
Siguen las bajas hurtadistas en la Alcaldía de Ibagué: sale Sebastián Perdomo del Imdri
Johana Aranda suspendió su agenda pública esta semana y solo ha tenido reuniones privadas.

Escrito por: Adrián Vanegas
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Las tensiones internas en la administración de Johana Aranda siguen dejando movimientos y silencios que generan inquietud. Este miércoles se conoció la salida de Sebastián Perdomo de la gerencia del Instituto Municipal para el Deporte y la Recreación de Ibagué (Imdri), en una nueva señal del desmonte del grupo político del exalcalde Andrés Hurtado dentro del gabinete.
Perdomo, considerado uno de los funcionarios más cercanos al exmandatario, tuvo una gestión destacada por su impulso al deporte local, la organización de eventos y el mantenimiento de escenarios deportivos como el Parque Deportivo y la Unidad de la calle 42. Su salida se suma a otras modificaciones recientes que han debilitado la estructura hurtadista en la administración actual.
La incertidumbre crece entre los aliados de Hurtado. Según fuentes internas consultadas por EL OLFATO, la alcaldesa Johana Aranda ha reducido drásticamente su visibilidad: permanece encerrada en su despacho, suspendió su agenda pública y ha dejado de grabar los videos que usualmente alimentaban sus redes sociales. La desconexión con su equipo es cada vez más notoria.
A esto se suma el hermetismo total sobre los nombramientos en dos de las carteras más sensibles del gobierno municipal: las secretarías de Gobierno e Infraestructura. Ambos cargos permanecen vacantes o bajo encargos sin claridad política ni técnica.
Tampoco se han reanudado las giras digitales que el exalcalde Hurtado acostumbraba realizar semanalmente para respaldar indirectamente a su heredera política. Ese silencio también se siente en dependencias estratégicas como el Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP) y la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado (Ibal), donde se estarían dando movimientos internos sin anuncio oficial.
Todo apunta a un reacomodo del poder en la administración Aranda, que, aunque surgió como continuidad del hurtadismo, hoy parece tomar distancia de ese legado, con un marcado aislamiento, decisiones poco explicadas y una gobernabilidad en suspenso.