Un acueducto ‘emproblemado’ llevará a los habitantes de Armero - Guayabal a tomarse las calles

Un nuevo acueducto que ya tendría problemas, pese a haber sido entregado hace menos de dos años, obliga a varios habitantes de Armero - Guayabal a realizar un plantón en la mañana de este viernes.

Nuevamente, un grupo de veedurías invita a la calle a buena parte de la población que se ha visto perjudicada por el desempeño del acueducto de casi $11.000 millones, financiado por el Ministerio de Vivienda y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado del Tolima, Edat. (Ver más: Inversión en el acueducto de Armero - Guayabal podría convertirse en un elefante blanco)

“Estamos indignados porque no tenemos agua, hay personas que tienen que subir el líquido en baldados por cinco pisos para sus necesidades básicas, debido a que algunas urbanizaciones no llega el agua”, mencionó Orlando Sepúlveda, presidente de la veeduría Auditoría Visible.

En este momento, el municipio se encuentra dotado de dos acueductos. El primero de ellos, construido después de la tragedia de 1985 y con el cual se abastecieron eficientemente del preciado líquido por años.

Y el nuevo, que, según sostienen algunos, tendría problemas que llevan a que este no entregue los 45 litros por segundo, como fue originalmente diseñado.

Prueba de ello, sostiene Sepulveda, es que desde el pasado 31 de mayo se vienen adelantando una serie de intervenciones o modificaciones a elementos hidráulicos del acueducto. Lo anterior, a pesar de que la obra fue recibida el año pasado, previa revisión de la interventoría.

“El que se estén realizando estos trabajos, genera preguntas, por lo que le pasamos un derecho de petición al gerente del Edat, donde le estamos pidiendo esa explicación”, mencionó.

Según el veedor, aunque había un compromiso de comunicación y participación acordado con la Comisión Departamental de Moralización del Tolima, las veedurías denuncian que no han sido informados de los detalles de esta intervención.

Entre las múltiples interrogantes está: quién financia dichas intervenciones, si de las mismas tiene conocimiento el Ministerio de Vivienda y quién autorizó los trabajos.

Además, este complejo tema va más allá de lo estructural, pues se detectó un hallazgo fiscal a través de una auditoría de la Contraloría General que llega a los $5.111 millones.

Motivo por el cual, Sepúlveda y demás veedores vienen exigiendo que se reclamen las pólizas de la obra, antes de que estas se terminen venciendo.

“Cuando tenemos agua es porque están los dos acueductos funcionando al mismo tiempo. Por lo que a veces, sobradamente, tenemos los 65 L/s. Sin embargo, si operaran solamente con el nuevo, se puede verificar que el agua llega a los 35 L/s (...)”, concluyó.

¿Qué dice la Edat?

Por su parte, Rodrigo Herrera, gerente de la Edat, desestimó algunos de los señalamientos y sostuvo que la inversión realizada para optimizar el acueducto de Armero - Guayabal tiene tales características, que incluso permitirán abastecer a la futura población, de aquí a 22 años.

“Hay que reconocer que ha habido algunos inconvenientes, como el evento natural que hizo que se dañara la tubería vieja con la nueva, lo cual se arregló, pero que hizo que empezaran los inconvenientes”, mencionó.

Y agregó: “a raíz de esas quejas hemos atendido a la comunidad, haciendo levantamientos topográficos e incluso contratamos un dictamen pericial, para que en dos semanas nos lo estén entregando. Sumado a los hallazgos que ha hecho la contraloría, esperamos saber qué acciones se deben tomar en contra del contratista”.

Además, argumentó el gerente que no se pueden acceder a las presiones de las veedurías para reclamar las pólizas, sin tener dicho dictamen pericial.

Con respecto a las preocupación por la intervenciones posteriores a la entrega de la obra, Herrera aseguró que aquello se trata de labores de mantenimiento, debido a que los operadores no la manejan bien, las cuales se realizan con recursos del contratista, sin que se vean comprometidos más dineros públicos.