Variación del clima: otro factor que obliga a los jóvenes campesinos a migrar a la ciudad
Las complejas condiciones de las zonas rurales, muchas veces provocadas por las lluvias y sus derrumbes, han hecho que en cuestión de cinco décadas, la ciudad de Ibagué pasara de tener un aproximado del 70% de su población viviendo y trabajando el campo, a un escueto 30%.
Factores como el clima, que debieran favorecer a los campesinos y sus cosechas, en varias zonas terminan siendo perjudiciales, pues las mismas provocan deslizamientos en la vía que, a su vez producen represamiento y la pérdida de los alimentos.
Afectaciones económicas que están llevando a muchos jóvenes a abandonar el trabajo en la tierra.
“En esos casos nos toca tomar un caballo o por medio de motocicleta e intentar cruzar los derrumbes, pero, en todo caso, arriesgando nuestras vidas y los productos. En esos puntos críticos, el proceso es ‘berraco’, pues toca bajarnos, echarse al hombro los alimentos, cruzar, intentar pasar el animal y volver a seguir”, relató Arturo Ardila, campesino de China Alta.
De acuerdo con Daniel Guillermo Jaramillo, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de Ibagué, aunque el área rural del municipio es equivalente al 93% de todo el territorio, la mayoría de las personas viven en la zona urbana.
Para , Fredy Alfonso Cruz, presidente de la Junta de Acción Comunal de China Alta, cada vez son más los habitantes que prefieren abandonar la agricultura y dedicarse a otras actividades productivas, pues en épocas de derrumbes, quienes se aventuran a transportar su mercancía por estas trochas, deben asumir altos costos.
“Es un cambio a lo largo de décadas, pero uno si observa que las nuevas generaciones están más inclinadas a estar en la ciudad, que en el campo. No les veo ese gusto y necesidad. Motivo por el cual procuramos involucrar a los hijos de los campesinos en los diversos procesos, para que ellos le tomen cariño a la tierra y la trabajen”, aseguró el Jaramillo.
Según el funcionario, aquellas veredas en las cuales es más recurrente observar el abandono del campo por parte de la población joven, corresponden a San Juan de la China, China Media y Casebanco, las cuales se caracterizan por su fuerte vocación caficultora.
Lugares en los que se observa, predominantemente, un grupo demográfico de población adulta y adultos mayores, quienes, por herencia de generaciones, han trabajado la tierra.
“En China Media hay un líder que está entre los 30 años, quien es un ejemplo de población joven que quiere mantener la vocación agrícola, con su esposa e hijos. Pero es un caso, entre muchos que tienen sus parientes en las ciudades e, incluso, fuera del país”, agregó.
Otras causas
Otros de los motivos de este fenómeno, según explicó Jaramillo, tiene que ver con la poca rentabilidad del campo, la cual ha llevado a que muchos viajen a las ciudades en búsqueda de mejores oportunidades.
"Lastimosamente, tenemos un campo artesanal, en el que hay muchas falencias en maquinaria y procesamientos. Nosotros vemos que los productos del campo de Ibagué se venden, tal cual se recolectan o se recogen de la tierra. Todo ello, sin una tecnificación”, señaló.
La poca competitividad del campo en Ibagué se refleja en quiénes consumen esta producción agrícola, puesto que la mayoría de los productos se comercializan en las plazas de mercado de la capital tolimense, mientras que solamente un pequeño porcentaje de las mismas tienen las cualidades para ser llevadas a otras ciudades, e incluso países.
"El 85% se consume aquí, especialmente aquellos alimentos como plátano, mora y limón. Las cuales no están tecnificadas. En cambio, el 15% restante que sale del municipio, como Europa, corresponde al café, el cual tiene unos procesos más industrializados", agregó Jaramillo.