"Yo jamás les he dicho que cojan el agua del canal y se la tomen": Erika Palma
El Concejo de Ibagué citó a Erika Palma, gerente del Ibal, a un debate de control político para responder varios interrogantes sobre la calidad en la prestación del servicio a los habitantes de Ibagué.
Sin embargo, la polémica giró en torno al canal de riego que llega a la Arboleda Campestre, el cual según algunos concejales y residentes del sector, no es apta para el consumo humano.
Andrés Zambrano, concejal del partido Alianza Verde, afirmó que tiene pruebas que indican la nula capacidad de la planta de tratamiento de la Arboleda Campestre para potabilizar el agua que llega a esta zona.
“Nosotros hemos mostrado estudios del mismo Ibal en los que identifican la presencia de metales pesados como arsénico, cobre, incluso metales superiores a lo que deberían tener en presencia para que se pueda tratar”, mencionó el funcionario.
Por su parte, la gerente del Ibal, Erika Palma, confirmó la contaminación del canal de riego, anunciando que dicha fuente hídrica no debería ser de consumo humano y que, además, la planta de tratamiento debe cumplir ciertos parámetros para potabilizar el agua.
“¿Qué la fuente del Combeima es contaminada? Claro que es contaminada, ¿Qué lo que llega al canal de riego de Arboleda es contaminado? Claro que es contaminado. Yo jamás les he dicho que cojan el agua del canal y se la tomen. Las características fisicoquímicas y microbiológicas que se le sacaron a esa agua fue precisamente para que la fabricación de esa planta tuviera los parámetros necesarios para poder entrar a potabilizar esa agua”, expresó Palma.
Asimismo, Zambrano denunció que el canal de riego no está cubierto como lo indica la norma, lo que implica que cualquier actor contaminante pueda filtrarse en la fuente hídrica.
“La norma RAS establece que un acueducto debe contar con todo un proceso de hermetismo, es decir, debe estar cubierto todo el transporte del agua desde la Bocatoma hasta la planta. Hoy lo que llega a la Arboleda Campestre es un canal abierto que cualquier persona puede contaminar y que además es imposible de potabilizar porque requiere otro tipo de proceso”, manifestó el concejal.
Edna Castro, veedora de servicios públicos de la Arboleda Campestre, apoya esta denuncia afirmando que en un recorrido que hizo por el canal de riego encontró un animal en estado de descomposición.
“Haciendo el recorrido, nos dimos cuenta de un animal en estado de descomposición. Es lo que siempre hemos denunciado, es un canal de riego a cielo abierto, donde puede caer cualquier cuerpo, cualquier contaminante, cualquier sustancia”, denunció la veedora.
Sin embargo, Palma se opone a esta acusación, afirmando que el problema no es que el canal de riego esté abierto, sino el seguimiento que se le haga al mismo.
“El primer acueducto de la ciudad de Ibagué de 214 litros por segundo era un canal abierto, más de 50 o 60 años duró ese canal (...) El riesgo no es que sea de canal abierto, el riesgo es el monitoreo, seguimiento y control que se le debe hacer a las caracterizaciones”, señaló la gerente.
Por lo pronto, esta problemática que afecta a cerca de 15.000 habitantes de la Arboleda Campestre que consumen el agua de esta planta de tratamiento, sigue sin solucionarse.