El Espinal pasaría Calderón Mayorquín, la prima de Edwin Castro y esposa de José Jaime González. Esta institución tiene un presupuesto en 2024 de $96.000 millones, 95 empleados de planta y cerca de 500 contratistas. Además, no tiene pasivos.
Y al Federico Lleras Acosta llegaría Martha Palacio, la exsecretaria de despacho de la administración de Orozco y, quien, según fuentes del barretismo, es el equivalente a Edwin Castro para Óscar Barreto.
Orozco habría dejado muchos proyectos en ejecución y otros por ejecutar en este centro asistencial y por ello querría que su mujer de confianza asuma la gerencia.
El Hospital Federico Lleras Acosta tiene para este año un presupuesto de $419 mil millones, más de 1.300 trabajadores y 66 contratistas.