Una tradición de carnes a la parrilla en un solo lugar: El Churrasco
¿A quién no le gusta una carne a la parrilla? Esta pregunta la planteó Roger Jiménez Galindo, dueño del restaurante El Churrasco, para explicar por qué esta importante marca de la ciudad se dedica a deleitar paladares y aportar a la economía ibaguereña con carnes a la parrilla.
Él, un apasionado de las carnes a la parrilla, heredó de sus padres la tradición de complacer a sus comensales con este apetitoso plato.
“Yo vengo con experiencia en restaurantes. Hace más de 20 años trabajaba con mis padres, ellos tenían un parador. Muere mi padre y por esos azares de la vida terminé reabriendo el restaurante en la vía Mesitas, hace alrededor de unos 18 años”, contó.
Ese restaurante, que en aquella época tenía otro nombre, fue trasladado a Ibagué para seguir atendiendo a sus clientes, otorgándoles ricos platos, con cómodos precios y una excelente atención.
De esta forma, nació El Churrasco en la capital tolimense, una marca que ya cuenta con cuatro puntos en la ciudad: Cañón del Combeima, La Pola, Sexta Etapa del Jordán y El Salado.
La carta de este tradicional lugar mezcla carnes (lomo fino, lomo de cerdo), pescados, frijoles y sopas, con nombres de fácil comprensión para el público en general.
Pero, esto no es todo. El Churrasco no solo aporta al deleite de paladares, también contribuye a la dinamización de la economía ibaguereña con la generación de empleos directos e indirectos.
La planta de personal está conformada por 78 personas. Sin embargo, los fines de semana y fechas especiales como el Día de la Madre, Amor y Amistad se logra una contratación total de 160 personas.
Además, los proveedores de los insumos para la realización de los platos son 100% locales aportando a la economía de los pequeños y medianos productores de la ciudad.
“Pienso que esto tiene un bien social, porque lo que hagamos y compremos se tiene que quedar en Ibagué para que haya una velocidad circular del dinero. Si nosotros simplemente vendemos en Ibagué, pero compramos en Bogotá, la plata se está yendo para Bogotá, entonces finalmente nosotros tenemos que intentar en lo posible comprar en Ibagué para que esto tenga un sentido social y la economía de la ciudad pueda surgir”, explicó Jiménez Galindo.
Y es que ese sentido social del que habla fue el que hizo que el economista bogotano centrara sus ojos en la capital tolimense para formar esta marca que pese a los estragos de la pandemia por el COVID-19, el paro nacional y la inflación, se mantiene de pie.
“Yo soy bogotano y mi esposa es tolimense. Yo considero que la mejor ciudad para vivir, para hacer empresa y para criar hijos es Ibagué. Yo creo netamente en Ibagué, creo en la gente de Ibagué, creo en la economía de Ibagué, me parece que todos los que queremos venir a trabajar logramos salir adelante porque la gente en Ibagué es demasiada colaboradora”, precisó.
Jiménez Galindo planea estabilizar su marca, luego de tres años considerados difíciles para él, en los cuales mantuvo a todo su personal y el precio de la carta, que hasta hace poco tuvo un pequeño incremento producto de las alzas de los insumos.
El empresario agradeció a los ibaguereños por la confianza brindada y los invitó a que los sigan ayudando, creyendo y confiando en los productos que venden.